Capítulo 3: Mi hermana es devorada...

25 0 0
                                    

En realidad no, pero quería hacer una broma... Je
Okey.

Cuando el monstruo salto sobre Iara, me interpuse entre los dos y saqué una espada de oro, está espada se clavo en la garganta de Carmesí y ¿qué creen? Lo adivinaron, se hizo polvo

Tocaron la puerta, y como es de costumbre, escondi mi espada y cuando me di la vuelta el polvo ya se había ido, así que abrí la puerta.

Llegó mi papá muy sorprendido, con una espada en la mano y un tanto agitado. Me preguntó:
- ¿Qué ah sido todo ese ruido?
-Em... Este... Nada.-dije.
-Okey, sólo espero que NO te hallas peleado con tu hermana.
-Claro que no- respondí dulcemente.
-Recuerda que vendrá tu primo para la fiesta de tu cumpleaños.-dijo pi papá muy alegre, a pesar de que cumplía un año más, y cada año me festejaban.

Así, quizá les halla mentido un poco, porque en realidad tengo 13, y voy a cumplir los 14 mañana. (No hagan de emoción, solo fueron por unos años)

Okey, okey, me desvíe del tema, de nuevo. Sigamos con la historia.

Cuando salió mi papá, busque que ponerme mañana... ¡desgracia!, ¡desgracia mía! Mañana solo tengo un tipo de ropa que elegir: vestido. Odio los vestidos, con ellos no puedes hacer nada. No puedes dar marometas, montar a caballo (algunas princesas pueden, pero yo no) y muchas otras cosas más.

Es obligatorio usar vestido, en las fiestas solo se usa vestido. Pobre de mí.

El vestido que escogí era mi favorito. Era morado, con todo suelto, no se muy bien como describirlo, así que lo dejaré así.

Después me puse mi pijama, una pijama morada.

Cambie de ropa a mi hermana, le puse una pijama rosa de Dora la exploradora. Su pijama era un vestidito rosa con la imagen de Dora alfrente.

Lleve a Iara al cuarto rosa, (así llamamos su cuarto), la cobije y la deje dormida.

Fui a mi cuarto y me tumbé en la cama para quedarme dormida.

Tuve un sueño extraño. Estaba en la fiesta con mi primo Gabriel (de apodo Gaby) y mi hermana Iara. Todo tranquilo, hasta que llegó una mosca enorme, con un largo de 1m y un ancho de unos 30 cm... Sus ojos, eran espantosos, como los de las moscas pero enormes.

Desperté con un grito, pero como todos dormían y el castillo era inmenso, nadie me escucho. Volví a dormir, pero esta vez en paz.

La princesa guerreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora