Buscado en lo más profundo de mi corazón, y encontrado en las afueras de mi mente, casi saliendo de mi cuerpo, como huyendo de mí, como si esas ideas jamás hubieran querido haber sido expresadas. Lo fueron, y he aquí los resultados.
¿Alguna vez te has sentido como una hoja de un árbol? Sí, de esas hojas que caen al suelo cuando están secas, y se elevan con el viento, que viajan a través de los árboles y que vuelan sin dirección… De las que tocas y se quiebran con facilidad, de esas hojas que ya no sienten, que no les importa lo que hagan con ellas, porque ya están muertas.
Grales, seguro estás pensando que es un lugar… La verdad es que no, Grales es el apreciado protagonista de esta rara historia. Un chico de 15 años, de nacionalidad mexicana, y estudiante de preparatoria, un joven común, una persona sin nada especial, sin súper poderes, sin algo que lo hiciera sobresalir de los demás. Sólo un joven más, al menos él creía eso… Por desgracia no sólo él, muchas personas lo creían así también. Después de todo, tal vez era cierto. Él es el protagonista de este relato. Él es Grales.
Sonó el despertador. Un nuevo día comenzaba y la rutina continuaba, Grales se levantó, como lo hacía diariamente, y comenzó a alistarse para un día más de escuela, ¿de aburrición?, tal vez. Pero algo era seguro: Le gustaba ir a la escuela. Sinceramente, no creo que a nadie le guste no ir a la escuela, siempre hay un motivo, una cosa… Una persona… Un sentimiento. Él tenía su motivo. Aquella mujer, niña si así se le puede llamar, era una flor que apenas estaba creciendo, era una total belleza. Era el tipo de persona que les agrada a todos, que es amiga de todos, a quien buscan, a quien siguen, la que impone modas, la chica linda y popular, la inteligente, la aplicada. Todo eso y más solía ser ella. Su nombre era Lea.
Llegó a la escuela, caminó por donde él siempre caminaba, mejor dicho, por donde ella siempre caminaba. Llegó a su salón, una clase más, un día más, no le importaba, y es que la verdad es que a nadie le puede importar tanto una clase cuando aquella persona que quieres con todo tu corazón está fuera del salón donde te encuentras tú. Lo único que él deseaba era que el timbre sonara para ver un poco más a su bella amada. Su clase le pareció eterna, jamás se había sentido tan aburrido, tan estresado, tan mal. No sabía qué le pasaba, él no era así. Algo estaba mal, pero, ¿qué podría ser?
– ¿Me permite ir al baño? – Consultó con el profesor.
El profesor contestó algo, pero ese algo no pasó por la mente de Grales. ¿Qué está pasando? Se repetía una y otra vez en su cabeza. Salió del salón de clases. Sentía las miradas de todas las personas sobre él, pero realmente era algo tonto, nadie lo miraba. (Incluso creo que estaban ignorándolo).
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El Corazón Marchito de Grales
Teen FictionEl amor puede ser el mejor sentimiento que exista, pero también puede ser el peor. Grales está dispuesto a dar todo por ella, pero, ¿siente ella lo mismo por él? ¿Qué estás dispuesto tú a dar por amor?