Capítulo 3:

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Después de un rato, cuando estaba a punto de terminar el dibujo, la puerta de la sala se abrió de golpe, todo se volvió un completo silencio.

Moví mi mirada hacia la puerta y vi a los mismos minos de la mañana, al que me tiró los libros en el pecho, y a su amigo.

-Haber señores Pérez y Espinoza, ¿por qué llegan...-Dijo el profe estirando el brazo para poder ver el reloj en su muñeca izquierda.-20 minutos tarde a la clase de matemáticas.-Terminó la frase jugando con el lápiz que tenía en la mano derecha y con el entrecejo fruncido.

-Sorry por llegar tarde profe Juan, es que la profe Ivonne nos dijo que si le podíamos ayudar a llevar unos libros a la biblioteca.-Dijo el mino de los libros (Nico creo que se llamaba).- Y usted sabe que no le podemos decir que no poh.- Finalizó metiendo sus manos en los bolsillos de sus pantalones algo menos nervioso que hace unos segundos.

-Sipo profe, déjenos pasar, porfa.- Dijo el amigo de brackets.

En el tiempo que se tomó el profe en hablar, me di el tiempo de darme cuenta de que no había ningún asiento vacío excepto el que estaba a mi lado y el que estaba al lado de la mina rubia. Puta la wea. Me iba a sentar con uno de ellos.

-Está bien.-Dijo el profe con un suspiro.- Señor Espinoza, siéntese con la maría paz, y usted señor Pérez, con la niña nueva.

El Nico asintió y sonrió de oreja a oreja, se acomodó la mochila azul marino que tenía en su espalda y caminó animadamente hacia mí.

Definitivamente, hoy no era mi día.

Puso su mochila en el respaldo de la silla y finalmente se sentó a mi lado.

-Así que nos volvemos a encontrar.- Dijo con la misma sonrisa de hace un rato, sacando un cuaderno y un estuche que literalmente no había casi nada, con cuea tenía un lápiz negro, un lápiz mina, un cuarto de una goma y fin, no había nada más.

Lo único que hice fue guardar silencio, estaba enojada con ese weon por la wea de los libros.

-¿No pensai hablarme?.- Dijo levantando una ceja volteándose hacia mí.

-¿Por qué debería?.- Dije cortante, aunque así hablaba con casi todo el mundo.

-Puta weon, yo me estoy esforzando para caerte bien, hablarte, y darte una buena bienvenida al curso, y no me dejai weon.- Dijo enojado.

Quizá si estaba siendo muy pesada... Solo quizá.

-Puta weon, sorry, no es mi intención ser así, es que yo de verdad intento no serlo, pero es díficil igual.- Dije tocándole el hombro izquierdo para que me mirase y tal vez, solo tal vez, me pueda caer un poco bien.

-Ya es que no estoy acostumbrado a que las minas sean así conmigo.- Dice sonriendo, tenía unos dientes literalmente perfectos. 

-Que egocéntrico.- Dije soltando una carcajada.

-No, ni tanto.- Respondió acomodándose el pelo, para luego bajar la mirada a mi mesa, específicamente, a mi cuaderno, el cual cerré rápidamente.

-¿Por qué lo cerrai weon?, te quedó la raja.- Dijo arrebatándome el cuaderno y abriéndolo en la primera página, comenzando a ojearlo, viendo los dibujos uno por uno; de mariposas, lobos, calaveras, entre otras.- ¿Tú hací estas weas?

Asentí con vergüenza e incomodidad.

-Weon, te queda bakanes.- Dijo cerrando el cuaderno.

-Eh, gracias, pero, son weas nomas.- Comenté mordiéndome el labio inferior.

-Te robaría uno para hacerme un tatuaje.- Bromeó.

-Si quieres algo en específico, me lo pides nomas.- Respondí con sinceridad, me encantaba hacer diseños de tatuajes.

-¿En serio?, la raja.- Dijo sonriendo.- Oye, ¿Me dai tu whatsapp?

-Dale, anota.- Dije sacando mi celular del bolsillo.

El resto de la clase se nos pasó bastante rápido, comentando algunos dibujos, entre otras cosas.

Cuando sonó el timbre y salimos de la sala, estaba muerta de hambre, así que tenía que comprar algo, pero el problema no sabía dónde quedaba el quiosco o algo.

-Oye Nico weon.- Le dije a este tocándole el brazo para que se diera vuelta a mirarme, ya que estábamos bajando las escaleras y yo no sabía cómo era el colegio.-¿Hay quiosco aquí o alguna wea para comprar?, es que estoy caga de hambre.- Dije alargando la e.

-Sí para allá vamos poh weon, ahí nos juntamos todos los recreos con los cabros.-Dijo tomándome de la muñeca y empujándome para que me apurara en bajar.- Apúrate, que después se llena y no se puede comprar.

-Ay, weon, cálmate.- Reí caminando más rápido y soltándome de su agarre.

El quiosco estaba al otro lado del colegio, abajo del casino, y aun lado de las escaleras que conducían a este, había un grupo, en el cual el único rostro que conocí, fue el del Nacho; y llegué a ese lugar a un lado del Nico.

-¿Quién es esta weona?.-Dijo uno, el más alto de todos, con su smile en el labio inferior.-¿Qué wea, Nico, andai de conquista nueva o qué?.- Dijo levantando una ceja mirándome de arriba abajo.

-¡Ah!, si, sorry, bueno cabros, ella es la Alex, es la nueva que llegó al curso, la santiaguina.- Dijo dándoles una sonrisa ladeada.

-Wena.- Dije levantando las cejas en forma de saludo y levantando los dedos haciendo el símbolo de amor y paz.

En el grupo estaban; el Nico, el Nacho, los cuales ya conocía; después estaba el Daniel, que iba en el otro curso, osea, el Nico, el Nacho y yo íbamos en el primero C, y el Dani, en el B, era moreno, tenía el pelo negro y algo largo. Luego estaba el más alto, que se llamaba Seba, que iba en segundo, tenía el pelo café claro, algo corto a los lados, y su piel era blanca; y por último pero no menos importante, estaba el Joaquín; que era compañero del Seba, era moreno, tenía el cabello café oscuro y los ojos azules.

-Así que nos volvemos a encontrar.- Dice el Nacho con una sonrisa coqueta y levantando sus cejas exageradamente.

-Yaaa.- Dije en el tono más indiferente que encontré.- Voy a comprar weon, estoy caga de hambre.- Comenté dándome la vuelta y yendo directamente al quiosco.

Quizá, no era tan malo estar aquí.

Liberty WalkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora