Reyes contra Reinas

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—¡Al fin te encuentro mujer!—Gritó Aries, Piscis somnolienta se giró y visualizó a su hermana, llena de hojas, en segundos ya se encontraba riéndose, Aries estaba enfadadísima aunque se rió, la risa de la pez era escandalosa, divertida y contagiosa.

—Quería pensar Sis.

—Sis, la hoja está—Señaló una hoja verde— Tauro está más que preocupada, casi se le sale el ojo y se le terminan las uñas.

Piscis comenzó imaginar a la castaña de su hermana con el ojo celeste en el piso, no sabía si reír o preocuparse, optó por reír.

—Si saben que siempre escapo.

—Si pero esta vez era diferente, si escapabas sola no seriamos las tres cerditas.

—Son cerditos y no iba a escapar—Dijo Piscis, Aries se recostó en el pasto creciente de aquella pradera y comenzó a ver el cielo estrellado.

—Deberíamos de llamar a Tau—Comentó la signo fuego, la pez de alcantarilla asintió y llamaron a su tercer cerdito.

—¿Novedad?.

—Ven a la pradera.

Aries cortó dejando a Tauro con la palabra, la chica que acababa de terminar de morder su última uña gruñó y fue casi corriendo hacia la pradera, no quería volver a caerse y tener un chichón en la frente. Por otro lado estaba Carl dándose un baño para calmar los nervios, Virginia estaba cansada y se fue a tomar una copa de vino.

—Eloisa —Llamó Virginia, Eloisa se giró y la miró esperando lo que le diría—¿Donde están mis niñas?.

—Desde la mañana no las veo Señora Donelle.

—Está bien Eloisa, gracias.

Virginia dejó su copa ya vacía en la mesada y fue a las recamaras de cada una pero no estaban allí, enfadada fue a todas las habitaciones gritando el nombre de las tres pero no, estaba todo callado, al ir a su habitación gritó el nombre de su esposo, este se encontraba vistiéndose con el pijama.

—Carl,¿Donde están las niñas?.

—En sus recamaras Cariño—Dijo Carl calmadamente para luego recostarse en la cama, Virginia estaba nerviosa, movía su pie derecho incontable de veces.

—No están Carl, ninguna de ellas está—Gritó Virginia impaciente—Le pregunté a Eloisa y ella dijo que no las veía desde está mañana ¿Sabes algo?.

—Le hablé sobre el matrimonio con los Madson....

—¿Aries se lo tomo mal?.

El nombre de cabellos castaños negó suspirando.

—Piscis.

—Oh—Se limitó a decir Virginia para luego llamar a Quinick.

***

Tauro se encontraba abrazando a Piscis, la Taurina siempre consolaba a sus dos hermanas con un abrazo y caricias en el pelo, Aries no era muy de abrazar, en cambio Tauro sí, ellas estaban hablando animadamente sobre otra cosa, y no hablando sobre su tormentoso compromiso.

—Cerdas, creo que nos casaremos pese a que no queramos—Dijo Aries con desdén mientras miraba el cielo—Yo no quiero y ustedes tampoco, estaba pensando en...

—¿Huir?.

—No Tau.

—¿Entonces?—Piscis miró a Aries mientras en su cabeza pensaba millones de cosas.