El despertador sonó como de costumbre a las 8.00, me levanté más contenta de lo normal ya que hoy sería el último día de clase y mañana viajaría a Londres.
“¿Qué hora es?" pregunta Taylor
“Oh, son las ocho." le contesté con una sonrisa
“¿Y esa Alison sonriente? No la conocía." rió suavemente
“Ya sabes mañana es el viaje a Londres." contesté
“Claro, se me olvidó completamente...Te echaré de menos pequeña." dijo y me dio un abrazo
¿Me echaría de menos? Dios no había escuchado eso desde que mi...no importa.
“Yo a ti también." comenté echando mis pensamientos anteriores a un lado.
“¿Y qué tal ayer con Harry?" preguntó
“Bien, nos reimos mucho."
“¿Reiros? ¿Harry riéndose? Eso parece un milagro."
“¿Por qué?" dije curiosamente
“No suele reírse mucho desde que...da igual."
¿Desde qué? Todo esto de los malditos secretos me estaba supernado, primero Harry y ahora Taylor me dice lo mismo.
“Me tengo que ir." comento
“Está bien, nos vemos luego."
Cerré la puerta de la habitación y me dirigí a por un café encontrandome ahí a Harry para mi desgracia con Paul y Marc.
“Hola Alison." me saludó Paul con una falsa sonrisa.
Hipócrita.
“Buenos días Paul." volví ha sonreír de la misma manera que el.
“¿Quieres un café?" sonrió Marc.
“De hecho estaba ha punto de comprar uno." giré sobre mis talones y le pedí un capuccino a la dependienta.
“Son 12$." dijo
“Tranquila, yo te invito." contestó Marc y me guiñó un ojo.
¿Qué?
¿Desde cuando me pagaba Marc Thompson un café y me guiñaba el ojo? Algo iba mal aquí y no me podía esperar nada bueno.
“Gra...ci..as.." tartamudeé
Al darme la vuelta una mano agarró mi café y me lo echó encima, genial con que era esto lo que me esperaba.
“Lo siento Alison, yo..." dijo Paul
“Da igual." dije y salí corriendo ya que el líquido me quemaba.
Corrí de nuevo hasta la habitación y me cambié de camiseta, de todas formas ya no llegaría a mi primera clase. Sabía que Paul no lo hizo claramente sin querer por eso el comportamiento de Marc tan gentil para que Harry se creyera todo el espectáculo.