Capítulo 33: Deseos.

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Creo que al sentir los labios de Armin, fue inevitable no recordar los de Castiel, que a pesar que sabían a whisky en ese momento, eran de los mejores que nunca probé.

MOMENTO. ¿POR QUÉ PENSABA EN ÉL AHORA?
¿Será que él sí me...? No, no, no, Castiel no me gusta. Definitivamente... definitivamente tal vez.

Y es ahí cuando las palabras de Carla resonaron en mi cabeza. "A ti te gusta Castiel". Y yo le respondí que sí.

Está bien, y si me gusta, ¿por qué no me quito a Armin de encima?

Seré una perra, pero la verdad no quería hacerlo. Esto es muy, muy raro.

Decidí hacer feliz a mi yo del pasado y disfrutar el momento. Acaricié su (muy) suave cabello y él me tomó de la nuca para acercarme más a él.

Armin, el chico de mis sueños cuando entré a mi antiguo instituto, que nunca me prestó atención, y ahora mírenme; me acaba de besar.
Quizá no lo había superado todavía... Simplemente me olvidé de él.
Él si me quiere... Y Castiel, Castiel no. Tal vez ese beso que nos dimos ebrios fue sólo eso, un beso de ebrios. Lo hicimos fuera de nuestros 5 sentidos. Y además, él ni siquiera lo recuerda.

Armin alejó su bozo del mío y me quedó mirando a los ojos.

-Me gustas, Daia, me gustas desde que tengo 14 años, y en pocos meses cumpliré 18. Me tienes a tus pies, haría lo que sea por ti. Sólo dame una oportunidad.

Sinceramente, no sabía qué decirle. No estaba segura de mis sentimientos.

-Armin... La verdad, no tengo muy claro lo que siento, pero no puedo negar que sí me pasan cosas contigo y comienzo a dudar si te he superado. Quiero tiempo para pensar, para aclararme, no quiero decidir algo sólo por precipitarme demasiado.

Se puso de pie y me miró.

-Entonces, niña- Estiro su mano para ayudar a levantarme- Tomaré este tiempo que necesitas, para conquistarte.

(...)

Llegué a mi casa y me tiré en mi cama, intentando asimilar todo lo ocurrido hoy. Es todo tan... No sé, de cuentos, me da miedo que no esté haciendo las cosas bien.
Bajé a la cocina a prepararme un té verde y lo llevé a mi habitación. A pesar de que hacía un calor de los mil demonios, me encantaba beber cosas calientes, sobretodo té.

Puse música y me puse pijama, me tomé el pelo con una coleta alta y abrí mi armario para guardar la ropa que hoy usé.
La verdad, estaba bastante pobre de ropa, y me estaba empezando a frustar que siempre me vean con lo mismo.
Y ahí fue cuando recordé que mi madre me dijo que mi regalo de cumpleaños sería a mi elección.

Bajé y toqué la puerta de su oficina.

-Permiso... ¿Mamá? ¿Puedo pasar?

-Abre, pasa- Me dijo en lo que me vio asomarme por lo entreabierto de la puerta.

-Creo que ya sé lo que quiero por mi cumpleaños.

-No me digas que quieres un carro, por favor, Daia.

-¡Rayos!- Reí.

-Dime que es broma, por favor- Sonrió nerviosa.

-Claro que lo es, mamá- Le sonreí- Quiero dinero para agrandar mi armario un poco.

-Entiendo... ¿Cuando irás a comprar?

La verdad, ni siquiera lo había pensando, pero no quería ir mañana, mañana quería quedarme en casa.

-Creo que iré pasado mañana.

-Vale, ese día saldré temprano, así que, te dejaré el dinero sobre la mesa de la entrada, ¿está bien?

-Gracias mamá- Y me acerqué para abrazarla.

Me retiré, y al segundo, mi madre me llamó de nuevo.

-¡Epa! Tú me tienes que contar algo.

Sonreí nerviosa.

-¿Q-Qué cosa, mamá?

-¿Hoy no saliste con Armin? ¿qué pasó? CUÉNTAMELO TODO.

-Ehh... Pues... Nada, nada.

-¡Miraste al suelo!- Salió de su escritorio y se acercó mi- Daia, mi amor, sabes que jamás me entrometeré en tus asuntos, sólo que necesitamos comunicarnos, sino vienen los problemas.

-Se me declaró...

-¿Y?

-No-No-Nos...- Bajé el volumen-... besamos

-¿¡EN SERIO!? ¡ESTÁ ENAMORADO DE TI DESDE NIÑOS!

NO, NO, NO, NO, HAY ALGO MAL AQUÍ.

-¿¡Y TÚ CÓMO CHINGADOS SABES!?

-Hija, yo soy mamá, y las mamás nos damos cuenta de esas cosas. Siempre te miraba muy tiernamente, y siempre escuchaba a tus amigos molestarle contigo cuando salías de la habitación.

-No puedo creerlo... Así que es cierto- Me tomé el pelo con las manos a punto de entrar en crisis.

-¿Y qué harás?

-No lo sé mamá, quiero pensar, realmente no quiero hacer las cosas mal.

-¿Por qué no se lo comentas a Carla? Es tu mejor amiga, ella podrá darte su opinión.

-Lo haré.

Le envié un mensaje a Carla y me respondió al rato, diciéndome que vendría a quedarse.

-Oye Daia, una última pregunta... ¿Qué pasó con el pelirrojo ese... Castiel?

Sentí un nudo en la garganta.

-Nada... Entre nosotros nunca pasó nada, sólo somos amigos. No está interesado en mí.

Subí a mi habitación, me bebí el resto del té que me había servido y me acosté pensando en Armin y en el día, pero más que nada en Armin. No lograba asimilar lo que había sucedido hoy, digo, pasó todo en un día; se me declaró, nos besamos, y me dijo que me conquistaría. Quizás estamos siendo muy apresurados... O quizá no tendríamos por qué estar juntos. Nuestro momento fue hace 4 años, no ahora.
Alguien más entró a mis pensamientos: Castiel.
¿Realmente siento cosas por él? ¿Realmente siento cosas por Armin? Estoy en un dilema. No estoy de acuerdo para nada con dudar sobre dos personas a la vez. No sé qué pasará con Castiel, pero Armin me quiere e intentaré darle la oportunidad, me haré feliz y haré feliz a alguien que quiere entregarse a mi.
Después de todo, no sé si Castiel me quiere, ¿verdad?
Después de todo, ese beso que nos dimos fue simplemente de ebrios, fue el momento... Creo...
Él jamás me besaría así como así.

Me dormí con el deseo de que estuviera tomando buenas decisiones y que mañana le comentaría a Carla sobre todo esto.

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⏰ Última actualización: Oct 18, 2017 ⏰

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No eres mala persona -  [Fanfiction Castiel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora