De repente caí al suelo, al abrir los ojos me encontré con unos ojos hermosos color azul que me miraban con precaución, toque mi cabeza sobando me por el fuerte golpe que me ha causado la caída. El chico era con piel pálida con unos labios rojizos, cabello rizado y esos hermosos ojos azules con una mirada tan profunda.
-Oh por dios, en verdad lo siento- me toma la mano para ayudar me a levantar me.
-Si claro, no te preocupes.-sonrió.
-No eres de por aquí ¿Cierto?- pregunto.
-No ¿Se nota mucho?
-Si, se nota. Y además te hubiera recordado si te hubiera visto antes, una chica tan linda como tu no creo que se olvide- dijo mostrando su perfecta dentadura. -Soy Nick.
-Soy ________ y soy nueva en el pueblo.- digo con una pequeña sonrisa.
-¿_____? Ese nombre me suena. ¡Claro la hija del Sr. Sergio Morrison!
-Sí, ¿pero como lo sabes?
-Es un pueblo muy pequeño, hasta las paredes hablan.
Yo solo sonrió.
-¿Y cual es la razón de tu visita? Claro si se puede saber.
-No es vista, este es mi nuevo hogar. Mi madre murió hace unas semanas así que mi padre me dijo que viniera con el.- le digo haciendo una mueca.
-Lo siento no lo sabía.- dice torciendo la boca.
-No está bien.
-Oye perdón por tropezar contigo, vengo a trotar por la tarde y me distraje y no te vi.
-No te preocupes, todo esta bien.
-¿Y tu que hacías?- cuestiono.
-Solo estaba dando la vuelta, pues para conocer un poco el pueblo.
-Esta bien. ¿y ya comiste? Te puedo llevar a uno de los mejores restaurantes del pueblo.
