Nota: Esta historia está por editar (Tanto la narrativa como la ortografía) así que los primeros capítulos pueden contener algunos errores, gracias.
Sinopsis:
¿Te atreves a pensar que "Dios", el ser más poderoso de la existencia haya sido aniquilad...
Profesora: Hoy no tendremos la asistencia del joven Williams así que tomen asiento y comencemos con la clase.
Las alumnas comenzaron a suspirar de tristeza por la ausencia de su joven príncipe pero por el lado contrario Benji festejaba internamente.
Benji: «No se la razón y no me interesa, ahora tengo el camino libre para estar a solas con Saly, eso es lo importante »— al voltear vio que el salón donde él se encontraba no había ningún alumno y en mal estado, su sorpresa fue más al ver una persona extraña sentada en el escritorio de Saly.
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Benji: ¿E...Eres tú, saly? — acercó su mano temblorosa hasta que el ser extraño muestra su rostro, ese ser que era nada más y nada menos que "el odio" de Benji, aquel sujeto que siempre lo atormenta cuando el muchacho queda en trance.
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—Es tiempo que despegues—expresa con una voz tétrica y espeluznante.
Benji se asusta y se para ante el asombro de los alumnos.
Profesora: Joven Hashimoto ¿Necesita algo?
Benji: no...no es nada. — vuelve a ver de reojo el asiento de su amada que felizmente se encontraba allí.
Saly: ¿Estás bien?
Benji: si...estoy bien, «debió ser una alucinación»— decía un poco inquieto.
La preocupación no era solo de él, Hikari también compartía esa inquietud que la distraía mientras su profesor daba clases. Esa inquietud después de escuchar la explicación de Ritchell.
Ella pensaba aquel momento cuando Benji casi cae ante las malévolas garras de Byakuya Anakoichi.
Flashback.
Hikari: ¿Byakuya Anakoichi, el dios de la muerte?
Ritchell: te sorprendiste ¿eh?
Hikari: bu...bueno, sí pero... ¿porque a Benji?
Ritchell: Byakuya se dio cuenta del odio que almacenaba Benji en su interior.
