Mañanas complicadas

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Steve despertó algo incomodo por la estrechez del sofá, miro la hora percatandose de que aún era muy temprano, seguía triste por su hermano, pero aún más triste por la familia de este, debía dejar de lloriquear y tratar de hacerlos sentir mejor, con eso en la cabeza tomo su celular e hizo unas llamadas, se ducho con agua fría esperando que que eso le ayudara a despejarse, con todo el ánimo que pudo sacar, el cual no era mucho, fue a la cocina y se puso a preparar el desayuno para sus sobrinos y su cuñada, de seguro Natasha estaba devastada y deseaba estar tranquila un tiempo, estaba sumido en sus pensamientos batiendo los huevos en el sartén cuando una vocecilla lo hizo volver a tierra.

-¿tío Steve?-preguntó incrédula la pequeña, su tío no pasaba mucho tiempo con ellos, los venía a visitar en las fiestas y nada más, por lo que le sorprendía bastante el hecho de que estuviera ahí.

-hola Alice, ¿tienes hambre?, estoy preparando el desayuno, siéntate-sonrió, la pequeña pelirroja ni siquiera lo pensó, el exquisito olor la hizo sentarse y esperar con una sonrisa

-si, tengo  mucha hambre-soltó fregando su pancita, ambos se dispusieron a reír y a bromear un poco hasta que entró Ethan mirando la escena con tristeza...eso no pasó desapercibido por Steve.

-hola campeón, ¿gustas desayunar con nosotros?-este se sentó sin dirigirle ninguna palabra, el ojiazul le sirvió con su mejor sonrisa y se sentó mirándolos, la pequeña devoraba su comida como si no se alimentara desde hace siglos, en cambio el chico solo jugaba con su vaso de jugo.

-¿qué te sucede amigo?....puedes confiar en mí-dijo  mirándolo preocupado...el chico debía estar pasandola mal, incluso era probable que peor que el, vio que estaba pensando si contarle o no cuando por fin soltó lo que quería decir.

-¿viniste porque papá murió?-preguntó con lágrimas en sus ojos, él lo abrazo en el acto, Dios, al verlo así se le rompía el corazón.

-vengo para estar con ustedes, somos familia y tranquilo si, tu padre sigue con nosotros-el pequeño lo miró incrédulo-él está en nuestros corazones.

esas palabras lograron que el muchacho se tranquilizara y mirara a su hermana como comía, la chiquilla no entendía la situación, su abuelo les había explicado lo mejor que pudo, sin embargo, la pequeña pelirroja creía que su padre volvería algún día, que solo se había ido de viaje, y nadie tenía el coraje de decirle que eso no pasaría.

Steve dejó un plato listo en la mesa para cuando Natasha saliera de su habitación comiera algo, miro a sus sobrinos y vio en ellos a su hermano, sonrió por ello, sentía pena pero no lo demostraría, no frente a ellos, no merecían todo lo que estaba pasando....y demostrar su dolor frente a ellos no les ayudaría.

-chicos, tengo una idea para que su madre se ponga contenta....¿me apoyan?-exclamó aplaudiendo con euforia, a los chicos se les formo una sonrisa, desde que su madre atendio el telefono ese día estaba sin vida, ya no era la misma, querían que volviera a sonreír.

-si, si, vamos tío-dijo la pelirroja

-sí, hay que ir-sonrió el pequeño, el rubio les explico lo que harían y salieron de compras, hoy harían que Natasha se sintiera bien, y en su ausencia podría aprovechar para estar mas tranquila.

.................

La pelirroja no pudo dormir bien, se sentía igual de destrozada que el día anterior, miro la hora y vio que eran exactamente las 11:00 de la mañana, sintió ruido proveniente de la cocina y unos gritos, ¡demonios!...ya era algo tarde y no les había preparado el desayuno a los niños, se duchó y vistió rápidamente para poder darles algo de comer, bajó las escaleras y vio su sala toda revuelta llena de bolsas y materiales,  frunció el ceño al ver ese desastre ¿¡qué rayos estaba pasando!?, miró a su alrededor y vio a sus hijos riendo en el piso porque su tío les estaba pintando la cara...había olvidado que él estaba ahí, enojada por el desastre decidió enfrentarlo.

-Steve me puedes explicar el desastre que hay en mi sala-soltó seria con el ceño fruncido, los niños al ver la cara de su madre decidieron salir del lugar dejando que su tío enfrentara solo a la bestia, el rubio los miro con confusión...pequeños traidores.

-hola Nat-saludó, ella seguía con su misma expresión- bueno, emmm ah si, le prepare el desayuno temprano a los niños, así que no te preocupes por eso, te deje un poco por si tienes hambre-sonrió nervioso

-gracias, ahora explicame lo de mi sala-dijo fría

-bueno...con los niños...

-¡no nos metas en esto tío!-gritó Ethan...ese pequeño traidor

-ok, es que.....anoche me fije que la sala estaba algo deteriorada...luego recordé de que Thomas quería repararla, llame a algunos amigos y con los niños fui a buscar las cosas, espero que no te moleste que los haya sacado sin tu permiso-ella solo lo observaba seria en su lugar-en fin...pensé que arreglar la sala te haría sonreír, los niños están preocupados Natasha....no te ven sonreír desde que te dieron la noticia sobre mi hermano....yo solo pensé que esto te haría sentir mejor....solo quiero ayudar-explicó con nerviosismo, la chica si que era intimidante, se fijó en que la pelirroja trataba de ordenar las cosas en su cabeza.

-mira Steve, te agradezco el que trates de animar a los niños y a mi, debiste comentarme sobre esto...esta no es tu casa, no debiste hacer este desastre sin mi permiso....no quiero que hagas algo similar más adelante sin consultarme.

-lo siento, de verdad no quise.

-no importa, ya lo hiciste no hay nada que hacer-miró el sofá-¿dormiste bien?-pregunto aún seria.

-no muy bien si te soy sincero, conseguí una habitación en un hotel-sonrió-me quedare ahi...no volvere con mi padre, en cuanto a esto....¿me das tu permiso para remodelar tu sala?....pasare mas tiempo aqui, y te puedo ayudar con los niños, se que debes sentirte mal por lo que ocurrió, quiero que sepas que yo te ayudare, no estas sola Romanoff.

la chica estaba analizando la situación, al mirar esa sala recordaba cada vez en que su esposo le decía que la remodelaría, quería superar este dolor por sus hijos, le costaría pero haría todo lo posible por lograrlo, o por lo menos fingir que lo estaba haciendo.

-no necesito tu ayuda, pero en cuanto a la sala me da igual, has lo que quieras, solo limpia el desastre después-dijo saliendo del lugar, el ojiazul solo la observo al irse, si que tenía trabajo que hacer, lograr que su cuñada sonriera de nuevo sería complicado.

I fall in love with youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora