Viernes

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En todo el camino a la escuela no podía dejar de pensar en lo que me había dicho ese tipo. Me sentía molesto, impotente y de alguna forma triste, saber lo jodido que puede ser el amor, pero, ¿en verdad me gusta? Es estúpido ¿o si...?

Lancé un bufido al aire, ya estaba cerca por lo que apuré un poco más el paso. En la entrada me encontré con los dos, tomaditos de la mano, con una sonrisa en sus rostros, cosa que casi me da nauseas y una pequeña punzada de dolor en el pecho. Como estaban muy cerca de la entrada era imposible pasar desapercibido, tenía que pasar al lado de ellos sí o sí.

Universo... ¿Por qué me odias?...

Entré con la esperanza puesta en que no me vieran, que pudiera pasar desapercibido con los otros estudiantes, rezando a cualquier dios que estuviera observando, confiando en mis habilidades ninjas.

—Hola, Touya—saludó Lyra con una sonrisa al verme.

¡He sido un buen chico este año! ¡¿Qué he hecho mal?!

—Hola, Lyra—correspondí no muy animado como ella, algo que notó, y obviamente su novio también.

—¿Sucede algo? —preguntó preocupada.

La miré con algo de pesar lanzando su suspiro, ella frunció el ceño más preocupada. Miré de reojo a Silver, quien, ya comenzaba a mirarme mal. Relajé mi rostro, le di una excusa barata para zafarme de la situación, ya la cosa se puso tensa con solo intercambiar miradas y comenzaba a sentirme incómodo. Di la media vuelta para dirigirme a clases, no quería problemas, menos con este tipo.

—Oye, es de mala educación dejar a alguien preocupado—oí decirle al pelirrojo. Me detuve, pero no me voltee a encararlo, solo estuve un par de segundos de pie, aun no sé qué esperaba, pero ahí estuve para después continuar mi trayectoria—. Como dije, no eres la gran cosa.

Ok, paciencia al carajo. Me di la vuelta encontrándome en el tipo una sonrisa ladina con algo de burla. Fruncí el ceño, Lyra lo observaba incrédula para después verme a mí de forma preocupada—. Si no quiero decir lo que me sucede, es problema mío, ¿no? —dije tratando de sonar calmado.

Los estudiantes ya comenzaban a mirarnos raros, escuchaba algunos susurros que querían pelea, otros solo chismorreaban. Yo sostenía la mirada con Silver, quien seguía con su estúpida sonrisa. Algo me dice que esto no terminara para nada bien.

—Chicos, no es necesario pelear—dijo Lyra con suave voz para tranquilizarnos, pero fue inútil.

—Amor, tu tranquila—calmó Silver cambiando su sonrisa por una amable. Aun así, ella no cambiaba su expresión de preocupación.

Bufé involuntariamente, me di media vuelta para poder retirarme y así evitar una pelea, pero al parecer es imposible. En especial por mi estúpida boca traicionera—. Al menos, yo no he intentado asesinar a alguien—susurré medio alto esperando que se mezclara con las demás voces.

Por alguna extraña y mística razón, todos se quedaron en silencio haciéndose posible que el idiota pudiese escuchar. Podía sentir sus ansias de matarme, lo deduje al ver el rostro de los estudiantes frente a mí, mostraban sorpresa y una expresión que me transmitían que me encontraba jodidamente muerto. 

Sentí una mano pesada tomar mi hombro y obligar a darme la vuelta. Su mirada, su jodida mirada, era como si me perforara el alma con mil cuchillos. La de Lyra no era mucho mejor, mostraba confusión, angustia y una leve decepción. Entré a la boca de lobo, y creo que ya no podía salir fácilmente, pero por lo menor intentaré sobrevivir.

—¿Dijiste algo? —escupió cada palabra con su siniestra mirada mientras me tomó del cuello de la camisa. Mantuve mi vista sobre él lo máximo que podía, sin que nos diéramos cuenta se había formado una circulo de estudiantes entre nosotros. Definitivamente, esto no va a terminar nada bien.

¿Qué es el amor? // PokémonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora