Jooheon observó el cardenal de colores verdes y violetas que reposaban en su antebrazo derecho y suspiró, al menos algo había hecho bien. Al menos algo iba bien con su vida.
Cuando entró a la carrera de leyes, creyó que era lo mejor que podía haber hecho, a su primo le había resultado y se preguntó, ¿por qué a mí no? Pasó el tiempo y en vez de ser feliz y estudiar lo que le aparentemente le gustaba, cada vez que llegaba a casa sus ánimos andaban por los suelos, sin contar la no motivación existente que lo presionaba día y noche, especialmente de noche, cuando no podía dormir y lágrimas se acumulaban en sus pequeños ojos.
Cuando avisó a sus padres y hermanas que se iba a retirar para estudiar lo que a él de verdad le gustaba, letras en este caso, fue como si la bomba nuclear de Hiroshima hubiera estallado en su casa, solo que en vez de cuerpos mutilados en piras a lo largo de la calle, habían expresiones de enojo, extrañeza y decepción. Sus hermanas pese a todo, fueron las más comprensivas, tratando de verle el lado positivo y en parte, agradeciendo que se diera cuenta ahora que aun estaba en segundo año que cuando tuviera que hacer prácticas más adelante, diciéndole que por fin volvería a ser el mismo Jooheon de antes y no el que casi ni sonreía ni que soltaba bromas al aire. Sus padres por otro lado...esa es otra historia, que cabe destacar, su padre lo miró un poco menos resentido que su madre y que al final de cuentas había terminado por apoyarlo, porque ¿Qué otra cosa podía hacer? No es que simplemente pudiera decirle: bien, hasta acá llegas, arréglatelas solo, si después de todo para eso estaban los papás, para ayudar y comprometerse con la felicidad de sus hijos, ¿no?; su madre por otro lado, esa mujer se mostró tan amargada y descontenta que se le ocurrió gritarle toda la frustración que llevaba acumulada, acumulada desde que supo que había reprobado dos veces ambas materias que había reprobado en su primer año, le dijo cosas horribles, sin medir el calibre de sus palabras ni de qué manera le afectaba a su hijo menor y esto al ahora castaño le dolía, como nunca antes le había dolido algo, ni siquiera cuando admitió su preferencia sexual y tuvo que cambiarse de escuela porque sus supuestos amigos ya ni siquiera le dirigían la palabra.
Jooheon sentía que era una carga, un peso muerto dentro de una normal y buena familia, con ambas hermanas ya estudiadas y profesionales, con sus vidas por delante, casadas, con hijos y con casa y auto propio, y él aun ahí, con veintidós años, viviendo en casa de sus padres, levantándose después de las 12 solo porque se quedaba hasta las cuatro o cinco de la madrugada leyendo, o perdiendo el tiempo, como le fuera más fácil. Y no es que le gustara admitirlo, pero en verdad era perezoso, demasiado y lo sabía, sabía que tenía que cambiarlo pero ¿cómo? ¿Cómo cambiar algo con lo que había convivido siempre y por lo cual nunca obtuvo mayores consecuencias que pasar con notas suficientes en el colegio?
Se sentó en la banca de la plaza frente a su casa, observando los autos pasar, con auriculares en sus oídos y música en aleatorio, mientras esperaba a Kihyun, su mejor amigo que vendría exclusivamente desde Jeju donde estudiaba, exitosamente además, biología marina en una de las más prestigiosas universidades del país, mientras que él se había ido de una de las mejores universidades de Seúl. Si comparaba sus vidas, estas resultaban ser tan opuestas que ni siquiera sabía por qué el bajito seguía siendo su amigo.
Un toque en su hombro que lo sobresaltó y luego un par de risitas algo más fuerte que la música que ahora sonaba y pudo darse cuenta de que era su amigo quién lo observaba sonriendo
-¿Qué acaso no sabes que escuchar música tan fuerte te dejará sordo?-dijo con seriedad para luego romper a reír, mientras el de ojos pequeños se levantaba para guardar su teléfono y levantarse a abrazarlo, no se veían desde hacía meses y lo necesitaba, más en este momento.
-eres un idiota-rieron y al separarse se sentaron y se quedaron observando unos segundos, antes de que comenzaran a hablar sobre el nuevo álbum de una de sus bandas favoritas, banda que Jooheon le había hecho conocer y que ahora Kihyun no podía arrepentirse de haberle hecho caso-
-Jooheon, la comida está lista-escuchó la potente voz de su mamá llamarlo desde su casa y suspiró, mirando algo incómodo a su amigo-
-¿Cómo se lo tomó?-
-digamos que ahora mismo soy su hijo menos favorito, no entiende como cambié una carrera tan buena como leyes por algo tan patético como letras-mordió su labio- todo lo hago mal, soy un estorbo, y definitivamente como mis hermanas no soy-se encogió de hombros-
-ya se le va a pasar, confía en mí, no eres nada de esas cosas Heonnie, eso tenlo por seguro, lo bueno es que te diste cuenta antes y ya sabes lo que dicen, mejor tarde que nunca-le sonrió-ahora vamos a comer que tengo hambre y los postres de tu mamá son los mejores-rieron y decidieron entrar a su casa, para comer y pasar un buen rato, si es que a eso se le podía llamar a su madre haciéndole alabanzas y preguntando cosas sobre su carrera a su amigo, cuando en la vida le había interesado tanto el mar como ahora.
Dentro de todo, pasaron un buen rato, pese a los ocasionales comentarios pesados de su mamá, todo marchó sobre ruedas y pudo hablar y relajarse por unos momentos con su mejor amigo, verlo era lo que le faltaba y vaya que se echaban de menos, el hecho de que Kihyun estudiara a muchas horas de lo que él lo hacía le estaba pasando en cuenta.
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como verán, de este largo serán los capítulos que suba(semanalmente además) y de esto más o menos tratará la historia, por eso era necesario que conocieran el entorno y la situación de nuestro Jooheonnie antes que nada; ¡espero que les guste!
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cool boy {jookyun}
Fanfictionporque después de todo, sigues siendo el chico cool que se fijó en el perdedor ⚡️100% homosexual ⚡️actualizaciones esporádicas ⚡️cover credits ; harrytakeacat