1 | Suga |

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  —¡Suga-san! —Gritó Yui tratando de alcanzar a su amigo quien iba unos cuantos metros más adelante, casi llegando a la entrada del colegio Karasuno. Al sentir esa voz familiar  el se dió vuelta, con brazos abiertos, en espera a que ella le abrazara.

—¡Michi!—Dijo el contrario con voz dulce. Para que luego su querida amiga le abrazara. —¿Como te fue todo este tiempo sin verme? ¿Me extrañaste?—Preguntó con burla.

—Sólo me fui un par de días de viaje nada más—Dijo para soltarse del agarre de Sugawara.—Vamos quiero llegar antes al salón.

Caminando animadamente por los pasillos del colegio ambos iban hablando sobre como Yui había pasado las vacaciones.

—¡Hey Michimiya!—Esta voz gruesa llamó la atención de ambos chicos. 

—Oh, Daichi-kun... Hola—Saludó con la mano izquierda. Suga dejó de prestar atención ya que su celular había comenzado a vibrar, tenía un mensaje de su madre.

—¿Podría hablar contigo un minuto? ¿A solas?—Preguntó el más alto.

—Oh lo siento, pero ahora llevo prisa ¿Podría ser en la hora del almuerzo o luego?—¿Eh que era ese edor?, pensó el gricaseo, y al levantar su vista vió como se alejaba ese tal "Daichi".

—¡Michi! ¡Ese chico apestaba a transpiración!—La contraria le miró extrañada.

—¿Eh? Yo no sentí nada—Dijo mientras que Suga se tapaba la nariz con su mano derecha sacando la lengua mientras que con la mano izquierda la movía de un lado a otra en señal de asco.—¡Suga no seas así!—Rió— Vamos que quiero llegar de una vez—Tomo el brazo de su amigo para llevarlo al dichoso salón. 

 Y ambos tomaron rumbo a un nuevo día de clases. Las mismas transcurrieron como siempre, aburridas, pero luego de tanta espera la hora del almuerzo había llegado. Y Suga junto a Yui fueron a buscar lugar en la cafetería, mientras más alejada la mesa de los demás mejor para ellos, tenían de mucho que hablar, o bueno quizás era Suga quien más quería hablar.

  —¿Eh? ¿Otra vez Suga-san trae frutas picadas para el almuerzo?—Mencionó con cara seria—¿Como te puedes llenar con eso?

 —¿Pero que dices? Esto es mucho más saludable que toda la grasa que trae tu almuerzo—Señaló.

 —No te preocupes que esto me lo comeré yo, no tu—Dijo empezando a comer, y en eso Suga se le acercó al rostro.

 —¿Porque Michi-chan no se cuida el cutiz, eh? Te veo puntitos negros en la nariz—Bastó para que resiva un golpe en la cabeza de parte de su querida amiga.—¡Oye! Eres muy bruta...

—No todas tenemos tu preciado cutiz.

—Eso es lo que  me hace más bella que todas ustedes—Le guiñó el ojo.

—¡Ningún chico te querrá asi! 

—Shh, envidiosa.

—¿Mejor come ya, sí?, y...—Hizo una pausa— ¿Suga no querrías ser manager del equipo de volley al cual pertenezco?

—...¿Eh?, pero yo...— No pudo terminar su oración, ya que una tercera presencia le hizo mirar al frente.

—¿Michimiya ahora tiene tiempo?—Oh vaya... el chico de esta mañana. ¿En que andas querida Yui?.
La contraria asintió y fue con el más alto un poco más lejos de la mesa, pero Sugawara no les quitó la vista de encima. Pero en el momento que él se descuidó viendo su celular, su amiga ya estaba de vuelta.

—Michi...

—¿Mhmmm?

—¿Que quería ese chico?—Hizo una pregunta con mucho interés, y ella lo notó.

El mal tercio torpe. | DAISUGA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora