Capítulo 50.

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Había quedado intrigado y mas confundido las siguientes horas, el hecho que la morena se enojara con él, no tenía nada que ver con su comportamiento.

¡No tenía porque escaparse!, ni mucho menos, volver a las andanzas de antes.

Le hubiera gustado decirle todo aquello, y además volver a hablarle y volver a pedirle disculpas, aunque ella le hubiera dejado en claro que no quería que le hablara,.Pero _________ lo había esquivado toda la tarde restante.La había visto sentada con Ryan y Deb, se había acercado animosamente y la morena había huido de ahí, diciendo una escusa terriblemente mala.Luego la había visto otro par de veces más, por las instalaciones del instituto, pero como si ella tuviera un radar, a penas él comenzaba a acercarse, ella se escapaba ¡Así nunca iban a poder hablar!

Entonces cuando la vió en la habitación horas más tarde, pensó que sería un bueno momento para hablar, pero estaba muy equivocado, ¡Ella seguía evitándolo!

-¡Me podrías tomar atención!-exclamó en un tono no tan alto, para que ella no pensara que estaba gritándole-llevo hablándote como idiota mas de veinte minutos-y ella seguía, ordenando su ropa, cepillando su cabello, mirando la ventana, todo menos hablándole-¡Te estas comportando como una niña eh!-exclamó nuevamente mirándola desde su cama

-Primero que todo-habló ella después de los segundos del monologo de Justin- si tu hablas como idiota no es mi problema, y segundo te dije que no quería que me hablaras, y otra cosa ¡No soy una niña!-exclamó en el mismo tono que él-deja de hablarme y molestarme, sólo haz como si no existo ¿esta bien?-se dio media vuelta y siguió ignorándolo.

Él quiso responderle que eso nunca sería posible, pero ya no valía la pena.

Mañana es la boda, amor, supongo que no me dejarás abandonada, ¿cierto?

Te quiero

Leah.

--

Ahora era un te quiero, antes era te amo...

La maldita boda era mañana y ni lo recordaba, ¿quien se casaba?

A si su prima, que ni si quiera conocía, pero obviamente como él era el perrito faldero de la castaña, tenía que ir.

A la mañana siguiente se rindió totalmente, y dejó de insistir en arreglar las cosas con __________.Por lo que se levantó callado, ni si quiera la miró y comenzó a arreglarse.

Lo mejor de que las chicas-La morena y Deb-supieran que ellos, no eran verdaderamente Kate Benson y Marie Johnson, era que podían andar sin esas molestosas pelucas, podían vestirse como chicos, y se sentían libres

-tú y yo, debemos hablar-le dijo Ryan

-¿te debo dinero?-bromeó algo gracioso, siendo conciente que las dos chicas, lo escuchaban

-aparte-rodó los ojos y ambos rieron-pero debemos hablar de esto-levantó la peluca rubia-tengo que contarte cosas, como tú a mi, ¿puedes venir a mi casa hoy?-¡Claro que quería!, pero lastimosamente no podía

-no puedo-murmuró demostrando todo el agrado que no sentía-estaré ocupado

-siempre estas ocupado los fines de semana-habló Ryan, molestandolo

-quizás este con su novia-bromeó Deb, mientras entraba al baño

-no creo que sea Leah-le contestó Ryan, y Justin incocientemente miró a la morena, y se dio cuenta que ella también lo estaba mirando.

Unos segundos mirandose, para luego volver a lo que estaban haciendo...

-bueno, el tema, es que hoy voy a casa de ella-suspiró-creo

-¿reconciliación?-Ryan lo miró pícaro, notando el ambiente, entre su amigo y la morena

-boda-bufó, mientras miraba la hora-no sé ni quien se casa, pero debo ir

-¿tienes un traje de esos de pinguino?-preguntó el rubio

-no, debo ir al banco a ver si aun me queda dinero y luego compraré un traje-se encogió de hombros

-esta bien-Ryan lo miró-¿Me prestas tu auto en la noche?-cambió de tema

-¿y el tuyo?

-a mi padre se le averió el auto, me pidió el mío y quedé sin transporte, quise pedirle la moto a James, pero viajó a ver a su novia, ¿me lo prestas?

-claro-le sonrió y nuevamente miró a la morena que estaba en la ventana observando el día nublado, ¡Que día tan perfecto para celebrar una boda!-anda buscarlo a mi casa, por la noche supongo, y ahí hablamos

-esta bien-Justin asintió también con la cabeza, se puso el gorro de su poleron y se dispuso a abrir la puerta.¡Hey Justin!-este lo miró-¡Sacate una foto con el traje de pinguino!, ¡Debo ver eso!, te veías tan gracioso en nuestra graduación, ¡Necesito reírme un poco!

-¡Jódete!-Justin rió un poco y le levantó el dedo del medio, antes de desaparecer tras las puerta y sin la peluca

Salir había sido fácil, extrañamente el guardia no estaba, por lo que se subió a su auto y salió simplemente.

-¿te he dicho que eres maravillosa?-abrazó a su madre, fuertemente-siempre piensas en todo

-¿te he dicho que te conozco como si fueras mi hijo?-Justin la miró mal, mientras se separa de golpe

-se supone que soy tu hijo, creí que habíamos dejado el tema de la adopción atrás, recuerda-dramatizó, haciendo reír a su madre

-oh claro que tonta-siguió riendo ella-entonces te conozco, eres mi hijo Justin

-Lo sé-presumió-pero ahora, te devolveré el dinero del traje de pinguino espérame un momento-sacó su billetera, pero su madre lo detuvo

-¿debo recordarte que sigo siendo tu madre jovencito?, tengo el derecho de comprarte lo que sea-hiso que guardara su billetera-no me debes nada, tontito, ahora anda a bañarte y arreglarte, a ver si comes algo antes de irte-Justin asintió-debes ir a la casa de Leah a las 3, ahí te estarán esperando

Su madre, siempre pensaba en todo, y lo conocía tan bien.

Le había comprado un traje y conociéndola le iba a quedar perfecto, ¡Pattie era la mejor!

Dos horas mas tarde, había comido, y se estaba arreglando, la molesta y pequeña corbata negra.

Al terminar, se arregló el cabello, con sus manos, chequeó sus zapatos y se puso sus lentes

-¿Cómo estoy?-preguntó a su madre al bajar las escaleras

-Muy guapo, si yo tuviera dieciocho años menos, saldría contigo-ambos rieron

-yo diría que más eh-la molestó-bien debo irme, te quiero Pattie

-yo igual hijo, cuidate.

Tomó un taxi, hacia el norte de la ciudad, mientras trataba de ordenar sus pensamientos.

___________ y su enojo, Leah y sus mentiras, su mejor amigo, el instituto, su vida, su 'trabajo', sus estudios y su padre.

Diablos, debía organizarse bien.

Mientras más se acercaba al barrio en donde vivía Leah, más nervioso estaba y no tenía ni idea porqué.Que él recordara, sus padres no eran tan horribles ¿o si?

Los recordaba, bastante amigables, pero tenían cierto problema de ego.Y bueno, teniendo esa gran casa, esos grandes lujos, era imposible no ser egolatra y creerse de la gran sociedad.

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