Capítulo 4

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-¡Muy buenos días a todos los presentes!- 

-¡Hoy es un día de gran astucia para aquellos estudiantes emprendedores, que han tomado con gran desafío trabajar en sus proyectos más innovadores!-

-¡La universidad de Buueerdesjdjdiio...jeees, le es un privilegio tenerlos concursando para ganar la oportunidad de financiar en su totalidad el proyecto que toque la cima el día de hoy!- 

-¡Así que nos espera una jornada muy agitada y emocionante!- 

-No siendo más, ¡bienvenidos a la semana de la ciencia!- 


En el discurso de apertura, nunca comprendí con certeza el nombre de la universidad a la que asistía mi gran amigo, Erick. El director de la sede entró en un tono de cámara lenta, haciendo pesado el ambiente a tal punto de disentir su pronunciación. Entre tantas palabras, únicamente fue el nombre de la institución la que no inferí  en su acogida. 


La semana de la ciencia era una de las más preferidas en el año universitario, cada quién presentaba su trabajo de tesis para lograr el primer puesto y hacerse con el capital, respaldado por los entes primordiales de la entidad. 

La multitud de personas estaba consagrada principalmente en tres novedosos prototipos que satisfacían una necesidad del ser humano, los demás a mi criterio parecían ser juegos de niños para pasar el tiempo. El primer arquetipo consistía en eliminar cualquier enfermedad terminal o sin cura alguna, incluso de forma indiscriminada; es decir que podían ser patologías desconocidas o todavía no descubiertas, y así serían removidas con fidelidad. Se trataba de un pequeño cilindro del tamaño aproximado de una aguja de color blanco, se realizaba una especie de fisura en el antebrazo, al cabo de unos días el aparato empezaría a expulsar grandes cantidades de células nano que estaban programadas para cumplir con la misión de expeler anomalías del cuerpo humano. Actualmente no había sido aplicada en ninguna persona para descubrir su efectividad. El estudiante Steve Mille; como mente maestra detrás de este grandioso proyecto, carecía de los insumos necesarios como todos los presentes en el concurso. 

El siguiente proyecto estaba centrado en la parte humanoide. Un androide sofisticado, sumamente real para ejecutar actividades de una persona con normalidad. Lo ingenioso de esta idea, era que podía leer y aprender en cuestiones de segundos, realizando cualquier acción de manera eficaz y eficiente, en pocas palabras, perfectas. Si el robot era requerido para cumplir funciones de un médico cirujano, él solamente necesitaba leer la teoría y memorizar los matices físicos de un procedimiento quirúrgico, incluyendo los instrumentos, términos, en un santiamén. Este gran invento estaba siendo liderado por el ambicioso estudiante Mark Rolls; y aunque tuviese sus contra, deslumbraba fácilmente a cualquiera de la audiencia, sobre todo a las chicas. Mark era el típico chico con cualidades perfectas e ideales; inteligente, responsable, astuto, ambicioso, adinerado, simpático, y con sonrisa de galán de telenovela. Sus seguidoras muy animadas por su gran labor, poco hacían silencio mientras cada línea que Rolls exponía, ellas elogiaban y lanzaban piropos por doquier. 


-¡Maaarkiiiii, eres el mejoooor!- 

-¡Markiii, eres tan geniaaal!-

-¡Mark dame un hijoooo!- 


Bien, hasta ese punto todo marchaba a la perfección, salvo por ese último comentario que fue demasiado inoportuno, clavando el silencio en casi todo el auditorio. Todos presentaban un rostro de incomodidad y de pena ajena. La joven al verse atrapada entre las miradas desafiantes, se vio obligada a presentar una pequeña disculpa con una sonrisa muy forzada y vergonzosa. 

Continuando con las grandes presentaciones, llegó el proyecto de mi amigo Erick. Él estaba muy ansioso por dejar boca abiertos a todo el alumnado de las demás facultades, docentes y director. Estuvo trabajando arduamente en una idea que para mí era un completo misterio, o eso fue lo que decía aquella carta que recogí esa noche donde tuve el sueño con el pequeño. Resulta que luego de escuchar sus mensajes de voz desde mi celular, me comunicó que la noche anterior se tomó la molestia de pasar a la madrugada a dejarme la invitación para la semana de la ciencia en su universidad. La carta decía:


-"¡¿Qué tal mi amigo?! esta es una invitación cordial para tí. Quiero que asistas a la semana de la ciencia y me veas exponer mi grandioso proyecto, te quedarás anonadado con lo que acabo de descubrir. Después de que sea muy famoso y millonario, te invitaré a unas buenas frías para celebrar."- 

-"Erick."-


Ese fue el párrafo redactado en puño y letra por él, lo demás eran líneas en negro escritas a computador. En ese momento mi mente por alguna razón, ignoró el hecho de que esa nota, ese sobre, era el mismo que contenía el nombre de "Demian" y que en mi sueño, tenía plasmada una frase exactamente con el mismo apelativo. Ahora, ese papel doblado exclamaba una convite a la cual ese día yo asistí. 


-¡El siguiente participante en la semana de la ciencia, es un joven con un proyecto que los dejará a todos ustedes con la capacidad de soñar. Reciban con un fuerte aplauso a Erick Leedfssssfg...nnnnn!- 


En coro vitorearon con las palmas, eso me incorporaba a mí en especial; pero cuando el decano de la facultad de ingenierías nombró a Erick, quiso vocalizar su apellido, y nuevamente caí en el letargo lento y pesado, como si todo a mi alrededor se estuviese desentonando en notas graves. Fue muy extraño, porque jamás me había ocurrido, pensé que me estaba enfermando. Y lo peculiar del asunto, es que por más que quisiera recordar el apellido de Erick, no lo conseguía. 

No obstante, con mucha expectativa todos esperaban a que Erick subiera a la tarima y hablara sobre su fascinante proyecto, pero al cabo de unos segundos, se hacían caras confusas entre los jurados de la mesa, director, decano, estudiantes, docentes, y yo, por supuesto. Él no aparecía por ninguna parte. Una vez más el profesor llamó por micrófono a Erick con una eventual sonrisa artificial e incomoda. 


-¡El estudiante Erick, favor pasar al frente para que nos regale una magnifica exposición a todos nosotros!- 


Esperanzados, mi amigo nunca subió ni se hizo presente, sabía que algo no estaba bien. Allí, sentí que mi pierna derecha se quemaba por debajo del pantalón blanco que llevaba puesto, metí la mano, porque recordé haber dejado algo ahí; cuando toqué lo que tenía adentro, mi rostro en estado de confusión, se acordó de lo que era. Saqué la mano sosteniendo la nota que Erick me había dejado, que en mis sueños había sido una frase muy extraña, y que ahora, ahora estaba echando humo inexplicablemente, a duras penas podía sostenerla con la mano, porque se hallaba muy caliente. Un corto lapso de tiempo después, abrí el sobre, todo su contenido estaba totalmente cambiado, ya no era una invitación junto al mensaje de mi amigo, sólo contaba con una reducida y desconcertante oración, que decía lo siguiente: 


-"Él está contigo, libéralo."- 


---La mujer de la parada---Donde viven las historias. Descúbrelo ahora