GALWAY-IRLANDA

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GALWAY-IRLANDA

Galway ciudad costera de Irlanda.

Vanesa salía acompañada de Adam Quinn quién es su socio propietario del Galway Bay Hotel, después de la revisión semanal que se le hacía a todas las dependencias.

—Esta semana estaremos al tope con lo del Festival, tenemos que estar preparados contra cualquier contrariedad — comentó Adam.

— Adoro lo que es un reto para mí.

— Porque te encanta mi amiga, tener todo bajo control. Fue un gran  acierto asociarme contigo.

— Lo sé.

— ¡Auch!. Que modesta me saliste — soltó esas carcajadas de las cuales era reconocido.

Él era Adam un irlandés de estatura alta 1.90 o más, cabello castaño, con partes aclaradas por el sol, mandíbula cuadrada, piel clara y sus asombrosos ojos del color azulgrisosos, como el de un mar turbulento. Un Adonis para la vista de cualquier mujer, pero no para mí — pensó Vanesa.

Después de salir de Escocia, visitó muchos lugares en Irlanda, pero al llegar a Galway se enamoró de su arco español y su agradable zona peatonal.

Su primer encuentro con Adam fue fortuito, un incidente pequeño en el que ella se tropezó y al caer,  Adam fue su salvador.
Recuerda muy bien la manera en que le habló, le cayó bien al instante.

— Señorita. ¿Se encuentra usted bien?.

—Ummm — contestó revisando mentalmente su cuerpo —. Si, estoy bien. Pero creo que mi orgullo y posaderas...no.

Literalmente el sonrío, ¡que sonrisa espectacular!. 

Ella adora los hoyuelos que se forman en las comisuras de los labios, le hace recordar a Chase.

La levanta en brazos y la llevó hasta la oficina del hotel.

— ¿Desea tomar algo? ¿agua? ¿agua con gas? ¿o algo más fuerte? — le hace las preguntas dirigiéndose al mini bar de la oficina.

— La verdad algo más fuerte, pero me conformo con agua — comenta un tanto divertida por la situación.

Volteó a mirarla y nuevamente sonrío, sirvió el agua y se lo entregó.

— Definitivamente usted es muy graciosa y refrescante. Déjeme presentarme, soy Adam Quinn y ¿usted es?.

— Vanesa Smith.

— Una americana. ¿Y qué hace una americana, por estos mares?

— Sí. Y con respecto a su pregunta, estoy de visita pero tal vez piense en quedarme. Me ha gustado mucho esta ciudad.

Sólo hasta el siguiente día, fue que supo, quién era Adam Quinn en esta ciudad, él era prácticamente el dueño de toda la ciudad incluido el hotel.

Vanesa paso a paso se fue integrando al ritmo de la ciudad.

Se hizo muy conocida por su carisma y ganas de ayudar en lo que se necesitara y se fue convirtiendo en una ciudadana más.

Así mantenía su mente ocupada en el día; pero llegada la noche era otro cantar, el recuerdo  de Chase la perseguía hasta en sus sueños.

Una tarde en el hotel, Vanesa presenció una discusión entre Adam y uno de sus colaboradores más cercanos. Intentó retirarse discretamente, pero el joven la localizó con su mirada y la invitó a dar su opinión.

Desde ese momento le pedía su opinión para todo, su amistad fue creciendo y en todo momento se les veía juntos.

La comunidad de Galway es muy unida y veía a su hijo más querido con Vanesa como pareja y se lo hacían ver a Adam, lo  que llevó a este a insinuarse a la chica.

Estaban cenando en el restaurante una noche cuando se le presentó la ocasión a Adam de convertir a vane en su socia, dada la amistad que llevaban.

— Señorita, deseo hacerle dos proposiciones.

— Muy formal Adam, pero dígame.

— En los últimos meses hemos estado recibiendo buenas ganancias debido a tus gestiones y opiniones. Por ello he estado pensando, que debo hacerte partícipe de ellas, convirtiéndote en mi socia. ¿Qué te parece la idea?.

— Me parece excelente, y acepto con una condición.

— ¿Y esa sería?.

— Que aceptes que yo aporte capital, para estar en igualdad de condiciones.

— Me parece bien, entonces. ¿Quedamos en 60 y 40?.

— No. Que sean a partes iguales en 50-50.

Suelta su sonrisa demoledora — Para mi, está perfecto.

Vanesa lo mira directamente un instante y le dice suspicaz.

-— Ya igual, pensabas darme ese mismo porcentaje. ¿Cierto?.

— Si preciosa.

— Quedamos así y el otro tema. ¿Sería?.

— Vanesa. Verás es que tú me gustas mucho — soltó despacio apoyándose en la mesa y regalándole una mirada seria, esperando por su reacción.

— Adam, lo siento. Yo me estoy recuperando de una, como decirte, relación o por lo menos una de amor no correspondido.

¡Dios!  Igual a lo que él ha vivido — pensó Adam y se echó para atrás en el asiento.

— Vane, olvida lo que te dije. No quiero que nuestra nueva relación de negocio se dañe, pero tenía que intentarlo.

— Adam te tengo mucho cariño y he aprendido a quererte, pero como amigo.

— Y eso yo lo aprecio mucho.

Días después Adam se encontraba en la cabaña de su madrina arreglándole algunas cosas, cuando Noni entro y le habló.

— Tu prima Breenna ya está lista para que llegue su bebé.

— Vanesa ya tiene todo arreglado, ni que fuera la mami.

— ¡Adam! No seas impertinente. Conoces a Vanesa, se presta mucho en ayudar.

El asiente conforme a lo pronunciado por su madrina, al cabo de un rato Adam se queda mirando distraídamente al vacío y parpadea cuando Noni le llama la atención.

— hijo. ¿Qué tanto te aflige?.

— Noni....

— ¿Qué crees? ¿Qué no te conozco?. Si era yo, quien te limpiaba tu trasero, mocoso.

— Y aún así te quiero madrina — se acercó y la abrazó.

— Es por Vanesa. ¿Verdad?

— Noni, quiero rehacer mi vida y pienso que ella es la indicada.

— Ella está enamorada.

Adam suspiró cansado y le dijo a la mujer que es como su segunda madre. — Lo sé.

— Además ella no es tu compañera.

Adam concentra su mirada en Noni.

— Qué no me has dicho — afirmó más que hacer una pregunta.

— Mis cartas han hablado y dicen que  tu leannancailin, se presentará ante ti. Ella vendrá pronto — sentenció.

Leannancailin Compañera

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