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Capítulo 2

« Nueva partida »

—Salí del restaurante de comida rápida, me dirigí al estacionamiento y cuando estaba dispuesto a arrancar el auto, una chica abrió la puerta del otro lado y entró apresurada haciéndo que pegara tremendo salto. La miré, era la loca de la acera—
-Baja de mi auto ahora. ¿olvidas que puedo matarte?, ¿O es que acaso piensas robarme niña tonta? —no me miraba, estaba seguro de que ni siquiera me había puesto atención; su pecho subía y bajaba conforme a su respiración agitada y fue entonces cuando pensé que pasaba algo realmente grave como para subir al auto de un desconocido de ese modo— ¿estás bien?, ¿te pasó algo? —Como respuesta obtuve su dedo señalando hacia el espejo retrovisor, lo miré, había unos chicos moviendo los contenedores de basura como si buscaran algo... O tal vez... a alguien.
Bajé del auto y me fui a la parte trasera de este, ellos en seguida vinieron hacia mi. Uno de ellos me puso una navaja cerca de la cara—.
-¿Has visto a una tipa? —me cuestionó con lo que reconocí era molestia—.
-He visto a muchas en realidad —contesté burlona y él acercó mas la navaja a mi rostro—.
-No estoy para pendejadas. Una chica alta, de cabello corto y cara de idiota se escondió por aquí ¿le has visto? Y mas te vale que me guste tu respuesta o te dejaré un recuerdo en la cara, además de que nos llevaremos tu lindo auto.
—los otros chicos rodearon el auto y yo pasé saliva pensando en que en cualquier momento la verían así que pensé en una respuesta que los alejara—.
-¿Por qué buscas a Jennifer?
-¿Se llama Jennifer?, ¿le conoces?, ¿sabes donde está? —quitó la navaja de mi rostro y yo me alivié de haber dicho semejante estupidez—.
-¡Claro que le conozco! Jennifer, esa perra robó mi dinero. Vive cerca de la plaza diamante, en las casas que están justo detrás. Precisamente en la que está junto al parque principal. Buscala y dejale un recuerdo de mi parte... —traté de sonar rudo sin embargo todo me temblaba—.
-Muchas gracias amigo, te debemos una —golpeó mi brazo en señal de « amistad » y yo sonreí. Ellos se fueron y solté un suspiro de alivio, pensé en de donde cojones había yo sacado todas esas tonterías.
Subí al auto y allí estaba ella. Encogida debajo del asiento delantero, tiritando—.
-Ya puedes salir, ya se fueron.
-¿Qué les has dicho?, ¿por qué se fueron? —preguntó saliendo de su escondite y acomodándose en el asiento, frunci el ceño, extrañado porque ella seguía aquí—.
-No estoy seguro de lo que les dije, solo sé que se perderán un rato al otro lado de la ciudad buscando a «Jennifer».
-¿Quién es Jeniffer?
-Por ahora, tú. Ahora dime ¿en que lío te has metido?, ¿les robaste algo?
-Eso no te importa. —contestó molesta, volviendo a mirar al frente. Se cruzó de brazos como una niña pequeña a quien le han negado un dulce—.
-¿no me importa? Si lo has olvidado, te salvé el pellejo, mocosa. Así que me debes una explicación.
-Lo golpeé, es amigo de mi novio. Me he salido de su casa y comenzó a seguirme.
-¿Por qué lo has golpeado?
-Porque él lo hizo también.
-Oh vaya... Estamos rodeados de «machos». En fin, compré comida ¿quieres ir a mi casa? —levanté la bolsa de comida, ella me miró frunciendo el ceño— si no quieres o aún piensas que te quiero matar, puedes bajarte y arreglártelas sola —miré al frente, dejé la bolsa de comida y puse las manos en el volante—.
-Está bien, iré. Dudo mucho que quieras hacerme algo después de ayudarme con ellos.
-Mi nombre es Deniel —Sonreí y le extendí mi mano—. Un gusto, preciosa.
-So-Soy Bonnie. Igualmente, un gusto. —me dio la mano, estaba temblando. La solté y comencé a conducir hacia casa—.