Diecinueve

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Diego dormía en mi cuarto en mi cama, yo había hecho un tendido en el suelo con cobijas de manera improvisada, para estar al pendiente de el, pero como logre sacarlo del hospital? Bueno fue una locura

(Tres horas antes)

Eran aproximadamente las 5 de la mañana nos queda poco tiempo, corrí por el pasillo del hospital sigilosamente, encontré el armario donde está la ropa del hospital me puse un tapabocas, una bata y unos zapatos blancos de enfermera, tome otro conjunto para Giorgio y una silla de ruedas.

Giorgio vigilaba el corredor y me vio cuando salí y me levanto el dedo pulgar en señal de que todo estaba libre el se coloco todo el material y subimos al piso donde estaba Diego, en el elevador nos encontramos a un doctor, el corazón me latía tan rápido que siento que se saldría por la boca, el nos miro nos saludo con un gesto con las cejas y volvió a mirar a la puerta sin decir nada, oprimió el botón del piso 12

-al fin es viernes verdad - dijo el doctor con voz cansada, Giorgio y yo nos peleamos con las miradas
-si, que hará hoy?- contesto Gigi seguro con la voz más grave que puso hacer, siguiéndole el juego
-ire con mis amigos a embriagarnos que mas podría hacer, y ustedes? - nos mira de reojo y luego saca su celular para revisar sus mensajes
-ire a ver el juego en casa de mis amigos - me golpea Giorgio para que hable
-yo ire a ver a mis padres- dije esta vez
-el viejo truco de ir con los viejos, para descansar un poco de los hijos, verdad?
-si, creo que no sobreviviré la semana
-te entiendo - me dijo con una risa

El piso se abrió y era nuestro piso y salimos del elevador, mi corazón latía a mil.

-que fue eso?- pregunto mi hermano
-improvisación? Supongo

Caminamos al cuarto de Diego y encontramos a sus Tíos hablando de España y tratando de convencer a nuestro amigo a dejar esta tierra.

-entiendan que no quiero ir - estaba cabreado mientras que su familia no lo dejaban hablar y constantemente mencionaban excusas para llevárselo
-disculpen la interrupción, pero el paciente le toca su baño de esponja y el horario de visitas terminó- dije firme y pararon de discutir, Diego me miro y luego a Gigi sorprendido y asustado con los ojos bien abiertos.

Pasamos y colocamos la silla de ruedas junto a la cama y cargamos entre Gigi y yo a Diego que es un gordo, porque no podíamos entre los dos

-tengan cuidado es delicado, no sean bestias- dijo la que supongo que es la Tía de Diego, pero nosotros logramos nuestro propósito.

Una vez en la silla lo llevamos al elevador

-que están haciendo? - nos pregunta Diego mientras mira a su alrededor
-te prometí que no dejaría que te llevaran - le dije mientras empujamos la silla de ruedas de nuevo al elevador
-esto es una locura - nos dice
-lo se- dijimos Gigi y yo al mismo tiempo

-disculpen a donde llevan a ese paciente?- dijo una mujer con una carpeta en mano al momento de que se abrió la puerta
Nosotros salimos del elevador sin prestarle atención y caminamos con paso rápido
-oigan detengan se, alto! Guardias! - gritó la enfermera

Nosotros corrimos a la salida y unos hombres se nos atravesaron pero lo que ellos no cuentan es con el factor sorpresa

Dario y Elías con bufandas cubriendo su rostro, electrocutaron a los guardias con chicharras y corrimos todos a la salida, ahí se encontraba Mike con la camioneta de Ma que tenía pintura lavable en las placas.

Pensamos en todo.  

Subimos rápido a Diego quien se quejaba con los movimientos bruscos, pero cooperaba y nos fuimos a toda velocidad.

Llegamos a un auto lavado y limpiamos las placas, yo y Gigi nos quitamos la ropa de hospital y nos colocamos unos tenis extra que tengamos en la camioneta.

Un par de tenis no valen mas que nuestro amigo.

La ropa la tiramos en un bote de basura del auto lavado y  Diego se veía feliz y agitado.

-chicos no saben cuanto los quiero- nos dijo extendiendo los brazos solicitando un abrazo
-por favor no te pongas cursi- dijo Elías
-todo el plan lo hizo Moni, es ella la que logró sacarte- dijo Giorgio
-muchas gracias pegue - lo abrazo - eres una crack -
-debemos esconder a Diego en casa si no iremos todos a la cárcel
-esta bien no hicimos tanto circo para tirarlo a la basura- dijo Dario

Volvimos a subir a la camioneta y llegamos a casa, papá y Ma estaban fuera de casa y cuando nos vieron corrieron con nosotros.

-chicos Diego fue.... - dijo papá -que hicieron! - nos reprende de inmediato cambiando su semblante
-todo tiene una explicación- dijo Giorgio
-ahora me la dan - dijo Ma
-primero llevemos a Diego dentro- dije y aceptaron

Papá nos sentó a Mike, los trillizos y a mi en el sofá y Diego en la silla de ruedas robada

-yo puedo explicarlo- dije y todos me miraron, les conté a detalle el porque lo hicimos

-chicos están locos? Saben lo que pasara si se llegan a enterar que Diego esta aqui?
-si, pero no podíamos dejarlo - dijimos todos
-ok dejen me pensar- dijo papá
-no hay que pensar nada, Diego se queda aqui y san se acabo, pero como tu fuiste la mente de este plan tu lo cuidaras, así que lleva lo a tu cuarto- dijo Ma

(Tiempo actual)

Me acerqué a Diego y miraba como su carita dulce y relajada descansaba, era tan guapo durmiendo.

Me gusta, Diego me gusta, no hay otra forma de describir lo que siento por el, yo no hubiera hecho esta locura por alguien más que no fuera por el 

-me gustas
-al fin escucho decir las palabras mágicas de ti- respondió Diego
-pensé que dormías
-eso hacia, pero esta cama huele a ti y preferí disfrutar el olor que dormir
-como te sientes?
-me siento mejor, tienes el don de hacerme sentir mejor - sonríe 

Aparte un mechón de su cabello de su cara.

-eres la enfermera más guapa que he visto - me dice

Me sonroje y aparte la mirada a otro lugar.

-me puedes quitar el Collarín?
-claro
-Con cuidado, por favor

Me acerqué y puse mis manos detrás de su cuello y quite el collarín poco a poco, su cuello lucia bien.

Sus ojos marrones me miran fijamente y pasaban de mis ojos a mi boca. Yo sentía ganas de besar lo, pero me da miedo lastimar lo

-no me duele- dijo como si leyera lo que yo pensaba, sonreí tímida y poco a poco me acerqué a sus labios, la distancia disminuía y nuestros labios rozaban.

Lo bese, bese a Diego, sus suaves y esponjosos labios se unieron con los míos, una sensación placentera se formo en mis adentros. Esa sensación de cosquilleo en mis labios permaneció por un tiempo.

Yo y mis diez hermanos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora