La princesa guerrera

Capítulo 7: Mi salvadora

Me desperté con un dolor horrible de cabeza, me costó trabajo levantarme, y cuando lo logré observé en donde me encontraba. Parecía una cabaña hecha de ladrillo, había una chimenea hecha pedazos, se notaba que apenas la estaban reconstruyendo. Yo era la única persona dentro, aunque estaba acompañada por un perrito, muy grandes.
Pero, ¿qué pasó ayer? No recuerdo, al parecer al desmayarme perdí la memoria.
De repente alguien tocó a la puerta, y la cola del perrito empezó a moverse, supongo que era su dueño/dueña, la persona que me salvó.
Abrí la puerta, y ¡sorpresa! Tenía razón. En la entrada de la puerta había un chico, cerca de los 17 años, con ropa de leñador roja y con cabello rubio chino con ojos azules. El perrito fue contra él y casi lo derribó, al chico le tocó muchos besos.
-Basta, sabes que no me gustan los besos, siempre quedo pegajoso, Bestia- dijo el joven entre carcajadas
Yo me quedé callada.
Cuando al fin se levanta el leñador, llega una chica, se me hacía parecida, tenía una baja estatura y chinos, pero casi no se apreciaba su cabello, ya que traía puesta una capa color negro que le cubría la cara y todo el cuerpo.
El muchacho se fijó en mí y dijo:
- Carolina, ¿quién es ella?
- La encontré desmayada en el bosque, Austin - respondió la chica con una voz metálica, parecida a un robot. Extraño.

En ese momento pensé que es tal Austin se iba a molestar, pero en vez de eso, soltó una carcajada.
- Vale - dijo, después se dirigió a mí y preguntó -: ¿cuál es tu nombre?
- Zoé - respondí, pensando si me echaría de la cabaña.
Austin sonrió, le dijo unas cuantas palabras a Carolina y se fue. Me quedé a  solas con la chica. De repente empecé a sentir náuseas, algo andaba mal.
-Bien, ¿qué te gustaría para comer? - me cuestionó Carolina.
- No lo sé... Lo que usted quiera, después de todo, me salvó la vida. - respondí.
Carolina se limitó a asentir con la cabeza, después se dirigió a una habitación, supongo que la cocina.

Ella si que era mal hablada, todo el rato que estuvo en la cocina buscando algo, se la pasó diciendo groserías cuando no la encontraba.
Cuando salió de la cocina traía una enorme olla en donde podría entrar hasta yo, dentro había zanahoria picada, agua hirviendo, cebolla y un sin fin de ingredientes más, tanto que se iban callendo un poco de sopa. Carolina iba detrás.
Me acerqué "cuidadosamente" hacia la comida, para probarla, pero me tropecé con un charco de sopa y tiré todo lo que estaba dentro de la olla.
Carolina parecía furiosa, por lo que alcanzaba a ver de ella. Dentro de la capa se prendió una luz roja.
Yo estaba asustada, y por suerte mía llega Austin con trozos de madera. Fui corriendo a contarle lo sucedido. Él frunció el entrecejo.
- Carolina, ¡fue un accidente! - gritó Austin a la chica.
Pero ella no parecía escucharlo, entonces se quitó la capucha y... En ella no había rostro, en vez de eso solo había un cacho de metal desfigurado hirviendo a rojo vivo.
Busqué mi espada, pero no la traía, no recuerdo que hice con ella.
Visualice un arco con flechas en un rincón de la cabaña y me dirigí hacia allá. Rápidamente agarré el arma y apunté​ hacia el rostro de Carolina.
Pero fallé, eso no es normal. Dirigí mi mirada a Austin y el también estaba armado. Carolina soltó un ruido ensordecedor. Austin gritaba, o eso creía, no escuchaba nada. Volví a intentar derribar a Carolina y desviaron mi flecha.
- ¡Basta! - grité, pero dudo que me halla escuchado.
Carolina se acercó a mi, parecía sorber algo, se veía borroso, entonces empecé a olvidar que sucedía... Ella borró mis recuerdos.
Tomé una flecha y la clave a un costado de Carolina, observé que ella tenía una espada y la tomé, estaba decidida a matarla, pero algo me detuvo, ella me salvó, caí en la cuenta que solo me rescató para alimentarse de mis recuerdos, tomé el valor y la partí en dos. Observé a Austin, que estaba en estado shock, pero se recuperó pronto y atacó, lo desvíe fácilmente. Contraataque, pero esta vez Austin fue más rápido y me disparó una flecha al brazo izquierdo. Le devolví el favor lastimando su brazo derecho. Cayó. Salí corriendo al bosque a buscar algo para mi brazo.