Ok, esperaba muchas cosas menos que me preguntara por la rubia. ¿Qué debía decirle? No he decidido si confío o no en él. No me agrada el hecho de que se esté apegando a mí y el que sepa de Ana puede ir de dos maneras: que sienta simpatía por mí y de alguna manera ayude o que se ponga como loco y le diga a mi madre sobre ella. La primera opción parece utópica y la segunda hace que sienta un nudo en el estómago.
-¿Qué Ana?-
-La chica a la que llamabas mientras dormías- fruncí el ceño.
-¿Cuándo me viste dormir?-
-Cuando te llevé a tu habitación mientras estabas totalmente ebria.-
-¿Fuiste tú?- Asintió.
-Tenía miedo de que algo te pasará; te vi entrar a la oficina pero nunca te vi salir por eso me atreví a entrar. No parabas de llamarla- agaché la cabeza.
-No puedo decirte.-
-No confías en mí, ¿cierto?-
-Lo siento, Kevin.-
-Lara, odio la forma en la cual nos juntaron y no lo digo por ti; una parte de mí se alegra por esto. Me gustas, Lara, siempre me sentí atraído a ti. Tienes algo que te hace diferente a las chicas huecas que tienes de amigas.-
-No son mis amigas- rió.
-¿De lo que te dije sólo respondes a que ellas no son tus amigas?-
-También odio esto.-
-De nuevo, no es por ti pero no es esta la forma en la cual quería conquistarte. Dame una oportunidad, por favor.-
-No puedo.-
-¿Por qué?-
-No puedo, Kevin, no puedo decirte más...-
-¿Es ella?, ¿La chica a la que llamabas?-
-Deja esto de lado, por favor.-
-Haré lo que quieras, Lara, quiero estar contigo- buen momento para declararse.
-Estoy con alguien.-
-Alguien que no está aquí; sólo te pido una oportunidad. Déjame demostrarte que puedo hacer bien las cosas. La distancia cambia las cosas, Lara, aquí puedo darte lo que tú quieras.-
-No puedo romper su corazón- susurré.
-¿Por qué?-
-Porque yo vivo ahí- me puse de pie –y sí, es Ana. Estoy completamente enamorada de ella. Puede que tengas razón con lo de la distancia pero sigo sintiendo las mariposas cuando pienso en ella- se mantenía callado viéndome atentamente. –Eres un buen tipo pero no para mí.-
-Voy a luchar, Lara- negué.
-Si quieres decirle a mi madre puedes hacerlo pero no cambiaré de opinión.-
-¿Crees que haría algo tan bajo como eso? Te lo dije antes y te lo digo ahora, estoy de tu lado y quiero que tú estés del mío.-
-Lo siento, Kevin- no esperé más de él e hice mi camino a la puerta. Bajé las escaleras tan rápido como pude y corrí a mi apartamento. Cerré la puerta tras de mí y me deslicé sobre ésta hasta llegar al suelo.
-¿Qué pasa?- Preguntó Rick mientras bajaba de las escaleras.
-Kevin, eso es lo que pasa.-
-¿Qué hizo?-
-Me dejó claro que le gusto y que va a luchar por mí. Le dije de Ana.-
-Mal hecho- negué –no confío en él.-
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La Hija del Pastor
ChickLitLara, una chica irreverente es enviada a un remoto lugar en México. Si de por sí es horrible estar aquí lejos de la tecnología y de las cosas que conoce; para empeorarlo se topa con Ana, una molesta rubia hija del pastor del pueblo. La línea...