Peter Parker || Tom Holland - One Shots

-friends?

Malditos y fríos lunes.

¿Qué tenían de bueno los lunes? ¡Nada! ¿Por que a caso existen los lunes? Para lo único que sirve es para deprimir a las personas que tienen una vida miserable como la mía. Los lunes tenía las peores materias (o sea, matemática, física y química), la cafetería servía unas hamburguesas que parecían tener vida propia y luego a la tarde tenía clases de lectura con la bibliotecaria, que aclaremos que tiene unos pocos años más que la independencia del país, cosa que hacía que escucharla sea muy aburrido.

Maldito y frío lunes.

Primera hora, primera materia. Física. Dios, mátame ya mismo, lo suplico.

Me senté al lado de mi amigo Peter, si, maldito y sensual Peter. Bueno, no, tal vez no tan sensual, pero para mí lo era.
Éramos amigos desde la primaria, pero me había dado cuenta de que actualmente estaba enamorada de él hace un año, más o menos. Él era el rey de los nerds, rey de los frikis y rey de los inocentes. Nunca en sus 16 años había demostrado un interés hacia mi, o hacía cualquier otra mujer. Estaba empezando a cuestionarme su orientación sexual.

"Hey, Peter." Susurré, la clase había empezado hace unos diez minutos.

Se giró hacia mi procurando que el aburrido profesor no lo viera. Me nombró "-no es mi culpa si olvidaste de nuevo de hacer la tarea no te la pas-" lo corté.

"¿Eres gay?" A Peter casi se le salen los ojos de sus órbitas.

"¿Q-Que clase de pregunta es esa?" Balbuceando, como siempre.

"Pues, una pregunta muy común ahora en estos tiempos."

Seguíamos susurrando, al parecer el profesor todavía no parecía notar nuestra pequeña conversación.

"No, no lo s-soy." Dijo volviendo su mirada al frente con un notable nerviosismo.

"Bueno, es genial saberlo. Por cierto, pienso saltarme la clase de lectura con la vieja bibliotecaria, quieres venir a mi casa luego de clases?"

"No lo sé, tengo tarea." No despegaba su mirada de la pizarra.

"Puedes hacerla en mi casa, lo sabes."

"S-si."

"Genial, te espero a la salida."

Hasta ahí nuestra conversación. Lo que restó de la clase me la pasé haciendo pequeñas bolitas de papel y arrojándoselos a mis compañeros de clase para luego hacerme la distraída cuando ellos se daban vuelta.

Bueno, debe ser por eso que mis notas no mejoran... Peter siempre tenía que ayudarme para todos mis exámenes finales para que pudiera aprobar el semestre, le debía mi vida y más.

Cuando por fin terminaron las clases me encontré con Peter en la salida como acordamos.

"¿Bus o subte?" pregunté.

"Bueno, considerando que hoy es un día helado, los medios de comunicación recomiendan que los ciudadanos caminemos para as-"

"Entendí cerebrito, caminemos."

La trayectoria fue tranquila, no solíamos hablar mucho en momentos así, pero no eran silencios incómodos, eran de esos que daban gusto. Con el podía tener un silencio cómodo.

Al llegar a mi departamento, se encontraba solo, mi padre trabajaba, wow que sorpresa (nótese mi sarcasmo), así que tire las cosas del colegio en el sillón de la sala y me encaminé a mi habitación sabiendo que Peter me seguiría.
Él se sentó en el borde de mi cama, esperando que yo diga algo, pero en cambio solo lo miré fijamente. Sabía que eso lo ponía incómodo.

"¿T-Tengo algo en la cara?" dijo cubriéndose.

"De hecho, si, tienes tu típica cara de niño asustado."

"No soy un niño."

"Entonces pruébalo."

Giró su cabeza hacia un costado, obviamente no entendiendo. "¿Como haré eso?"

"Bésame." Lo dije sin pensar, y sinceramente, no me arrepiento.

Se sorprendió. Tartamudeó mi nombre "-somos amigos..."

Perdona, ¿que? Este chico realmente no se dio cuenta, ¿verdad?

"¿Amigos?" Reí sin ganas. "Claro que somos amigos Peter, pero cualquiera que tenga dos dedos de frente se daría cuenta que me he enamorado de ti."

Y lo besé, y él me correspondió. "Yo también me he enamorado de ti, pequeña."