Cazando Contenidos 2 (Jumin x ZEN )

                               Las razones por las que Jumin Han se había encerrado en el baño de su lujoso pent-house no le importaban en lo más mínimo. Solo quería saber si estaba comportándose así porque tenía un problema o porque simplemente era un idiota.

- Oye, ¡¿qué son esos ruidos?! ¡¿Estás bien, idiota?! — la puerta era golpeada con fuerza. — ¡Ábreme! — sonaba muy alterado. ¿Tenía miedo por el empresario o qué? De repente la puerta se abrió y Zen se vio totalmente mojado por el agua que Jumin le había arrojado. Han lo miraba con indiferencia.

- Perro malo. No tienes que gritar así — lo decía con tal naturalidad que el peliblanco solo se mantenía más atónito. No sabía qué decirle. Lo único que podía hacer era lo que mejor sabía,

Sobre-reaccionar.

Zen tomó con brusquedad y furia el cuello de la camisa del pelinegro. No podía creer que lo había empapado de esa forma. No era eso lo que esperaba cuando accedió a pasar la noche en el pent-house.

-¡¿QUÉ DEMONIOS TE PASA?! Además, ¡¿PERRO?! Soy una persona, maldito estúpido. — Sus ojos estaban encendidos a causa de la ira — Voy a partirte la cara — Incluso parecía que estaba gruñendo al hablar.

- Estás gruñendo. Eres un perro. — Y sin previo aviso volvió a mojarlo, esta vez con menos agua. En verdad no tenía sentido lo que estaba ocurriendo ahí. — Pórtate bien o no habrá comida deliciosa esta noche. — ¡¿Y a qué iba eso?! Jumin lo observaba indiferente

- ¡¿QUÉ?! ¡OYE! — Con evidente fastidio, corrió su sedoso cabello hacia atrás, en un intento por esparcir el agua. Sus ojos se entrecerraban a causa del líquido, y su camisa sufría el efecto de las gotas desparramándose por su rostro. En pocas palabras, estaba hecho un desastre. — ¡¿Quieres dejar de hacer eso?! ¡No soy un perro, demonios! — No tenía intenciones de dejar de gritar. — ¡¿Y por qué querría comida si viene de tu parte, idiota?! — Lo único que recibió fue más agua.

- Deberías respetar a tu amo. — Jumin seguía hablándole con naturalidad. Parecía disfrutar de la idea de que el codiciado actor le perteneciera. Zen solo lo miró con recelo, sin decir una sola palabra. Lo único que hacía era mantener esa mirada mientras apartaba el agua de su hermoso rostro. Con una media sonrisa, Jumin acarició su cabeza. — No era tan difícil, buen chico. — Ignorándolo por completo, quiso pasar a su lado para irse de allí. Intento que Zen detuvo al tomar su muñeca con brusquedad.

- ¿Estás burlándote de mí? ¡¿Piensas ignorarme después de hacerme esto?! — Le espetaba mientras hacía un ademán de su persona mojada. Jumin volvió a arrojarle agua, sin estar muy seguro de dónde seguía sacándola...

-¿Piensas seguir faltándome al respeto? — Su voz era firme, su rostro serio y sus ojos penetrantes. Todo eso solo hacía que Zen se pusiera nervioso y que en verdad sintiera que era de su propiedad. Optó por cubrir su rostro.

- Jumin es en serio, ya basta. — Le decía suplicante. — ¡Compórtate, demonios! — Se sentía indefenso, sus ojos habían comenzado a doler.

- Primero debes hacerlo tú. — Lo miraba despreocupado — ¿Ahora me soltarás? — Su voz era tan fría, eso irritaba al peliblanco.

- No. — Soltó de repente. — No quiero. — Sonaba como un niño. Incluso se veía adorable limpiando el agua de su cuerpo. Jumin levantó una ceja, sorprendido.

- ¿Escuché bien? — La sensualidad en su voz solo hacía las cosas más difíciles — ¿No quieres? ¿Por qué? — Después de todo no era normal que Zen le dijera esas cosas, tenía que aprovecharlo.