Parte 2.

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“La gente me observa, esto no es normal, algo hice mal”, pensó. ¿Sabes qué es lo extraño? Que él no había hecho nada malo. Caminó un poco, y regresó a su clase, con ese sentimiento aún en él. ¡Al fin se oyó el timbre! Fue el primero en salir del salón, corrió hacia donde siempre se encuentra con Lea. Llegó ahí. Se sentó en un banco de los que había en la escuela donde solía asistir. Esperó sólo un más, y en un instante se notó como una multitud de gente comenzó a salir d otros salones. Él sabía claramente la dirección en la que ella vendría. A lo lejos la visualizó, como siempre sucedía, hoy también sintió aquella sensación que sintió cuando estuvo en un edificio muy grande y muy alto. La adrenalina recorría sus venas, la intensidad incrementada de sus latidos ya desesperados era cada vez más notable. Ella estaba cerca. Estaba a tan sólo pocos pasos de llegar a él, claro, no iba sola, iba con sus amigas, ya sabes, las mujeres nunca andan solas. Él estaba emocionado y le fue imposible esconder aquella sonrisa que en su rostro se dibujó. Llegó frente a él. Grales la miró y admiró toda su belleza. Ella continuó caminando, hasta toparse con un joven, uno deportista, aquél que todas las mujeres quisieran tener de novio, uno de buen parecer, un fortachón que ocupa más tiempo en el gimnasio que en leer un libro, ese que siempre está jugando futbol, el que es rudo y a quien todos respetan, el que sólo sale con chicas bonitas. Cuando llegó con él, lo tomó de la mano y caminaron juntos hacia la puerta de la escuela, para salir de ella. La vio. Los ojos de Grales se iluminaron, hacía mucho tiempo que él se había enamorado de ella, mas no se lo había dicho, ¡vaya! ¡Qué pánico decirle a alguien que te gusta cuando tiene pareja! Ella no lo conocía a él, aunque tal vez lo había visto, lo más seguro es que a ella no le importaba. Ella era feliz con su novio, Daryl y Grales era feliz viéndola todos los días… Pero, ¿por qué comenzaba a sentir ese vacío en su corazón? ¿Por qué en ese momento? ¿Por qué ese día? ¿Por qué aún después de haberla visto seguía sintiéndose así? Sin duda, no hay explicación para todos los sentimientos, y creo saber que el sentimiento más difícil de entender, entre todos, es el amor.

Sin ser verdad, seguía sintiendo las miradas de todos sobre él. “¿Se habrá enterado de que me gusta y todos sabrán ahora? Eso debe ser, tal vez alguna de sus amigas encontró una de las muchas cartas que he tirado y le ha contado a todos, ¡Seguro!”. Se imaginaba, pero como en todo lo que él pensaba, estaba mal. Lea no se imaginaba que ella le gustaba a él, para ser más claros, Lea no sabía que Grales existía, lo peor de esta historia, es que el joven sabía que era un desconocido para la dueña de su corazón.

¿No te suena parecido a algo?

¿Jamás te ha pasado que el amor te derriba, haciéndote amar a alguien a quien nunca creíste que tu corazón le pertenecería? Esta historia tiene algo de eso.

Así, Grales continuó enamorado de Lea. Transcurriendo el tiempo, cambiando las situaciones de la vida, sucedió un día una pelea entre Daryl y Lea.

– ¿No es así como se ama? – decía desesperado Daryl.

– ¿Es que acaso soy la primer novia que tienes? ¡No sabes tratar a una mujer! Tanto tiempo te he soportado, pero ya no lo haré más tiempo, creo que es mejor terminar mi relación contigo antes que termine más dañada – Gritaba Lea muy alterada. Su cara era de desesperación y se notaba muy enojada.

Ambos se separaron, fueron por caminos contrarios, y eso sólo se podía significar una cosa: Grales tenía el paso abierto hacia Lea, lo único que tenía que hacer era encontrar la forma, el lugar preciso para decirle por cuánto tiempo la había amado y la había estado esperando, y desde hace cuánto tiempo él anhelaba ser algo más que un simple amigo para ella.

El Corazón Marchito de GralesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora