Todo era más difícil de lo que pensaba que sería. Pensó que estaba destinado a ser más fácil. Se pondrá mejor, eso es lo que te dicen, ¿no es así? Todo es una mentira. Nada cambia. El mayor temor de Harry era perderse a sí mismo. Todo estaba cambiando alrededor de él, iba tan rápido que no podía respirar, no podía ver, no podía detenerse para recuperar el aliento y recordarse a sí mismo quién era y qué estaba haciendo aquí. No tenía nada a que aferrarse a excepción de las manos de los otros cuatro chicos; y ellos estaban tan asustados y confundidos como él. Eufóricos, corriendo en la adrenalina sin dormir, exhaustos pero demasiado ocupados como para descansar. Era una locura, un torbellino que nunca terminaba y todo estaba yendo demasiado rápido, demasiado lejos, demasiado borroso. Él no podía ver rostros o recordar nombres, era un desfile interminable de entidades sin rostro, de "te amo", "cásate conmigo", "quiero ser tu todo", "tú eres mi héroe, Harry." Todo lo que él podía hacer era plantarse una sonrisa y sostener las manos de las personas mientras eran arrastrados de regreso a la camioneta, girando hacia otro lugar con más cuerpos presionándose alrededor de él y más personas esperando cosas, demandando cosas, tocándolo. Todo esto estaba siendo demasiado, e iba muy rápido. Se sentía enfermo, no era capaz de respirar y ninguno de los otros chicos podía verlo, nadie podía, su sonrisa falsa ocultando al chico que gritaba en su interior, rogando por ser notado.
Pero todo lo que él era no lo notaban, fans gritando, corriendo hacia él, aventando cosas, manos aferradas a su cuerpo, arrastrándolo, tirando de él, empujándolo. Pero parecía que veían a través de él, nadie lo miró a los ojos, parecían pasar de largo mientras gritaban, saltaban y volvían a gritar. Los ojos de Paul en constante movimiento, buscando amenazas y empujando a la gente hacia atrás, su enorme cuerpo a lado de Harry, en lugar de ser tranquilizador era amenazante, haciéndolo sentir encerrado, rodeado como si no pudiera correr incluso si lo necesitaba, no podía respirar bien y justo antes de perder el conocimiento ya era tiempo de irse, de dejarlo, de ir a casa y descansar antes de hacer lo mismo mañana. Harry sentía que los managers no los veían como personas, sino como máquinas a las que debían programarles horarios y darles tiempos para estar aquí y allá, y aquí otra vez. Y no los veían como Harry, Louis, Liam, Niall y Zayn, humanos que necesitaban descansar, tiempo para respirar y ponerse al día, tiempo para encontrar algo a que aferrarse en este mundo que giraba locamente bajo sus pies, se sentían como si fuesen a ser desterrados.
Pero no se atrevían a quejarse, porque ellos les habían dado todo y no había garantía de que no se los fueran a quitar en cualquier instante, y eso hizo que Harry se sintiera atrapado, que se sintiera dependiente, y él odiaba sentirse dependiente de quien fuera. La única cosa que podía impulsarlo hacia afuera de esta espiral, de la locura de todos los días, era Louis. Y sus ojos. Esos ojos que le recordaban a Harry el océano, el punto más tranquilo, el flujo de la marea y el sonido. Eso lo calmó, desaceleró al mundo de su maníaco caleidoscopio de colores y el ruido se volvió un pacífico silencio de color azul. Harry podía perderse en los ojos de Louis, igual que las olas que llegaban a la orilla para recogerlo y llevarlo a casa. Él no se movía para pelear con el movimiento, para combatir los confortantes brazos que lo rodeaban cuando miraba a los ojos de Louis.
Pero entonces el momento se rompió, se destrozó, le fue robado. Y el sonido se apresuraba por volver a sus oídos y sus ojos se expandían para ver a los otros, a las fans, a la gente y todo estaba siendo demasiado otra vez. Ellos lo veían como una cara bonita, un lindo chico con una linda voz, ninguno de ellos lo conocían o sabían lo que él era, y estaban celosos de su vida, de su fama, de la forma en que lucía, de su dinero. Y él deseó poder decirles, deseó poder gritarles, no es fácil ser yo, porque no lo era, era una lucha todos los días y apenas podía respirar. Se sentía como un fraude, un farsante, él no era lo que ellos pensaban que era, era un niño jugando a disfrazarse, él no pertenecía aquí. Pensó que lo descubrirían, que en cualquier momento habrían gritos y burlas, y él sería abucheado fuera del escenario, de la etapa de las luces brillantes que ellos de alguna manera le habían dado en bandeja de oro, y no podría soportarlo. Su respiración se aceleraba en su garganta y estaba entrando en pánico, hasta que consiguió una mirada de Louis de nuevo, y el pánico y el terror retrocedieron hasta que pudo respirar otra vez y sonrió educadamente y reprimió los gritos... ¡No puedo! ¡Es demasiado! Deseó poder llorar, caer sobre sus rodillas, pero tenía que mantener su cabeza en alto y su sonrisa, tenía que empujar y tirar. Tuvo que apretar los dientes y clavar las uñas en sus palmas, seguir caminando por el áspero sendero con sus pies cansados, junto con otros cuatro pares de pisadas.
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Even Heroes Have the Right to Bleed. | Larry Stylinson.
FanficTodo estaba cambiando alrededor de él, iba tan rápido que no podía respirar y no podía ver y no podía detenerse para recuperar el aliento y recordarse a sí mismo quien era y que estaba haciendo aquí. No tenía nada a que aferrarse a excepción de las...