El día iba de mal en peor.
Peter no hacía más que provocarme para que lo insultara.
Y solo pasaron dos horas.
Estábamos los tres: Abby, Peter y yo rondando por el bosque a las dos de la mañana haciendo nada en particular.
—No lograrás que te insulte, P—le hable con una fingida voz tierna usando mi sobrenombre favorito para el.
—Apuesto veinte dólares a que Sky logra controlarse por hoy—dijo Abby mientras miraba a Peter con una sonrisa desafiante.
—Cincuenta a que no lo logra.
—Cincuenta—y ambos se dieron un apretón de manos dejando un trato hecho.
Fruncí mi ceño y los miré.
—Siento que estoy siendo vendida.
—Mi querida amiga, se que superarás este día. Ya puse todo mi apoyo en ti... y cincuenta dólares asi que más vale que te controles—me señaló con su dedo índice.
—Si, mamá—rodé los ojos.
Seguimos caminando durante un rato largo. Abby y Peter habían entablado una conversación de la cual yo quedé excluida. En algunos momentos me querían hacer parte pero al contestar con monosílabos descartaban la idea. No es que quiera ser grosera con ellos, pero mi mente está en otro lado.
Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza y me invadió un mal presentimiento. Enseguida usé mis sentidos para verificar si estábamos en peligro pero no había nada fuera de lo común. El mismo horrible olor a pata de Peter seguía ahi.
Sin embargo, mi mal presentimiento y la opresión en el pecho que se había generado se quedaron ahi.
—¡Tierra llamando a Sky!—dijo Abby y luego comenzó a reír—. Es gracioso porque es como si la tierra estuviera llamando al cielo, ¿entienden? Ya que Sky también es cielo...—mi amigo y yo la miramos con los ojos entrecerrados—. Agh, olvídenlo.
Rodé los ojos y metí las manos en los bolsillos de mi chaqueta.
—Bueno, ya que mis chistes te molestan me iré. Tengo trabajo que hacer.
—¿Qué clase de trabajo tienes que hacer a las tres de la madrugada?—inquirí. Si, habia pasado una hora perdida en mis pensamientos.
—El trabajo más hermoso de todos... dormir. Adiós—y en menos de un segundo la perdí de vista mientras se alejaba corriendo hacia nuestra pequeña urbanización en el bosque.
—Yo también me iré—añadió Peter.
Por alguna extraña razón no quería quedarme sola.
—¿Por qué?—pregunté. Nunca cuestionaba cuando me dejaban sola. La verdad es que no cuestionaba casi nada en realidad. Pero esta noche algo me está pasando, y no hay luna llena con la cual poder excusar mi comportamiento.
Peter me miró extrañado.
—Estoy muy cansado. Caminamos un montón, pero tu no te diste cuenta porque estabas en las nubes—me observó fijamente y se acercó a mi—. ¿Te sucede algo?
Suspiré y rasqué mi nuca.
Esto será difícil.
—No... no quiero quedarme sola—solté.
—¿Te sientes bien? ¿Pasó algo?—dijo preocupado.
—Estoy nerviosa, tengo un mal presentimiento—y cuando confesé lo que me pasaba me sentí estúpida. ¿En serio estaba dejando que una tontería como esta me afectara?
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WEREWOLF © [PAUSADA]
WerewolfUn desequilibrio en la extraña vida de Sky Wadlow la obliga a huir a las afueras del bosque. Todo ha cambiado, y ella tiene bien claro lo que debe hacer a partir de ahora: hacerse pasar por una "corriente". Si, no es una de las mejores ideas que s...