Como todo amor, el niño empezó con una mirada, el secreto entre amigos seguido de largas tardes hablando por ese gran amigo llamado Messenger de Hotmail, era como el instagram de la actualidad, se decían cuanto se extrañaban el uno a otro; hasta que pasó una semana cuando por primera vez se iban a besar como hacían en aquellas novelas en horario vespertino que colocaban las abuelas y así empezar un amor bonito.
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El día sábado 24 de enero fue la cita pautada, en colegio tenían algo llamado ''oratorio'' donde los alumnos y la gente de la comunidad iban a orar y a jugar, bueno, para ser sinceros, más jugar que orar; aquel día alfred se vistió con la mejor ropa que podía tener en su pequeño armario para conquistar a su chica. Apenas ella llegó, él quedó con la boca abierta, nunca había lucido tan hermosa con su cabello largo, liso, totalmente negro azabache, mientras estaban en oración entrelazaban sus manos ¡que nervios! Alfred le sudaban las manos: ''Nunca había tocado una piel tan suave'' decía él, María con su rubor natural en ambas mejillas demostraba lo que no decía a las 3:00pm.
Era la hora de los juegos y actividades, él le dice: ''acompáñame a tomar un poco de agua'', entre risas y medias palabras iban hablando pero él ya tenia un plan en su mente, quería saber que era besar a alguien.
Empezó a pisarle los zapatos a María, unos hermosos zapatos blancos con azul cielo y ella le decía ¡NO! ¡NO!. Hasta que en un momento quedaron de frente y él la abrazó y, ¡la besó!, si, la besó, su piel se erizó; sintió un vacío en el estómago y el mundo se paralizó como decía una bella canción: ''Se paraliza el mundo cuando estamos juntos y no hay nada que nos detenga, solo yo se llegar a ese punto de hacer que las horas pasen y tú no te des ni cuenta''.
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