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30. "He is drunk"

La puerta sonó y me levanté de la cama de mi cuarto asignado. Me habían dejado una habitación para mi sola porque soy la unica mujer. El cuarto estaba iluminado por una tenue luz que provenía del velador a un costado de la cama, pero también se iluminaba por el brillo de la luna que se escabullia por la ventana, dando una combinación tan hermosa.
Al abrir la puerta pude ver a Cameron con los tres primeros botones de su camisa desabrochados y su corbata desajustada. Iba con esa vestimenta ya que se fue con los chicos (mayores de 17 años) despues de una cena que tuvimos todos los miembros de magcon junto a Bart.

Cam tenía la mirada un poco cansada y perdida, casi cae sobre mi si no lo hubiera agarrada por la cintura a tiempo.

— Hola, ___. —me llamó por mi apodo arrastrando las letras.

Por dm no se notaba pero en persona, es imposible no saber que esta borracho. No entendía ni como había llegado sano y salvo, ya que el club estaba a unas cinco cuadras.

Lo guie hasta el sofa en donde se sentó y se quedó mirandome, mientras yo le sacaba las zapatillas.

— ¿Me vas a desnudar? —preguntó provocando que una carcajada saliera de mi boca.

— Cam, quítate la camisa.

Bueno, eso suena sexual.

— Alto ahí, vaquera —dijo levantando su mano hasta la altura de su hombro.— si yo me quito algo tú también.

— Deja de decir estupideces y quitate la camisa. Lo único que vas a hacer aquí es dormir. —dije sacándole la corbata.

— Mierda —miró al suelo— pero yo quiero hacerlo contigo —me miró directamente a los ojos.

Ya que él no lo hacía tuve que quitarle la camisa yo, mientras el se recostaba contra el respaldo y cerraba los ojos.

Fui a buscar una de las millones de almohadas que tenía en la cama y le puse una en la punta del sofa y cuando se recostó lo tape con una manta. Y me fui a acostar.

Como me preocupo más en Cameron que en cualquier otra cosa, en el medio de la noche desperte para ver como estaba y lo vi moverse unas cuantas veces incómodo.

— Cam... —lo llamé desde la cama. El chico después de un par de llamados despertó y me miró confundido.— ¿Estás incómodo? —Cameron miró a su alrededor para volver a fijar su mirada en mi y asintió.— Ven.

Él se levantó y vino hacia mí para acostarse a mi lado.

Le di la espalda, pero segundos después sentí sus brazos rodearme.

— Te extrañé tanto —susurró con los ojos cerrados.

— Yo también, Cam —apoyé mi mano en la suya.

Y así ambos caímos profundamente dormidos