¿Cómo diablos había dejado que la convencieran para participar en una cosa como esa?
Notó como el sudor humedecía su flequillo y como sus manos temblaban incontrolablemente. Lo único que ocupaba su cerebro en aquel absurdo momento eran las mil y una formas de descuartizar a Cormac McLaggen y su estúpido juego de la botella.
¡Y pensar que toda esa estupidez se había producido porque Cormac quería una oportunidad con ella!
Bueno, lo único que podía pensar sobre eso era que le había salido el tiro por la culata, ya que al menos que ella se hubiera confundido de una forma descomunal, estaba segura que su compañero en aquel pequeño lugar no era McLaggen.Cuando se apagó la luz y la puerta del armario se cerró con un golpe seco, sintió un mareo. Tenía que escapar, el problema era como hacerlo.
Las reglas del juego eran simples y muy claras, el que era señalado por la botella tenía que quedarse dos minutos en aquel armario.“Dos minutos en el paraíso”. Para Hermione Granger eso no era el paraíso, era el mismísimo purgatorio. Empezando con el lugar y terminando con la compañía.
Aquel armario era demasiado pequeño y eso la ponía aun más nerviosa.
Quería salir de allí pero al hacerlo se le caería la cara de vergüenza al ver a los demás invitados de la fiesta. Si salía de allí despavorida no podría soportar las burlas. Estaba segura que si se negaba a besarlo todo el mundo llegaría a la conclusión de que ella jamás había besado a nadie.Ese panorama le provocó una pequeña sacudida. A sus trece años nunca había llegado a besar a ningún chico. No quería ni imaginarse las burlas de Lavender Brown y su amiga Romilda si ese secreto suyo salía a la luz.
Además nunca imaginó que su primer beso seria por culpa de un tonto juego de botella, en un armario oscuro debajo de las escaleras de la casa de su mejor amigo, con aquel pelirrojo de hermosos ojos azules.
Sintió la mano cálida del chico rozando una de sus manos temblorosas, y al instante agradeció que la luz estuviera apagada y que al pelirrojo le fuera imposible ver su rostro pálido y sus ojos vidriosos y bien abiertos a causa del terror.—Tienes las manos muy frías.— susurró el muchacho.
Hermione no dijo nada, solo esperó.
—Creo que a McLaggen se le ha caído el alma al piso.— Rió despreocupado — Apuesto lo que sea a que se muere de celos y que daría lo que sea por estar en mis zapatos.—¿Podemos terminar con esto de una vez?—le interrogó la chica con voz ahogada.
Notó como su compañero se tensaba, y casi pudo imaginar como el muchacho perdía la sonrisa.
—Tenemos dos minutos.—Le recordó.
—Ya, pero yo quiero terminar con esta tontería de una buena vez.
—Jamás pensé que estuvieras tan desesperada por besarme.—Se burló recuperando su buen humor.
—¿Por qué no te tiras de un puente, Weasley?
Comenzaba a perder la paciencia, quería que aquel suplicio acabara.—Tienes miedo.—Afirmó el chico mirando con atención el lugar oscuro de donde provenía la voz de Hermione. Comenzaba a sentirse un poco culpable por estar disfrutando la situación, siendo completamente consiente del mal rato que estaba pasando su querida amiga.
—No tengo miedo.—negó la chica con aplomo.
—Si lo tienes.—Se plantó, testarudo. —Y es normal, se muy bien que nunca has besado a nadie.Hermione se escandalizó en el acto, perdiendo todo su buen temple.
—¿Quién rayos es el chismoso? ¿Quién se ríe a mis costillas? ¿Quién es? ¿Fue Ginny? ¿Harry? —Lo ametralló a preguntas en un susurro.— Solo ellos dos lo saben…
—Nadie me lo dijo.—le aseguró con una sonrisa traviesa que no pudo ver.— Solo lo sé porque te conozco mas de lo que crees.La muchacha deseó poder verlo para saber si le estaba mintiendo, pero al final tuvo que conformarse con el tono de su voz, al menos este parecía sincero.
—Bien, lo sabes, te felicito.—Suspiró Hermione resignada.— Jamás he besado a nadie, así que por favor terminemos con esto.
A pesar que todo estaba oscuro, cerró los ojos fuertemente y muy quieta esperó a que todo sucediera.
El pelirrojo comenzó a reír y su risa se acercó cada vez más y más a ella, podía sentir su cuerpo muy próximo al suyo.Y la beso… pero en la punta de la nariz.
Hermione cerró aún más fuerte los ojos, estaba segura de que aquel chico iba a torturarla muy lentamente.
Por suerte para ella, no fue así.
—Tienes derecho a que tu primer beso sea con aquel que tú elijas, y no con el que eligió una estúpida botella.— le dijo con voz ronca.—Pero recuerda, un día de estos voy a querer este beso y no tendré el menor pudor de reclamártelo. Y te aseguro que te lo hare pagar con intereses, un beso por cada mes que pase.
Abrió los ojos, sorprendida, lista para negarse a ese trato, pero Fred Weasley ya había abandonado el armario.
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Esta historia la escribí hace bastante tiempo, espero que les guste.
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Por un maldito juego de botella. AU [Fremione]
RomanceHermione tiene una deuda con Fred Weasley ¿Podrá pagarla? AU Sin magia. Los personajes son propiedad de la gran J.K. Rowling "Esta prohibido copiar o adaptar esta historia si mi permiso ¡Eso se llama Plagio y esta mal! Que lo hagan tod@s no es excus...