Sólo pensaba en un paseo

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Era un Domingo, soleado como los anteriores días. Estaba sentado en mi cama pensando en qué me podía faltar en mi mochila. Al ir solo, estaba algo asustado, pero a la vez emocionado. El micro debía llegar al atardecer, pero como yo vivo a 50km de la parada del autobús, llegó más tarde de lo que tenía que llegar. La estadía era el Bosque Nacional de los Estados Unidos, nunca había ido allí, por lo cual, sentía que podía llegar a perderme y así fue.

Lo que hallé extraño, fue que sólo éramos tres personas en el micro, el conductor, una mujer rubia con pelo corto y yo. Después de tres horas, por fin llegamos al bosque. Era tenebroso y muy extenso. Lo único que pensaba era en explorarlo y convertirlo en una de mis cuántas experiencias. Al bajar del micro, el chofer me acompañó hasta la que sería mi cabaña. Ésta era bastante pequeña y parecía una de esas que aparecen en las películas de terror. Estaba en el medio del bosque. Por dentro parecía muy antigua, con muchas decoraciones y cuadros tenebrosos. Yo nunca fui de tener mucho miedo, pero esto me causaba una sensación muy rara. Tenía un presentimiento de que algo malo iba a pasar, pero necesitaba descubrir qué.
Así que dejé mis pertenencias en la cabaña y me fui a caminar, tenía mucho que recorrer en esos cinco días.

En el camino, empecé a notar que cuanto más dentro estaba, se sentía más oscuro el ambiente que me rodeaba. Pero seguí mi rumbo. Al ser otoño, los árboles no tenían hojas, pero aún así, el bosque estaba sombrío y dudoso. A esto se le sumaba una tormenta que se aproximaba. En esa caminata, logré ver que la mujer que compartía el micro conmigo, estaba entrando a su cabaña, la cual estaba muy lejos de la mía. Las gotas comenzaron a caer, y yo debía regresar.
Corrí hasta mi cabaña, pensando en regresar al otro día y obtener una charla con la mujer.
Al llegar, noté que no había luz. Se hizo la hora de la cena y en mi mochila llevaba unos sándwiches de jamón y queso para el primer día. Comencé a comer apurado porque estaba asustado y quería meterme en la cama. Cuando estaba comiendo el último bocado, escuché unos pasos que caminaban rápidamente fuera de la choza. Me acerqué a la ventana y noté que había un hombre corriendo, tratando de salir del bosque. Parecía que estaba escapando de alguien.
Cuando ese día había recorrido un poco, sólo vi la cabaña de la mujer, no parecía haber otra por allí. Sólo me fui a dormir pensando en eso, tratando de  no preocuparme en mi primer día de "aventura". Después de unos cuántos sueños, pude recordar uno perfectamente. Éste se trataba de una mujer de pelo corto y rubio que torturaba a un hombre en su cabaña. Directamente la asocié con la mujer de la choza que había visto ese mismo día.
Al despertarme, tenía mucho frío. No era una mañana agradable. Me quedé pensando en el sueño y en el hombre que vi corriendo. A veces mis sueños reflejaban la realidad y temía que esto fuese real. Quería sacarme la duda, entonces comencé a caminar, hasta llegar a la cabaña de esa mujer.
Al llegar, noté que ella no estaba, o eso parecía. Pero vi una ventana abierta y me metí por ahí.
La cabaña era mucho más tenebrosa que la mía y más grande. Tenía un ático y un sótano, típico de las películas de terror, ¿no?. La curiosidad me mataba por dentro, entonces decidí bajar al sótano.
Abrí la puerta tratando de no hacer ruido y vi a la mujer dada vuelta. Por suerte no notó mi presencia. Ella estaba metiendo "algo" en un congelador. Me escondí atrás de unas cajas y cuando ella salió del sótano, fui a ver que era lo que había guardado. Al ver eso mi corazón comenzó a latir más y más rápido. Escuché la puerta abrirse y sentía que estaba a punto de morir.
La cara de ese niño me quedó grabada para siempre.

Aventura fallidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora