Me di cuenta de un par de cosas. Todo pasó en la madrugada, exactamente a la 01:45, mientras le hablaba precisamente a él. Y de repente pasó; su dulzura desapareció, sus frases y su humor, sólo... se esfumó. Y me habló de modo cortante, sin interes, de manera seca y fría. Y entonces me di cuenta:
Él podría destruirme, hacerme trizas en cualquier momento. ¿Y por qué podría? Porque me estoy dando cuenta de que lo quiero... pero no un querer simple y vacío, yo lo quiero de verdad. Es real, es profundo, es peligroso. Tiemblan las manos y mi labio inferior al darme cuenta de esto. Lo quiero de verdad. Él podría destruirme cuando quisiera, de verdad. Destruirme completamente...
Y como siempre he pensado: cuándo estoy triste me inspiro. Por lo tanto aprovechando aquel miedo y presión en el pecho, tomé el cuaderno... el que precisamente él me había regalado hacia años atrás... y escribí. Escribí mis sentimientos, mis miedos, que lo quería, y que podía destruirme. Y luego de eso dejé caer el cuaderno en un cajón y lo encerré allí. Como encerrando mis sentimientos, como fingiendo que nunca existieron, que no son reales. Y por un segundo creí que podía olvidarme, olvidarlo y olvidar todo. Pero me equivoqué, porque cuando él me mandó un mensaje lo sentí otra vez. Sí... me estaba enamorando, y claramente no quería.
El amor siempre me pareció algo curioso. Hace tan felices o infelices a las personas, tan llenas o tan vacías, tan vivas o tan muertas. Es tan ilógico. Pero es... interesante. Es un dulce salado que todos queremos probar. Es un veneno lento pero potente que todos pensamos a nosotros no nos afectará. El amor me aterra. Porque temo sufrir, ser destruida, quedar vacía, rota, infeliz... No importa cuantas veces me repitas que me quieres, o que siempre estarás para mi... lamento decirte que no te creo. Es mentira. Todo son mentiras. Y siento mi cabeza dar vueltas en esta madrugada pensando cómo es que pude haber caído en la trampa que estaba evitando. Como en un laberinto me perdí, y fui a caer ahí. Estoy como dividida... porque el amor puede ser tan cruel, tan frío y dañino; pero también puede ser tan suave, tan cálido y sanador. Es... no sé lo que es. Pero temo sentirlo y acabar mal. Sólo tengo una pequeña frase de consuelo hacia mi misma;si vas a sufrir, entonces no importa, sé feliz hasta que termine, cree que es para siempre si estás bien con eso. Si vas a romperme hazlo bien, llevame alto muy alto, al menos al caer me habré llevado algo conmigo... al menos al terminar rota y vacía, sabré que fue porque en un algún momento estuve bien, estuve llena... que estuve viva.
Por lo tanto... aunque tenga miedo, voy a querer. Aunque tema romperme y morir, voy a arriesgarme, voy a jugar con fuego y ser feliz hasta el momento en que me queme. No importa...
Y es que la verdad... debo admitir también que... por mucho miedo que me de... no me importa el riesgo, no me importan las consecuencias, no me importa el final... si estoy con él.