Capítulo 7

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¿Qué era lo que acababa de pasar?

_____ alucinaba, veía como Matteo se alejaba de allí y Justin la miraba con una sonrisa resplandeciente.

-Pero… -comenzó incrédula.

-Bueno, cielo –la interrumpió él- ya te dejo en paz…

Sin decir nada más se levantó de la mesa y se alejó de allí. _____ estaba enfadada, furiosa, ¿Cómo ******* la había encontrado? ¿Por qué tenía que estropearle la tarde?

-¡La madre que lo parió! –siseó furiosa.

Tardó un rato en reaccionar, en pensar con claridad ¿de verdad Justin había echo eso? ¿De verdad la había seguido? Pero…

La muchacha sacudió la cabeza, sabía que iba a pasar, era lo que se habían dicho mutuamente, se iban a joder el uno al otro, y no en el mejor sentido de la palabra. Iban a molestarse, a acosarse. Y ella tenía la culpa.

«Se lo merece» se recordó.

Aunque una parte de ella no sabía si debía de seguir, era cierto que más que nada había actuado por impulso, estaba enfadada con los hombres en general, y Justin había sido el elegido para pagar el pato. Por el simple hecho de que su amiga había acudido a ella, y tenía ganas de guerra.

Tal vez debiera de retirarse.

«No»

Nada de eso, ahora eso era personal. Había acabado en su cama, había un nuevo juego, entre ellos dos. E iba a continuar.

-Como que me llamo _____ _____ –susurró.

Se levantó y lo buscó por toda la terraza; no estaba. Maldita fuese. ¿Dónde estaba? ¿Dónde se había metido? No se iba a escapar…

Cogió su bolso y entro al interior del bar, donde buscó con la mirada a Justin...

Él sonrió al verla entrar por el rabillo del ojo. Sabía que no se iba a quedar sin hacer nada. Y eso le encantaba de ella.

Quería jugar.

Justin concentró su mirada en la rubia pechugona que lo miraba sonriente mientras hablaba como una cotorra diciendo cosas que él no escuchaba, ya que no prestaba atención, estaba demasiado pendiente de la puerta.

Contó hasta cinco, la vio respirar, colocar una sonrisa en los labios y acercarse a él con aire inocente.

«Tres… dos… uno…»

Un brazo de la castaña le rodeo la cintura y se pegó contra su costado, apoyando la cabeza en su pecho.

La oyó coger aire y mirarlo dispuesta a hablarle, seguramente fue a decir alguna de sus cosas. Pero él decidió adelantarse.

Agachó la cabeza hacía ella y la besó levemente en los labios.

-Hola cariño, creía que te habías perdido en el baño.

La notó tensarse, vio como apretó la mandíbula y como había estado a punto de perder los nervios, pero se recompuso. Le encantaba aquella mujer.

Ella sonrió.

-No podría perderme, no me hace bien estar lejos de ti.

Se pegó más contra él, y a Justin le encantó sentirla junto a su cuerpo, realmente estaba a gusto.

Vio como la mirada de la rubia iba de uno al otro con los ojos desmesuradamente abiertos.

-¿No vas a presentarme a tu amiga? –preguntó la castaña.

La rubia sonrió.

-Claro, tesoro. Eh… -no se acordaba del nombre de la rubia.

-Teresa…

-Encantada Teresa –sonrió _____- Yo soy _____…

-Mi novia –terminó Justin.

-Oh…

_____ se sentía extraña y cómoda, el estar pegada al cuerpo de Justin le gustaba, demasiado. Quizás fuera mejor alejarse un poco de él. Antes de que no lo pudiera hacer.

Fue a incorporarse para ponerse derecha, pero el brazo de Justin que la rodeaba la detuvo contra aquel musculoso y cálido cuerpo masculino, y ella sonrió. La rubia los seguía mirando, y _____ no sabía muy bien que esperaba para irse. En cuanto se perdiera de vista ella haría lo mismo.

La rubia miró por encima de sus cabezas y sonrió.

-Perdonad –dijo- ya ha llegado a quien esperaba.

-Adiós –dijo una encantadora _____. En cambio Justin solo la miraba a ella, como si realmente fuera su novia, como si ella fuera su mundo.

Un nudo se alojó en la garganta de _____, y su corazón palpitó con fuerza. Se sentía como una cría de quince años delante del tío más guapo del instituto.

Soltó el brazo que tenía alrededor de la cintura de Justin y se intentó incorporar.

-¿Dónde vas tan rápido? –preguntó Justin.

-¿Dónde crees que voy? –contestó ella a su vez.

-No muy lejos de mí…

-¿No? ¿Qué te hace pensar que me quiero quedar cerca tuya?

-Lo noto, cariño, te mueres por mis huesos…

Ella rió con ganas.

-¡Vaya frase más *****! –se burló. Esperaba que él dijera algo, pero no lo hizo, en cambio si la pegó más contra él, colocándola de frente. Los ojos miel de Justin se clavaron en los verdes de ella y _____ se sintió perdida. La boca se le secó y se humedeció los labios.

¿Dónde estaba el resto de la gente?

Se hizo el silencio.

Su respiración se agitó un poco, lo vio sonreír y le flaquearon las piernas. Justin la sujetó con fuerza de la cadera y la pegó contra su cuerpo.

Inclinó la cabeza poco a poco hacía ella y rozó sus labios contra los de _____ suavemente, poco a poco, cada vez con más presión, hasta que sus bocas se unieron en un beso fogoso, ardiente.

Ella se aferró al cuello de aquel hombre que la estaba desquiciando y se pegó más contra él. Las manos de Justin recorrieron la espalda de la chica, de arriba hacía abajo, presionándola contra su cuerpo para que notara su excitación. Ella estuvo a punto de gemir, pero se contuvo.

El beso se hizo tierno y de pronto se acabó.

Parpadeó confusa. Y nuevamente sus ojos se encontraron.

-Justin… -comenzó ella sin estar muy segura de que quería pedir.

-Será mejor que vayamos a casa… -dijo él con una voz tremendamente sensual.

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Subí 3 capítulos seguidos porque me parecían demasiado cortos, espero que disfruten :)

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