Señor, no le pido esta moneda
más que para poder comer
esta a bien de usted dármela
y confió en su proceder.
Más que al fin una me ha dado
no se si usarla con ligereza
y pensar solo en lograr un bien
ya que con esta pequeña promesa
al invertirla ganaré.
Si compro con una, al revender
ya pronto dos me ganare,
si ya tengo estas primeras,
pues mas bienes comprare,
y de tener cuatro a vender ocho
con dieciséis me quedare.
pero no soy flojo ni oportuno,
claro que estas también invertiré
hasta empeñar toda la suma.
y otra vez, de nuevo, por completo revender.
Ya un pequeño monto, en mis manos yo tendré
no es mas que un intervalo, para ganar mucho después.
cuando ya multiplicado mi dinero hubiera.
tantas veces como le comente.
buen momento de abrir mi negocio seria,
y de asentarse en buena ley.
De todo el mundo clientela cuantiosa
llenaría mi negocio, sepa usted.
ofreciendo calidad y precios excelentes
pronto mi fama se daría a conocer.
Importantes señores me citarían
solo para mi consejo obtener,
preguntar de negocios que tendrían
con los que mi fama no dejará de correr.
Reyes, príncipes y duques
en fila esperando que yo regrese
sabiendo que yo he de ser pobre,
hice de mi astucia y llegue a ser noble.
Un buen día, a una princesa elegiría,
de las muchas damas que siempre me halagan
la mas bella de ser esta debiera
con una mirada tierna, hábil y sincera.
Nuestra boda va a ser enorme
todo el reino estará invitado,
he incluso también usted.
miles de sirvientes con todo preparado
fiestas, bailes y el gran banquete,
mas de mil bestias cocinar ordenaré.
Nadie puede ser ajusticiado ese día
ya que en la historia quedara,
como la gran boda de la princesa
con el hombre mas digno del lugar.