Amor en penumbras. Parte I.
Cada vez que sonaba el teléfono era algo tedioso, pero aún así lo revisaba. Y cada vez que veía que no era él, en mi rostro se dibujaba una expresión de fastidio. Volvía a tomar mi libro y a perderme entre páginas que, al final, tenía que releer una y otra vez por estar pensando en otra cosa... En alguien más. De vez en cuando me encontraba con su nombre impreso en ese papel viejo y amarillento y mi corazón latía un poco más rápido, mientras mi cabeza me engañaba con que esa era una señal para creer que, la próxima vez que mi teléfono sonara, recibiría un mensaje suyo.
Y así me pasé la noche, leyendo diez páginas de un libro que no tenía idea de que trataba, mientras flotaba en una ilusión estúpida de una esperanza abrumadora.
Logré dormirme a las cinco de la mañana, cuándo él, seguramente, comenzaría su día como cualquier otro.
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Amor en penumbras.
Teen FictionA veces nos dejamos consumir por el amor... tanto que todo se oscurece.