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Jooheon volvió a mirar la delicadeza con la que los cardenales en su antebrazo derecho descansaban, suspiró. Siguió caminando entre el mar de gente, que más que estresarlo lo aliviaban, se sentía parte de la masa, identificable a kilómetros. Miró hacia otra de las tiendas y entró sonriendo, claro, con un par de papeles en sus manos. Necesitaba encontrar trabajo lo más pronto posible en lo que fuera. Aun recordaba las palabras de su mamá resonar en su oído, pese a que la música de los Arctic Monkeys sonaba hasta casi dejarlo sordo; mordió su labio inferior y luego de dejar sus papeles con el encargado, salió. Con los papeles que llevaba, le alcanzaba para dejarlos en un par de tiendas más y podría devolverse a casa, aunque no quería. No quería volver tan temprano y escuchar las quejas de su mamá mientras cuidaba a Hyejin, su sobrina de apenas 8 meses, dentro de todo, era lo único que alegraba su humor, aunque la pequeña fuera demandante e inquieta, él la quería con su vida.

Entró sin darse cuenta a lo que él creía una tienda, hasta que levantó la vista del piso y enfocó al frente; estanterías con libros, mesas largas con computadores sobre estas, y en una parte al fondo, una sección de discos de vinilo, cds y cassettes, el lugar ideal, pensó y sonrió, acercándose al mostrador sin encontrarse a nadie, por lo que mordiendo su labio, tediosa costumbre en sus momentos de nerviosismo, caminó tímido, recorriendo todo lo que su vista le permitía, hasta que se fijó en un chico: el cabello castaño claro peinado desordenado en estilo de coma, ojos pequeños, nariz aguileña, labios rellenos y de un tierno color rosado, de piel pálida y apariencia delgada. Si comparaba sus rasgos con la ropa que usaba, estas contrastaban en demasía, su postura era la de un chico seguro, al que no le importa lo que la gente pueda decir y que hace lo que se le venga en gana; totalmente opuestos, pensó.

Carraspeó suave, y observó lo bien que la chaqueta de jeans negro se amoldaba a sus rectos y algo anchos hombros, suspiró otra vez y al ver que el chico levantó su mirada del libro que leía, corrió la suya como queriendo evitar todo tipo de explicaciones, mirando atentamente sus manos que a estas alturas eran lo más interesante para observar.

-¿te gusta lo que ves?-preguntó socarrón mientras hacía una sonrisa de lado y sus labios se volvían finos y rectos-

-¿ah?-¡¿ah?!, ¿eso es todo lo que se ocurre decir? Estúpido Jooheon, por eso nadie se te acerca. Imbécil-

-te preguntaba que si te gustaba lo que veías, pero veo que el gato te comió la lengua-le guiñó un ojo, todo, sin dejar de lado su postura de chico cool y eso al castaño oscuro le atraía, demasiado para los segundos que llevaba conociendo al chico-

-¿no es que el ratón te come la lengua?-preguntó con dudas

-sí, pero esta es mi versión del dicho-destacó el mí y escalofríos recorrieron la espalda del chico, mirando con más nerviosismo al de enfrente, que al menos, parecía mayor que él- los gatos son mucho mejores-sonrió ladino- bueno, dejando eso de lado, ¿hay algo que pueda hacer para ayudarte?-

-l-lo que pasa es que vengo a dejar mis papeles para postular a algún trabajo que tengan acá, si es que tienen claro, puedo limpiar baños, atender gente, lo que sea necesario-rascó su nuca y observó atento la reacción del otro-

-bueno, como trabajador honorario de aquí puedo decirte que el flujo que ves es lo que tenemos-miró hacia su alrededor y aparte de ellos dos, no había nadie más-pero, llegaste en el momento adecuado porque es necesaria otra persona para re ordenar todos los libros y el sector de música, así que estás contratado-le sonrió-

-¿qué?-

-¿experiencia tienes?-negó con la cabeza, mientras apenado miraba el piso, por quinta vez seguida- no importa, no debes tenerla para ayudarme aquí, vamos, no te pongas triste. ¿Podrías comenzar mañana? Así traigo tu contrato y esas cosas. El salario es semanal, de 60.000 wons. Trabajarías de lunes a viernes, desde las 11 hasta las 7 de la tarde-asintió, eso le sentaba de maravilla, su mamá no opondría quejas. Suspiró y lo miró sonriente-aunque algunas veces se sale antes, cuando el jefe anda de buenas-el chico de nariz aguileña le sonrió suave y volvió su vista al libro con el que antes estaba- ¿tu nombre?-

-Jooheon-se inclinó leve y el de cabellos claros soltó una leve carcajada, dejándolo anonadado y avergonzado, se levantó y mordió su labio inferior, riendo algo incómodo-

-no tienes para qué ser formal conmigo, Jooheon-y demonios, ¿por qué un nombre tan simplón como el suyo se oía tan genial cuando el chico desconocido lo decía? ¿Sería acaso por el tono de su voz o la profundidad de esta?- bien, nos vemos mañana. Sé puntual-sonrió mientras pasaba las páginas de su libro y sonreía leve, dándole a entender que esa era la señal para que se fuese de allí-

-está bien, adiós...-

-Changkyun, me llamo Changkyun.




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bien, ¡por fin apareció Changkyun!  ^^, se está empezando a poner interesante esto, o eso creo je; ojalá continuen con el apoyo a esta obra que es algo personal para mi. ¡esperen la actualización de la próxima semana!  💞✨ 

cool boy {jookyun}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora