Lo intente

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Valentina

Ya me imaginaba que Ian no tomaría nada bien esto, por eso había guardado esto en secreto por tres meses, cuando me enteré me tomó por sorpresa, mi plan no era ocultarlo por tanto tiempo pero todos los días cuando estaba apunto de decirle, me arrepentía en el último momento.

Pero creo que Ian estaba exagerando, sé que lo habíamos hablado, quedamos no tener más hijos con nuestras hijas era más que suficiente, yo no había planeado esto, pero era nuestro hijo o hija, sé que tenía que dejar que lo pensara, quizá cuando estuviera calmado lo entendería un hijo no era algo malo .

Casi no pude dormir en toda la noche, di mil vueltas en la cama odiaba sentir su lado vacío de la cama, está acostumbrada a él, a su cuerpo junto al mío, cuando baje a desayunar el ya no estaba, hoy sería un día muy largo en la oficina si él se empeñaba en no hablarme.

Mis niñas bajan a desayunar, estoy segura que la idea de que Ian se enterara así fue de Tara esa pequeña niña lista, no era su culpa ellas querían ayudar, no debí meterlas en esto, ellas habían aceptado bien que pronto habría un bebe en casa, habían crecido tanto en estos tres años no podía creer que ahora Maika tenía diez años y Tara siete años.

Las lleve como cada mañana a la escuela, me dirijo a "Textiles Moreno" cuando llegó a la oficina tuve que hacer una parada rápido en el tocador, pues los malditos vomitos casi siempre se hacían presente a esta hora, después de eso por fin pude entrar y sentarme en la silla junto a mi escritorio, necesitaba que Ian firmara unos papeles así que, después de pensarlo mucho me dirijo a su oficina.

—Hola Lore, ¿está Ian en su oficina ? Necesito que me firme algo—la cara de mi amiga me hizo pensar que algo no andaba bien

—Me a pedido que no se le moleste y menos si eres tú—

—¿Por dios que no somos ya adulto?— me sentía molesta entraría esa oficina y aclararía todo no podíamos comportaron así, cuando estaba cerca de la puerta Lore me detuvo

—Será mejor, que no entres está ocupado, ve a tu oficina deja los papeles y cuando los firme yo te los llevo—

—¿Qué demonios está pasando?—contesté exasperada

No pudo contestarme cuando la puerta de la oficina de Ian se abrió, lo vi salir riendo y del brazo tenía colgada esa mujer a la maldita piernas largas, la del labial rojo con la que se acostaba en su oficina, ellos reían y yo sentía ganas de matarlos a los dos.

—¿Se le ofrece algo Valentina ?—mi mirada viajó a su mejilla y la marca de labial rojo en ella

—Jodete Ian, el maldito  rojo sigue sin ser tu color—di la vuelta le deje los papeles a Lore y me fui de ahí ¿me puedo haber engañado?

Ian

Salí temprano de casa, quería evitar otra pelea con Valentina así que llegue temprano a la oficia, llevaba dos horas revisando papeles, la textilera cada vez iba mejor, me estaba contemplando lo de expandirnos pero ahora hacia latino América .

Me sentía estresado, cansado, si buscaba expandirme sería demasiado trabajo y más para Valentina en su estado, no podría realizar los viajes conmigo, luego estaba la casa ¿dónde podríamos a ese bebe?, claro que teníamos cuartos de sobra, pero no sabía si tendríamos que acomodarlo en nuestra habitación o en la que estaba junto a la nuestra.

Yo no sabía nada sobre tener hijos, cada minuto que pasaba me convencía más que esto no era buena idea, de seguro todos en la familia estarían contentos, pero yo aún no podía definir que sentía .El teléfono de la oficina sonó sacándome de mis tormentosos pensamientos.

Está soy yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora