3 | ASAHI |

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  Me despedí de Daichi apenas llegamos a la esquina de la cuadra de mi casa, evitando responder a sus preguntas por mi rara huída de aquella cena preparada por nuestro mánager gay.
Cuándo ya estaba bastante alejado me dí vuelta y miré por dónde iban los chicos, específicamente a Daichi, quién aún seguía extrañado hasta que apareció Sugawara tomándole del brazo izquierdo aferrándose al mismo; una corriente eléctrica me paso por la espalda haciéndome tener un mal presentimiento de aquella escena.
Sentía pena por el pobre de Daichi, que incómodo sería estar al lado de una persona gay.
Me dí vuelta y me apresuré en llegar a mi casa, ya que se estaba poniendo demasiado oscuro. Al llegar saludé a mi familia y fuí directo a bañarme; tiré la ropa sucia del entrenamiento en un canasto, abrí la llave de agua caliente dejándola correr un momento, luego me miré en el espejo y me saqué la liga de mi cabello para luego meterme en la bañera.

Sugawara me tenía inquieto y con asco, ¿Acaso los chicos no se daban cuenta de con quien estaban? ¿Y si él tenía pensamientos homosexuales con cada uno de ellos? ¡Que eso no es normal! Hasta Suga haría linda pareja con Kiyoko-san, ¡Tantas mujeres lindas y a este idiota le tienen que gustar los hombres!
Por más que estuviera sumergido en el agua caliente de la bañera me sentía frío. Que horror. Volví a abrir un poco más la llave de agua caliente para entrar nuevamente en calor.
Solo espero que Daichi no cometa alguna idiotez con aquél chico, no soportaría tener una pareja gay al lado mío, además él puede conseguir a cualquier otra que le haga feliz. Únicamente quiero la felicidad de mi mejor amigo.

Cuándo terminé de bañarme me fui a mi cuarto sin cenar, no tenía apetito lo único que quería era acostarme a revisar un poco el teléfono, revicé a los chicos del club por WhatsApp y ningúno había utilizado el teléfono desde que fueron a casa de Sugawa. ¡¿Tan bien la estaban pasando que nadie lo utiliza?! ¡Ni siquiera Daichi!. Suspiré y dejé el móvil en la mesa de luz agarrando mi tablet para ver alguna que otra película así podía despejar un poco mi mente.

Al rededor de las 4 a.m Yamaguchi envío fotos al grupo del equipo, y por curiosidad entré a verlas, pero como dicen la curiosidad mató al gato. La foto N°7 era la peor, no lo podía creer.

N/A: Aquí a la foto que se refiere Asahi es la que se encuentra al final del capítulo 2. 

| DAICHI |

Sábado, 11:35 p.m.

Estaba recostado en cama, aún tenía sueño, me había quedado hablando con Suga por WhatsApp cómo hasta las 6 de la mañana y sólo dejamos de hablar por que él me obligó a irme a dormir (el también lo haría) ya que decía que las ojeras no eran atractivas y mucho menos en él.
Solté una pequeña risa al recordar eso, era imposible que algo le quedase mal.
Me quedé un rato más en mi cama viendo revistas hasta que al rededor de la 1 p.m me entró un mensaje de Suga. El cuál decía que no olvidase que esta tarde saldríamos ambos al centro de la ciudad para pasear un poco. Ayer mientras hablabamos por la madrugada le comenté que me caía muy bien, y que me gustaría pasar más tiempo juntos, ya que con el entrenamiento no me bastaba ¡Si a penas podía dirigirle la palabra! Ibamos ya dos semanas de conocernos, y no nos habiamos dejado de hablar desde entonces.
Sugawara era demasiada buena gente y fácil de encariñarse con él.

Me levanté de mi cama y me fuí directamente a darme un buen baño de agua caliente. Para cuándo terminé me encerré en mi cuarto para ver que ropa me pondría.
Terminé poniéndome unos pantalones deportivos color negro, junto con una remera larga celeste, y unas nikes. Sencillo. Me peiné y me fuí a poner desodorante, una vez ya listo me despedí de mis padres para por fin de una vez salir rumbo a casa de Suga. En mi trayecto fuí bastante concentrado, apreciando el paisaje que me rodeaba, estaba tranquilo y feliz.
Ya cuándo llegué toqué la puerta de su casa y me atendió su madre, más simpática que él, me invitó a que pase a su casa y que esperase en el sofá según ella que ya llamaría a Suga. Le miré mientras que su figura desaparecía por un largo a pasillo. Creo que hubo una espera de 5 minutos, hasta que sentí su voz.

El mal tercio torpe. | DAISUGA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora