Familia

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¿Qué había sido eso?


Era todo lo que se preguntaba día a día luego de lo ocurrido. ¿A qué había venido? ¿Por qué? Había sido sólo un segundo, pero aquello había bastado para dejarlo bastante tonto. No sabía si se arrepentía de haber hablado sobre los besos o si, de alguna manera... lo agradecía.


¿Por qué lo agradecería?


Habían pasado como tres días y todavía seguía en las nubes por ese pequeño roce. Se preguntó qué hubiese sido de él si Jongin se lo hubiera dado convertido en humano. ¿Habría sido lo mismo? Estaba seguro que no.

Se preguntaba si Jongin le daría uno igual en su forma humana si se lo pedía. E inmediatamente cerró los ojos y negó con la cabeza, abochornado. Jamás se lo pediría. No estaba bien. No podía dejar que sus instintos le dijeran qué hacer.


¿Instintos... ?


¿Sus instintos reaccionaron a eso? ¿Cómo es posible? Si sólo se suponía que reaccionaban cuando debía cazar, cuando estaba en peligro y... ¿en el apareamiento?


Pero lo que había hecho Jongin no había sido apareamiento. Había sido como... ¿el paso antes del apareamiento? ¿Existe un paso antes de eso?

Si Kyungsoo antes había estado confundido, ahora estaba totalmente perdido. No entendía nada. Y él odiaba no entender, así que no dudó cuando su cuerpo le pidió tomar su forma de búho y así poder salir volando hacia el departamento de la familia pantera. Sabía que los pequeños estarían durmiendo a esa hora de la noche, y sabía que Jongin, tan predecible como era, estaría preparándose para saltar hacia su balcón, como todas las noches.


Kyungsoo le picoteó la cabeza en cuanto lo vio en el borde del balcón, dispuesto a saltar ya, y tiró de él con sus garras para hacer que se detuviera.

Jongin, sin entender a qué iba el ataque de pronto, se transformó en humano y tomó al búho entre sus brazos, buscando detenerlo.


— ¡Kyungsoo! ¿Qué sucede?


El ojón, al ver lo confundido que el otro estaba, decidió volver a su forma normal de golpe, acabando cayendo en los brazos del más alto, quien fue tomado por sorpresa y casi se cae de la impresión, llevándose al pequeño con él.


— ¡Jongin! —exclamó—. ¿Cómo se comienza la fase de apareamiento?


El susodicho casi se atraganta con su propia saliva.


— ¿Por qué eres así? No podrías hacer la pregunta más, no sé... ¿sutilmente?

— Responde.

— Pues... —el más alto se rascó la cabeza—. No sé, ¿con un beso?

— ¿Un beso?

— Sí, un... —procesando lentamente lo que acababa de decir y teniendo en cuenta lo que había hecho hace días atrás, esta vez sí que se atragantó con su propia saliva y comenzó a toser, avergonzado—. ¡Alto! ¡Esto está mal! No te vayas a hacer ideas raras.

Panteras hambrientas, búhos astutos, cazas frustradas y algo raro (OS/Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora