Capitulo 5

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Tercer día de tortura para los nuevos, las clases ya han empezado, tenemos planeada una broma y espero que todo nos salga bien.

Y claro, me vengaría de la chica que empezó eso de aventarme globos.

Lo que haremos hoy, es primero juntarlos en un salón,  una vez dentro, les vaciaremos un balde de pintura morada a cada uno, sera divertido, tenemos planeado también seguido de la pintura harina, se les pegara increíblemente feo en el cabello y para aumentar su sufrimiento lo haremos en el receso isa tendrán que pasar el resto del día con pintura.

Las clases se pasaron aburridas, como siempre, y como no me tocan clases con mis amigos, no suelo hablar con cualquiera, amenos que sean chicas fáciles de engañar.

Hoy tengo planeado ir con los chicos en la noche a una fiesta, si en miércoles, me pienso arriesgar y tolerar el dolor que seguro me dará mañana temprano.

Llego la hora de la diversión, una vez todos dentro, me encargue de hablar yo.

-- Bien, lo de hoy no sera tan feo que digamos-- Hernan rio.

-- Saben que nosotros solo nos queremos divertir con ustedes, no somos malas personas-- esta vez hablo Theo.

-- Y bien, sin mas preambulos-- nos quedamos callados para dejarlos con la duda -- ahora-- dije por lo bajo, no tan fuerte, pero aun asi los chicos me escucharon.

Y en tres segundos todos se encontraran quejándose sobre la pintura.

--Son unos idiotas-- dijo la chica gritona y yo reo increduro.

--Lo se-- sonreí triunfal-- ahora-- lo dije como en la pintura y ahora todos se encontraban morados con harina.

--Parecen un delicioso panque -- dijo Theo estallando de risa y yo segui.

Salimos del aula dejándolos asombrados por tal cosa, no después de tomarles una foto y subirlo a la página social de la escuela, claro anónimamente.

-- Somos geniales ¿Sabian eso?-- dijo Hernan sonriendo.

-- Y quien no-- reímos.

Nos dirigimos  a nuestras clases, nos divertimos bastante cuando esos chicos salieron del aula, todos posaban sus miradas en ellos, murmuraban y reían, sin duda una gran broma.

Al terminar las clases me dirigí a mi casa.

****

*una semana después*

Ya ha terminado la semana de la tortura, todo se ha vuelto normal, como los años anteriores, aunque no olvidamos hacer una pequeña broma de vez en cuando.

Me dirigía a mi clase de matemáticas, tenia huevos en mi mochila, planeaba aventarlos a la hora del descanso a todos los que se me pusieran en frente, sera divertido. Pero justo ahora veo un gran objetivo, la chica que escogí para la primera semana, nadie en el pasillo, ella caminando sola, yo detrás de ella, y aun no lo nota.

Abrí con cuidado mi mochila, intentando hacer el menor ruido posible para que no notará mi presencia.

Cuando saque el huevo, estuve a punto de lanzarlo cuando ella fijo su vista en mi, y de inmediato comenzó a correr dejando caer su libreta, esa que vi que estaba escribiendo.

-- Hey, se te olvido esto-- dije gritando un poco, al parecer no me escuchó por que siguió corriendo sin tan siquiera mirarme.

Me di la media vuelta, muchas cosas pasaron por mi cabeza.

¿La busco mas tarde?

¿Què tanto escribirá aquí?

¿Lo leeré?

Seguí a mi clase, me la pase pensando y opte por devolverlo el lunes, ya que hoy es viernes, se supone que no se deben espiar las cosas de los demás pero ¡Va! Que mas da, puede que tenga mucha información, sera divertido.

No les mencione a los chicos, quería leerlo yo primero y luego darles un pequeño resumen.

Cuando llegue a lo casa, subí corriendo a mi habitación, aventé mi mochila en donde callera y saque de inmediato el cuaderno.

Me senté en mi cama y mire por un rato la pasta, estaba hecha de mandalas, y se veían hechas a mano, tiene buen pulso.

Lo abri con cuidado, no quiero dañarlo, la primera hoja esta en blanco y la segunda tenia un titulo que decía "esta soy yo"

Me llamo Annie Browers, tengo dieciséis años, y estoy por entrar a la preparatoria.
Soy una chica muy tímida, me cuesta hacer amigos, no soy muy buena en eso de las conversaciones.
Soy de una familia muy humilde, hay veces en las que a mis padres no les alcanza el dinero, gracias a los tratamientos, y no comemos, pero gracias a esto valoro todo lo que tengo y lo que mis padres hacen por mi. Me gustaría trabajar pero gracias a mi situación mis padres me lo prohíben y dicen que lo hacen por mi bien. En ocaciones siento que soy un estorbo en su vida, gracias a mi se han limitado a muchas cosas, soy una carga para ellos, solo quiero que esto termine y ellos puedan ser felices. Tengo muchas metas, una de ellas es terminar mi carrera, se que es algo imposible que llegue a ese punto, pero quiero aprovechar este tiempo que tengo en algo que me favoresca y haga que mis padres se sientan orgullosos de mi. Esto lo escribo para que si me es posible, mis hijos lo lean, y puedan saber un poco mas de mi situación, que aprendan a valorar lo que tienen, y sepan que por mas que sientas que estas al borde, se puede solucionar.

                      -- Annie Browers

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