Parte 1 El Comienzo

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Mi vida básicamente se ha basado en despedirme de las personas que más quiero, el primero fue mi padre; cuando mi madre lo echo de la casa por acostarse con aquella mujer de Costa Rica, me prohibió volver hablarle. Después vino el turno de despedirme de mi abuela Amelia, su fallecimiento fue muy duro pero poco duradero, ya que al cabo de un par de meses llegó una niña tan hermosa, que sus ojos color café, su cabello corto y ondulado en las puntas...:

-La vida está llena de cosas bellísimas- susurré a lo bajo.

-No pierdas la oportunidad, ve y háblale- respondió mi madre que me había escuchado.

Me llené de valor y fui a darle la bienvenida de su llegada al barrio:

-Hola, un gusto, yo soy Rodrigo, bienvenida a tu nueva casa

-Hola Rodri, mi nombre es Sofía, gracias por tan agradable bienvenida- me contestó con tan dulzura.

Tenía tan solo 12 años y descubrí que era el amor a primera vista. La pasaba a buscar todos los días, íbamos a la escuela juntos, caminábamos hacia los parques, hasta habían veces que se venía a comer a mi casa.

Después de unos años me animé, era como aquella primera vez que la vi, ese sudor frio que recorre todo tu cuerpo. Entonces le dije:

-Sofi, sé que somos buenos amigos, somos como hermanos pero no aguanto mas tenerlo dentro de mí- (mi corazón estaba a punto de estallar)- la cosa es que desde el momento en que me dijiste tu nombre yo me enamoré de ti, tus ojos, la suavidad de tus manos, estoy completamente loco por ti

Ella no emitió ningún sonido, pero sus mejillas redonditas estaban rojas. Ahí fue nuestro primer beso, me abalance y se lo di.

Todo marchaba genial, llevábamos 5 años de novios, sin ningún inconveniente, hasta ese día...

Cuando Sofía se despidió de mi fue el momento más duro en ese pequeño fragmento de mi vida, ya que me había despedido de tantas personas queridas en el pasado. Pero en ese momento en que ella, el amor de mi vida, de mi infancia se fue a otra ciudad yo ya no era el mismo, mi corazón quedo en mil pedazos sin reparación, pero era joven, tan solo tenía 17 años y la vida tenía que continuar





ILUSIONES DE LA VIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora