Cap 2: Reencuentros

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El camino a la casa de la familia Herrera Rodríguez fue en completo silencio, Dulce iba a un costado de Poncho quien iba manejando, mientras Christopher y Christian en la parte de atrás iban sentados cada uno a la ventana, lo único que se escuchaba en todo ese ambiente era el sonido de la rola de turno en la estación radial. El sol de a poco se iba ocultando entre las montañas, los árboles tenían un leve meneo por la brisa y las hojas en tonos amarillos se dejaban envolver por ella, dejando así semidesnudas las ramas de ellos. Ya en cuando llegaron a la puerta, y el portón electrónico comenzó a correrse para poder dejar el carro aparcado logran ver las luces de esa gran casa, al pasar por la puerta principal para dirigirse al estacionamiento, estaban las siluetas de una pareja junto a dos chicos más cada uno al lado de la pareja. Cuando bajan aun había un completo silencio, el que se ve interrumpido por los gritos de uno de ellos.

-------: Enana!! Llegaste por fin!! (abrazándola y haciéndole girar)
Dulce: No soy enana!!
-------: Claro que sí!! No vez que ya soy más grande que tú!! Y por mucho eh!!
Dulce: Te extrañé!! Me hicieron mucha falta tus locuras!!
-------: Y a mi tus acompañadas a el sótano y el ático!!
Dulce: Me podrías dejar de girar?! (entre risas)
María: Oscar!! Baja ya a tu hermana!!
Alfonso: Que le bajes!! (espetó) No ves que debe de venir a abrazarme!!
Dulce: Papá!! (corriendo a sus brazos) Mamá!! Están bellos!!
Alfonso: Dulce, mi princesita, estas hermosa!!
María: Mi niñita bella, luces preciosa!! Cada día más te pareces a Blanca!!

Un silencio aun más fuerte que el anterior se provocó ahí, era verdad, Dulce estaba hermosa, con una piel blanca y tersa, de figura menudita, pero conservando las curvas femeninas, poseía una mirada ansiosa de descubrir todo, como queriendo plasmar todo lo que veía en algo y así mantenerlo con ella. Sus labios eran rosados y voluptuosos, de esos que al verlos se apetece probar. Evidentemente se parecía a su madre Blanca, pero con la expresión de su padre en los ojos y el espíritu de aventura en las venas al igual que él.

Alejandro: Mamá!! (llegando con ellos) Dulche es más linda!! (sonriendo)
Dulce: (emocionada aun por lo oído antes) Ale!! Mírate!! Estas todo un hombre!! Y muy guapo eh!! (abrazándolo muy fuerte)
Oscar: No exageres, el guapo aquí soy yo!! (abrazándola por detrás)
Alejandro: Cómo estuvo el viaje?! (tomándole la mano)
Dulce: Bien!! Ah pero me estaba olvidando de presentarles!! (soltando la mano de Alejandro y tomando la de Christopher) Familia, este es Christopher, mi novio!! (dejándose envolver por los brazos del chico)
Oscar: Novio?! A quién le pediste permiso escuincla!! (enfadado)
María: Déjala Oscar!!
Dulce: Ya tengo veintidós años, asique sé muy bien lo que hago y no debo de pedirle permiso a nadie!! (enfadada)
Alfonso: Mucho gusto Christopher, eres bienvenido a esta casa!! (tendiéndole la mano) Si eres el novio de mi princesita, eres parte de la familia!!
Christopher: Encantado señor y para mi es un honor estar en casa de mi pequeña!!
Oscar: A no!! Escuincla, tendremos que hablar tú y yo!!
Dulce: Carrera a la entrada?!
Oscar: Claro!! Pero espera un momento!! (volteándose a mirar a Christopher) Si osas hacerle el menor daño a mi escuincla no saldrás vivo de México!! (volteándose nuevamente) Oye!! Te vi!! Estas cinco pasos delante de mi!!
Dulce: uno...
Oscar: dos...
Dulce y Oscar: tres... (corriendo hacia la entrada a la par con Dulce)
María: Alfonso, Christian!! Que bueno que vinieron!!
Poncho: Mamá te dije que traería a Dul, no?!
Christian: Y una invitación a cenar en su casa no se rechaza tía!!
María: Entonces pasemos!! Ale, Alfonso, Christopher, nos acompañan?! (mirando a su derecha donde estaban los tres un poco más alejados)

En la cena todo se desarrollaba sin mayor contratiempo, más que las constantes discusiones o peleas infantiles de Oscar y Dulce. Oscar era el mayor de los tres hermanos con veintiocho años, quien siempre cuidó de Dulce en demasía, era muy celoso y competitivo, haciendo que Dulce siempre compitiera con él, se llevaban muy bien, eran cómplices desde pequeños, pero cada vez que dejaba Oscar llorando a Dulce por alguna pelea o algo que a ella le enfadase, Poncho llegaba a defenderla. Poncho a su vez, siempre le protegía de todo tanto a ella como a su hermano Alejandro cuando nació años más tarde, la personalidad de Poncho era muy paternal, poseía la calma y paciencia de sus padres, siempre fue muy cauto en sus cosas, amaba el futbol y nunca lo dejó, con sus amigos las idas a jugar eran diarias, lo cual hacía que no prestara mucha atención en los estudios, no fue de los mejores alumnos, pero siempre se mantuvo con sus calificaciones adecuadas. Alejandro en cambio era el menor, tenía tan solo dieciséis años, próximo a cumplir sus diecisiete, uno de los motivos de los cuales Dulce había adelantado su viaje. Ahora que ella había emprendido rumbo a estudiar fuera, su madre quedó muy sola y se centro mucho en él, no le sobre protegía, pero si le consentía en demasía, cosa que nunca le vino mal. Tanto él como Oscar eran los únicos que vivían en la casa grande, aunque él último tenía ya su casa.
Alejandro era muy amable y simpático, de ojos amistosos y brillantes, parecidos a los de su hermano, pero un poco más claros, muy alto para la edad que tenía, casi ya unos centímetros más alto que Poncho y Oscar, tenía un alma pasiva, tanto, que desde pequeño se sentaba con Dulce en la alberca con los pies en el agua y podía pasar horas mirando las estrellas junto a ella.

Alejandro: Dulche, hoy dicen que es noche de estrellas y la próxima semana hay lluvia de ellas!! (tomando la fuente de patatas)
Dulce: Cariño!! Hoy no creo que pueda quedarme!! (cortando la carne de su plato) Pero te prometo que para la lluvia vengo!! (picándole un ojo)
Alejandro: Esta bien!! Pero vienes eh!!
Dulce: Si mi bello!!
Christian: No dejas de llamarle Dulche?! Ya eres lo suficientemente grande para que le digas Dulce no?! (tomando con su mano el cachete de la cara de el chico)
Dulce: Déjalo!! Él me puede llamar como se le pegue la gana Christian!!
Christian: Ya no te enfades!! Era solo un decir!!
María: Cómo te eche de menos mi niña!! Después de que partiste, las comidas nunca más fueron así!! Llenas de alegría!! (con la voz quebrada)
Oscar: Ya mamá!! No ves que la escuincla pensará que le echamos de menos y no podemos vivir sin ella!! (con tono burlón)
Dulce: Pues no importa, lo sé de todas formas!! (sacándole la lengua)
Alfonso: Poncho, hijo, por qué tan cayado?!
María: Tu padre tiene razón Poncho, en que piensas?!
Oscar: Si Poncho!! Qué onda wey?! La chica que te presente ayer te tiene entre nubes?!
Dulce: A pues eso no lo sabía?!
Oscar: Ves que Maite es una belleza!! Si te lo digo yo es por algo wey!!
Poncho: A si!! Maite, pues muy linda chica, pero no llegamos a nada, solo intercambiamos números de móvil!!
María: Poncho, si esa chica es tu novia puedes traerla cuando quieras!! Así como Christopher es bienvenido también lo será tu novia!!
Alfonso: Claro, ambos son nuestros hijos, por más que no viváis aquí en casa con nosotros!!
Christopher: Muchas gracias, de verdad que Dul se quedo corta con las cosas que me contaba de todos uds!!
Alfonso: Bueno hijo, en que tanto pensabas que te haz mantenido cayado toda la cena!!
Oscar: Seguro quedo tan sorprendido como yo que esta escuincla tenga novio!! Y más aun que lo haya traído!! No es nada contra ti Ucker!! Es solo que Dulce aun es una niñita!!
Dulce: Oscar!! Que no soy una niñita!! (levantándose de la mesa con enfado)
Alfonso: (elevando el tono de voz) Orden ya!! (golpeando la mesa con fuerza) Dejen ya sus niñerías absurdas, Oscar, deja ya a Dulce y Dulce no caigas en su juego!!
María: Alfonso, amor, no enfades con los niños!!
Alfonso: Niños?! Ya no tienen mucho de niños, Oscar es bien hombrecito y Dulce ya es toda una señorita!!
Christian: Y vaya que señorita eh!! Amigo Ucker, si no fuese porque tengo novia y Dulce es como una prima para mi, pues no dudes que le hago mi luchita para bajártela!! (palmoteándole la espalda a Christopher)

Con esa última frase ya el ambiente volvió a ser el mismo de antaño, lleno de risas y caras de alegría. Terminaron de comer muy amenamente y se dispusieron a pasear un poco por las dependencias de la gran casa, algunos se dirigieron a la alberca, otros al invernadero y algunos a la biblioteca, en donde estos últimos tuvieron una plática muy necesaria.

Alfonso: Poncho!! Qué sucede?!
Oscar: Es obvio papá!! Poncho, aun sigue enamorado de Dulce!!
Alfonso: Eso es verdad hijo?!

Poncho permanecía en silencio, mirando por la ventana como Dulce entraba al invernadero junto a su madre y Christopher junto a Alejandro caminaban por los perímetros de la alberca.

Oscar: Ves!! Tengo razón, ya ves que si es cierto lo del silencio otorga!!
Alfonso: Si es eso cierto, veo a Dulce muy entusiasmada con este chico!!
Poncho: Llevan dos años juntos!! (espetó)
Oscar: Dos años?!
Poncho: Sí!!
Alfonso: Quizás y tu hermano hizo bien en presentarte a Maite!!
Oscar: Sal con ella, es muy linda chica!!
Poncho: No, si eso nos lo dejaste claro!! (irónicamente)
Oscar: No wey!! En el buen plan, es dulce, tierna y tienen maneras de pensar muy similares, creo que se la pasarían muy bien!!
Alfonso: Pero no te fuerces a algo que no quieres!!
Poncho: Una cosa es querer y otra muy distinta es poder!! (pronuncio tristemente)

Mientras en el invernadero, María le mostraba a Dulce todos los cultivos de flores que tenía. Dulce desde el momento en que llego a aquella casa, debido a su luto guardo silencio durante un mes, vivía todas las tardes en el invernadero entre flores y plantas, con un pequeño cuaderno escribiendo sus temores y sentir, junto a un álbum de fotografías y una pequeña ardilla de peluche que le habían regalado sus padres en su pasado cumpleaños, llegaba luego de comer una vez terminado el colegio a su refugio, a sentir la presencia de sus padres. Miró con pesar aquella mesita de vidrio con solo dos sillas en el centro del lugar, la misma que cobijo todas las lágrimas tras la partida de sus padres, la misma de las tardes de té que tenían las tres cuando aun estaba con ellas su madre.

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