Aquella noche en la casa de Mike me hizo reflexionar sobre algo.
¿En realidad hago todo esto por mi?.
Devolvi mis recuerdos hacia el pasado, quería ver las sonrisas que te cause, quería ver tu inocencia a lo que te mostraba.
Mi respuesta fue clara, pero no la quería decir, quería estar cegado, frente a aquella situación que poco a poco me iba a causar un gran problema.
Aquella mañana, ya sentía vergüenza con Mike, no soy una persona que le guste ser una carga para alguien más.
Me levanté a las 6:30 AM, quería irme rápido, fui a organizar todo el desorden que habíamos hecho anoche, de repente escuche la voz de Mike
-Hola compañero! ¿Que haces despierto a esta hora?
-No lo sé amigo, creo que dormir en un lugar que no conozco, no me deja dormir plácidamente.
Cuando le dije a Mike esto, se rió de aquella desconfianza que aún poseía y me dijo.
-Tu punto de vista es comprensible amigo, estando en tu posición también estaría así, oye. Aprovechando que estás despierto salgamos al patio a recoger unos huevos.
En el patio trasero de su casa, Mike había construido un gallinero, me dijo que en unos meses tiene planeado comprar una vaca y así tener una dotación ilimitada de leche.
Cuando entramos a la casa, fui a verla, aún seguía dormida, como siempre, llevaba aquella camisa con la que dormía todas las noches, era de su equipo de fútbol favorito, la camisa ya estaba desteñida, estaba bastante vieja.
Pero por algún motivo adoraba aquella camisa.
Ayude a Mike a preparar el desayuno, ninguno de los dos poseía habilidades en la cocina, pero la intención era lo que valía.
Eran las 8:15, el desayuno estaba listo y ella aún no estaba despierta, pasaron 5 minutos más y pareciera que el olor de los huevos entró hasta donde dormía. Había despertado.
Los tres terminamos de desayunar, me fui a bañar, ella también lo hizo, antes del medio día estábamos listos para irnos.
Mike se despidió desde aquella cálida casa.
Habíamos conocido a una gran persona.
