Otayuri Week 2017

Día 2: Redes Sociales/ Celebración

Nota: Me enteré apenas hoy así que el tema del primer día se me pasó, sin embargo, a partir de hoy subiré un one- shot lo que queda de la semana.
Ahora sí, ¡A leer!

♥ ♥ ♥

Nunca había sido muy asiduo a las fiestas, de hecho era la segunda cosa que más odiaba en el mundo, ¿La primera? Perder.

¿Qué pasa cuando le sumas alcohol a una de las cosas que más detestas?

Desastre seguro.

La boda de Viktor y Yuuri, como se esperaba, fue fenómeno mundial.
Desde la ceremonia civil el índice de asistencia, que se suponía solo sería limitado a la familia y amigos de la pareja, terminó con, al menos, un millar personas afuera del registro civil de Barcelona.

En la recepción, para que fuera justo y por idea de Minako, se sortearon 50 boletos entre los asistentes fanáticos.
Sí, algo muy justo.
Yuri Plisetsky reprendía al novio por la indiscreción respecto al festejo que había cometido en las redes sociales.
Y, siendo Viktor, dicha reprimenda le entró por un oído y le salió por el otro.
El hada rusa, ya con 21 años de edad, aún odiaba esa actitud despreocupada de su compatriota ruso e intentó de que el nuevo esposo de Viktor le regañara y que le hiciera asumir la culpa del descontrol que ahora era la celebración de su boda, hecho inútil porque el nipón sólo excusó al peliplata alegando que Viktor solo había estado emocionado y no pudo contenerse de compartir el lugar donde sería la boda.
El rubio bufó y dejó al pelinegro lidiar con su marido mientras él iba directo a la barra.

Pidió coñac y cuando estaba a punto de tomar el primer trago alguien preguntó a sus espaldas:

- ¿Te diviertes? - esa voz la reconocería en cualquier parte.

- ¡Beka! - exclamó el patinador ruso abrazando a su pareja.

- ¿A qué hora llegaste? - cuestionó el menor.

- Me cambié en el avión y en cuanto aterrizó vine aquí directamente, pero me desconcertó ver tanta gente. - aclaró el kazajo.

Yuri soltó un gruñido.

- Y que lo digas, ese maldito anciano de Viktor publicó anoche que estaba en Barcelona para casarse, ¿Qué no sabía que las fanáticas ya estaban investigando en qué país llevarían a cabo la boda? Con esa jodida publicación sólo minimizó su rango de búsqueda. - se quejó Plisetsky y Otabek rió.

- Si Viktor no lo hubiera publicado, Phichit seguro lo habría hecho de todas maneras. -

- Rayos, sí. - suspiró cansado. - sea quien haya sido, este desastre estaba destinado a suceder. -

El pelinegro posó una mano en el hombro del rubio.

- Ve el lado bueno, la familia de Katsuki llegó a una buena solución. - le consoló a lo que el menor soltó una pequeña risa.

- Por otra parte, todavía no sirven la cena y tú ya tienes un trago en mano. - su tono calmado denotaba el, sutilmente escondido, reclamo en su voz.

- Apenas es la primera y me hacía falta. Además ya tengo edad para tomar, Beka. - se defendió el nieto de Nikolai con una puchero.

Antes de que Altin pudiera agregar algo más, la música comenzó a sonar y en la pista de baile aparecieron los esposos.
Yuri reconoció la pieza como Stay close to me, del programa de Viktor hacia ya varios años, la misma pieza que los llevó a encontrarse.