Prólogo

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Dean está recostado en la cama, desde su posición puede observar la ventana de su habitación.

Su habitación... se le hace tan extraño encontrarse en esta situación.

Hace unos meses se encontraba durmiendo en la calle, sobreviviendo con el mínimo de comida que podía conseguir, buscando ropa vieja en los basureros y vendiendo su cuerpo a quien pudiera pagarle. Como omega se encontraba en el peor escenario, pero ahora todo es diferente.

Tiene un techo y no necesita trabajar ya que su alfa le mantiene. Un alfa que le consiguió un nuevo inicio pese a la situación en la que dicho alfa se encuentra.

—¿Dean?— escucha al otro a su espalda, lo siguiente es sentir el brazo que se pasea por su cadera para jalarlo contra el cuerpo del otro. —¿Aún sigue tu celo?— pregunta restregando la nariz contra su cuello.

Aquella sensación es uno de los mayores placeres de un omega. El alfa pasea su nariz y boca por ese lugar tan sensible en donde es reclamado y posteriormente unido.

Cerca de su clavícula es en donde el alfa le reclamó y le ofreció un nuevo inicio, no puede estar más agradecido pese a que sabe que cuando se acabe su celo el otro marchara a su verdadera casa, con su esposo y el cachorro que esperan para unos meses.

—Imagino que esta por acabar— su omega llora porque no desea que el alfa marche con otro, pero él no se va a rebajar más de lo que ya ha hecho.

—Desearía que siguiera hasta el fin de semana.

—Pero acaba tarde o temprano...

—¿Dean?... ¿Qué ocurre?— le pregunta el mayor. Puede oler la preocupación del alfa, como a cualquier otro siempre será importante el bienestar y protección de su omega.

Lamentable el no es su omega, ya que no está unido a Dean.
El alfa tampoco está unido con el otro omega, pero eso no evita que su omega interior llore cuando el mayor debe marchar. No puede evitar pedirle al otro que se una a él... su situación actual solo consigue que al salir a la calle los alfas se alejen al saber que ya está siendo cortejado o es algo de otro alfa.

Castiel Shurley.

En un principio un compañero de clases, su mejor amigo, su posible pareja y ahora... propiedad de este alfa.

—Nada...— responde para luego levantarse y dirigirse al baño, necesita un momento a solas y tomar el anticonceptivo.

No puede tener un cachorro del moreno pese a que su omega interior se lo pida a gritos.

—Lamento la situación, Dean.

Escucha el movimiento del mayor contra el colchón y luego el roce de la ropa.

Se va... su alfa se va a ir con otro.

—Báñate antes de ir, no debes llegar a tu casa con mi aroma.

Castiel suspira.

—De acuerdo.

Su alfa está deprimido y pese a que no lo diga sabe la razón. Castiel desea unirse a él pese a que no sean parejas destinadas, desea con toda sus ganas meter el miembro en su interior y follarlo hasta el cansancio para que luego el nudo se hinche y a su vez asegure algún cachorro, finalmente le morderá el cuello y ante todas las leyes será la verdadera pareja del Shurley.

Se volvió a calentar, puede sentir su lubricación natural cayendo por sus piernas. Aprieta el mueble ya que no desea llamar a Castiel, pero no es necesario. El moreno ya está detrás suyo, ni corto ni perezoso se agacha y abre sus nalgas para acercar su rostro y saborear su entrada.

Ese agujerito de la felicidad, se imagina al moreno saboreando sus jugos y el propio semen de este.

—Ducha— gruñe.

Sin pensar más, ambos entran y dejan correr el agua, esta no alcanza la temperatura adecuada cuando ya tiene a Castiel moviéndose de forma frenética en su interior.

Como en todo celo los cuidados y caricias son pocas a diferencia de otras veces. Su omega quiere quedar esperando y el alfa solo quiere asegurarse de llenarlo con su semen para tener un cachorro, por lo que finalmente llega al orgasmo sin necesidad de masturbarse, siente el nudo de Castiel empezar a hincharse pero este sale de su interior y termina en su mano.

Para cualquier otro omega esta acción sería lo peor. El alfa solo lo desea para pasar el rato, sexo sin compromiso, nada mas... En ningún momento se proyecta con el omega para tener una familia ya que termino fuera.

Acaba de insultarlo.

En el caso de Dean este lo entiende, Castiel está casado y acepta su condición de amante ya que hace años está enamorado de Cass y muy pocos alfas lo aceptarían luego de aquel suceso y de haber estado con tantos otros por dinero.

Castiel es su salvación, su amigo que lo cuida, aquel que no dejará que caiga en otra depresión.

El alfa que viene en sus celos para calmarle y cuidarle; y en cualquier otro momento porque ambos saben que se aman pero no puede ser.

Cuando ambos están desayunando el moreno recibe una llamada, Dean no necesita leer el nombre ya que la tensión que huele del mayor lo dice todo.

Igual que cuando adolescentes, no se comunicaban con palabras, no era necesaria y en algunos casos ignoraban el aroma; la mirada decía tantas cosas y en otras simplemente sentían lo del otro.

Por eso pensó que estaban destinados pero se enteró que el mayor no presenta marca de pareja destinada.

Si aparecía su persona y estaba con Castiel, su omega respondería a su verdadero alfa por lo que todo acabaría.

A veces deseaba encontrar a esa persona y marchar para no sufrir mas por el moreno y en otras no quería conocer a esa persona porque no podría aceptar el saber que en verdad toda esperanza de estar unido a Castiel eran eso... simples sueños de un omega enamorado por un alfa inalcanzable.

La marca en tu pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora