Hasta que la muerte... Nos separe.

Capítulo 3

Mi nombre es Hyun Yong,  soy de Corea del Sur, soy hijo de un arquitecto muy famoso, dicen que debemos seguir los pasos de nuestros padres,  seguir sus carreras, ser como ellos... Amo a mi padre, siempre me ha tratado bien al igual que mamá.

El es un hombre honroso, digno, bondadoso y me ama mucho.
Cuando le dije que quería ser maestro, se entristeció, pues el quería que yo llevará su profesión,  y seguir con la "tradición" familiar y su firma.

Pero como dije,  el me ama y solo quiere mi felicidad.  ¿Qué padre no querría eso para su hijo? Sin embargo,  tenía miedo; Miedo a que la gente no me aceptará, que no aceptará mis preferencias sexuales.

El lo sabía... Un día me dijo que él me amaba por sobre todas las cosas, que yo era su hijo aunque la sociedad no lo viera con buenos ojos.

A eso le tenía miedo, el decía que el diseño,  te metía  más en un dibujo,  presentando el proyecto y lo culminabas... Entendía su punto. Pero lo que yo quería era ayudar a los jóvenes fueran o no homosexuales; Existen tantos suicidios, ¡realmente es alarmante!

Y creo que la mayoría es por falta de comunicación,  baja autoestima,  pero antes de todo esto, es un gran grito de ayuda,  que estaba dispuesto a escuchar.

No pensaba estudiar psicología, sabía que siendo gay tendría pocas probabilidades de tener varios pacientes, pues la gente se fija mucho en el que dirán.

Entonces decidí ser maestro, observar a lo lejos a los jóvenes e involucrarme con ellos para ayudarlos.
Poco a poco me fui ganando la confianza de los alumnos y de los directivos  (no fue nada fácil) y al pasar los años me convertí en director, eso me ayudó mucho, no sólo a ayudar a los jóvenes sino también a dirigir a los maestros a mi cargo, y hacerles entender que cada alumno es único y especial, que no todos aprendemos de la misma manera  y que no todos tienen los mismos problemas, ya sea en casa, en el amor o físicos.

Poco a poco nos fuimos conociendo no sólo como una escuela de alto nivel académico,  sino humanista.

Considero que hemos ayudado a muchos jóvenes, muchos me han confesado, que sin mi ayuda, hubieran tomado la "salida fácil".

Pero a pesar de ser tantos a los he ayudado y he marcado sus vidas... Son pocos, los que han marcado la mía...