Amor en penumbras.

II

Amor en penumbras. Parte II
Dicen que el primer amor no se olvida. Quizás por eso aún seguía viviendo en tu recuerdo y no en mi presenté.
Me dolía tanto ver tus besos desperdicios en corazones insulsos.
Esa noche en cuanto te ví y me saludaste desde lejos con la mano no pude más que esbozar una débil sonrisa, porque cuando realmente te quería nunca me tenías en cuenta. Y luego, cuando ví tus manos entrelazadas con las de ella y tus labios sobre los suyos comencé a llorar por dentro, sin mostrar el menor signo de debilidad.
Ya no eramos nada y tenías todo el derecho de estar con cualquier mujer, pero sabías que yo lo vería y que la besaras, justo a ella, como habías hecho conmigo, me dolería. Y me dolió. A pesar de que ya no te quería.
Pero también tenía muy en claro que no me quería a mí misma.