Capítulo 1

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Recién comenzaba el mes de noviembre y parecía traer consigo uno que otro reto. Axel aun dormía cuando un rayo de sol entró desde la cortina que apenas se había molestado en cerrar debido a la maratón de videojuegos y películas de la noche anterior. El despertador pareció sonar más fuerte que otros días y apenas abrió los ojos, tomó su teléfono y apagó la alarma. <<5 minutos más>> Pensó.

Pasó cerca de una hora y para ese momento, ya se había levantado apurado y sin muchas ganas de empezar la semana. Hacía apenas unos días su madre había tenido una seria discusión con él debido a la "irresponsabilidad", como ella solía describirlo, de sus horarios.

Al momento de levantarse no se molestó mucho en apresurarse para ir al colegio. Con 18 años, parecía que incluso tenía menos tiempo libre que sus padres. No se preocupó demasiado por su apariencia. Se revolvió un poco el cabello que le llegaba casi hasta los hombros y se puso lo primero que encontró en su armario.

Su vestimenta para ese día consistía, básicamente, en una camiseta blanca de marca, algo gastada; unos pantalones de mezclilla; zapatillas y una chaqueta negra que nunca usaba.

Pese a que se tomó su tiempo para prepararse, igualmente bajó corriendo por las escaleras con su mochila a cuestas sin siquiera pensar en tomar desayuno; pero en cuanto pasó cerca de la cocina se percató de que su madre le había preparado un paquete que consistía en galletas comunes y un café de botella.

Entonces, salió a toda marcha hasta la estación de trenes que quedaba a apenas un par de calles de su casa, a las afueras de la ciudad.

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Al llegar, recordó que su padre le había contado sobre aquella estación. Se trataba de una de las más antiguas reliquias de la ciudad en épocas de antaño y además una de las primeras (y seguramente la última) que aún conservaba los clásicos trenes de estilo Inglés.

Pero entonces, un llamativo letrero que no se encontraba ahí antes lo sacó de sus pensamientos. "Remodelación en progreso, fecha de cierre de la estación: 22 de Marzo de 2017" y en conjunto a él un pequeño mensaje en letras rojas que indicaban la nueva dirección de una estación común.

-Eso se encuentra a al menos media hora más desde aquí- dijo muy a su pesar.

Compró un ticket y esperó el tren sentado en el piso frente a las vías y detrás de la marca que no se debía traspasar.

No solía tener problemas con eso, ya que mucha gente había dejado de acudir al lugar y usaban el clásico metro subterráneo. Muy pocas personas apreciaban un transporte como el suyo, y es que siempre que se subía podía fotografiar los paisajes cuando llevaba consigo su cámara profesional; dibujar alguna cosa, leer tranquilamente o simplemente escuchar su música favorita.

Cuando llegó el tren se llevó una desagradable sorpresa. Un montón de gente se bajó a discutir con los empleados del lugar por los atrasos del mismo entre otros problemas que había habido dentro. Axel no tenía tiempo para estas cosas pero la gente se amontonaba de tal manera que no le dejaban subir a la máquina.

Otros tres empleados se acercaron y, tratando de despejar el lugar, lograron abrir una pequeña vía por la que pudo pasar sin problemas.

El tren estaba vacío, salvo por algunas personas que se encontraban en los asientos de adelante leyendo o posiblemente en la sección de fumadores del transporte.

Se acercó al sector de atrás del tren. Una parte consistía en dos asientos verdes y al medio una mesita de color café que siempre tenía una copia de las noticias de la mañana; además de un ventanal grande donde se podía apreciar mucho mejor la ciudad. Ese era su lugar favorito.

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