Capitulo 19

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Miré a ______ y luego miré a Amanda que esperaba una respuesta de mi parte.

—Vamos Pimentel, dile —me insistió la morena.

—Espera un segundo Amanda —le dije a la rubia y tomé el brazo de ______ para jalarla hacia mí y chocar su boca contra la mía.

Mis ojos estaban abiertos, al igual que los de ella, pero al iniciar un movimiento sobre sus labios mis ojos se cerraron, otra vez. ¿Por qué? No lo se.

Ella no hacia nada, ni siquiera movía los labios. Hasta que casi la obligué a hacerlo, cuando con cuidado mordí su labio inferior. Entonces sentí esa deseada respuesta. Sonreí sobre su boca, para luego volver a ser serio en aquel beso. Subí mi mano que estaba en su brazo a su nuca, para acercarla un poco más. Ella apoyó sus dos manos sobre mi pecho, era como si intentara alejarse, pero algo en ella se lo impedía. Rocé la punta de mi lengua con la de ella. Obteniendo más sabor de su dulce boca. Finalicé volviendo a morder levemente su labio, para luego alejarme despacio. Abrí mis ojos para mirarla.

Sus ojos se abrieron despacio e intentó hablar, pero las palabras no salieron de su boca. Giré para mirar a Amanda. La rubia estaba tan roja como un tomate, y parecía que su quijada iba a tocar el suelo.

—Yo... —dijo _____.

—Amanda, si eres tan amable ¿podrías dejar de irritar a ______? La pones de mal humor y eso me pone de mal humor a mí. Porque después me cuesta un poco más llegar a la habitación, ¿me entiendes?

Hizo un sonido indignado y salió rápidamente de allí. ______ se giró a verme.

—¿Por qué hiciste eso? —me preguntó algo agitada. La miré y sonreí levemente.

—Ya te la he sacado de encima, cariño —dije.

Pestañeó varias veces de forma nerviosa y sacó su mirada de mí.

—No era lo que estaba pensando, pero al parecer funcionó... por ahora —dijo ella. Con decisión fijo su mirada en la mía —Que sea la última vez Pimentel.

—De ninguna manera, cuando te moleste avísame ______. Yo vendré a besarte las veces que sea necesario —le dije.

—Eres tan infantil —me acusó y salió de allí chocando un poco con Zabdiel y Richard —Lo siento.

Los chicos miraron como se fue, y luego volvieron su vista a mí.

—¿Desde cuando están ahí? —les pregunté.

—Desde que colocaste tu mano en su nuca para acercarla más a ti —contestó Richard.

—Bien, estas bien Joel —dijo Zabdiel mientras ambos se acercaban a mí.

Los miré consecutivamente.

—La... la tengo comiendo de la palma de mi mano. Pronto la tendré en la cama, pero por ahora me conformo manejándola de este modo —dije algo nervioso.

Ambos sonrieron cómplices.

—Creo que a nuestro pequeño saltamontes le esta costando un poco aceptar que ______ le gusta mas de lo que él cree —dijo Richard.

—Estas en lo correcto mi querido Camacho, me parece que no lo esta queriendo ver —agregó Zabdiel.

—Vamos muchachos, ¿Acaso no me conocen? —les dije mientras comenzaba a caminar para salir del salón. Ellos caminaron detrás de mí —Yo solo la quiero para una noche, y punto.

—Creo que tendríamos que grabarte la próxima vez que la beses. Tú nunca besaste así a ninguna, te lo puedo asegurar —me dijo el rubio.

Lo miré un poco asustado. Él solo estaba jugando conmigo, yo siempre beso a todas de la misma manera. Aunque, debo admitir que mis ojos se cierran cuando la beso...

Peligrosa Obsesión-Joel PimentelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora