capítulo - 10

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Lucía abrió el sobre con cierta ansiedad e intriga y descubrió algo como una carta pero que estaba escrita con tinta líquida y con letras muy bien dibujadas en cursiva, pero eran elegantes y clásicas, como cuando escribían con pluma y tintero, los poetas.

Contenían unos versos...

Oh Dios de la rima, diosas del verso santo y puro,

Les pido en mi única plegaria,

Me inspiren hoy y por mi pluma y tintero les juro,

Escuchar y escribir, de sus voces.

Una linda musa me inspira a escribir

Mis rimas no son dignas de ella,

Es tan bella que mis pobres versos

No podrían describirla y si lo hacen

Pues no dudo que serían injustas

Insuficientes y colmadas de osadía,

Sencillamente se perderían,

Cual se pierde el rocío en el inmenso mar.

Sé que tus lindos ojitos están leyendo estos torpes versos

Que tus blancas manos están sujetando este frío papel

Donde yo también posé mis manos para escribirte,

Quizá te sorprenda lo misterioso que soy ...

Pero yo le encuentro sabor a todo esto,

Te suplico que no tengas miedo, no te pediré nada,

Sólo que me concedas el honor de ser mi musa,

Para tener a alguien en quien inspirar mis versos.

Alguien que lea el lenguaje de mi corazón,

Alguien que me entienda y que escuche la voz de mi alma,

Alguien que haga que mis rimas y versos se sonrojen,

Alguien que siempre este ahí....

Yo me las ingeniaré para que mis escritos

Te lleguen tratando de mantener el misterio delicioso

Que estoy seguro ahora te inunda.

Sólo recibe este detalle hoy y espera, que muy pronto tendrás más

"El que se inspira en ti"

a tus pies.

(El poeta misterioso).

Al terminar de leerlo se quedó muda, era la primera vez que alguien le escribía algo inspirado en ella. Nunca nadie le había dedicado ni unas líneas, ni versos que hablen de ella y este estaba inspirado en ella. Estaba emocionadísima, ella siempre había esperado estos detalles de Guillermo, pero el amante de las matemáticas y cálculos; no podría entender que este detalle fuera tan importante para su amada.

Al principio decidió no contárselo a nadie y mantener todo esto en total y absoluto secreto, pero obviamente esto es tan difícil como pedirle a un enamorado no decir nada del amor que siente.

Ella estaba tan feliz que no pudo contener su alegría y emoción y al día siguiente se lo contó a Margoth. Ella le dijo que no se preocupara que contara con su ayuda para descubrir al poeta misterioso.

Dos de sus mejores amigas sabían de este secreto Margoth y Rosmery, ellas también se emocionaron y comenzaron a hacer sus conjeturas.

— Debe ser alguien que te conoce bien. — Afirmó Margoth

— Sí, porque conoce tu casa.  Uy ¿no te da miedo?, quizá es un pervertido o maníaco sexual.— Intervino Rosmery.

— No, no creo, no sé pero tengo un buen presentimiento, es decir no percibo miedo, eso es una buena señal.

— Oye Luci, pero por qué quiere ser misterioso, de repente es muy feo o algo así...¿tú que dices Ros?

— No sé, pero de que escribe bien, sí que me hizo suspirar, eso sí además así sea feo yo con esos versos lo acepto; se ve que es sensible y tierno.

— Oye, oye, como que "yo lo acepto" es mi poeta, además el me escribe a mí ¿no?

— Está bien pero comparte pues, para eso estamos las amigas.

— ¿Qué?

— Me refiero a sus versos mamita, no seas malpensada—. Dijo Margoth, sonriendo pícaramente

— Ah yo creí que ...¡cuidadito eh!

— Sí pero Rosmery y yo te vamos a ayudar a descubrirlo; ya sabes que nosotras no soportamos el misterio. Nuestra naturaleza femenina nos lo impide...

Las tres se rieron escandalosamente.

— Oye chicas, mejor déjenlo así, a mí sí me encanta lo del misterio, de tanto averiguar de repente me espantan a mi poeta y yo no quiero eso.

— Ah o sea que te gusta. — Intervino Rosmery.

— No, no es eso pero me gustaría que me siga escribiendo quizá así olvido a "ya saben quién".

— Bueno eso sí, pero piensas conocerlo o ¿no? — Preguntó Margoth.

— Sí pero todo a su tiempo, no quiero apresurarme ni forzar la situación.

— Pero solamente te queremos ayudar amiguita —. Replicó Rosmery.

— Lo sé pero mejor no hagan nada, yo les conté esto porque quería compartirles mi alegría. Total hubiera podido quedarme con el secretito

— Sí pero es que también estamos intrigadas, y queremos saber de quién se trata.

— Ya lo sé, Ros;  pero mejor no traten de averiguar nada, por fa ¿sí?.

— Está bien, como tú digas, - asintieron las dos.

Pero por supuesto que, como ellas dijeron su "naturaleza femenina" sería tan fuerte que no podrían evitar hacer algunas averiguaciones, mas como no tenían el permiso oficial de Lucía tendrían que hacerlo sin la ayuda de ella y totalmente a sus espaldas.

"La extraña carta perdida" #CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora