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El día era hermoso, perfecto para celebrar una boda de ensueño en el resort de una playa, con una suave brisa de mar y un atardecer rosado tal como a ella le gustaba, lo sabía al ver el brillo de sus ojos.

Si me preguntan, es una ceremonia con bastantes invitados para ser algo "privado", debía esperármelo ya que ella, la causante de mis sonrisas y lágrimas de mi niñez, me obligó a comprar un pastel de bodas de siete pisos, dejando mis bolsillos huecos y sin un riñón. Pero todo sea por ella, la responsable de que ahora me encuentre mirándolo a él a los ojos, repitiendo mentalmente las palabras que el sacerdote decía mientras yo se las dedicaba al pequeño dueño de ese par de ojos enormes como la luna llena.

Él se da cuenta de mis pensamientos, siempre sabe cómo meterse en mi mente y tenerme a su merced, como ahora, sonriéndome dulcemente haciendo que mis firmes y trabajadas piernas tiemblen.

Oh dios...necesito tenerlo conmigo ¡ahora!

Seguro se preguntan ¿cómo llegaste a este lugar, Chanyeol? y ¿de quién rayos estás hablando?, pues empezaré contando esta historia desde el día en que mis pesadillas se hicieron realidad. Todo empezó una tarde fría y tenebrosa de octubre...

Iba a llegar tarde al restaurante de mis padres, mi hermana me había llamado a la oficina pidiendo que nos reuniéramos allí porque tenía algo importante que decirme, así que ahí estaba yo corriendo porque no me gusta hacer esperar a mi adorada hermanita, la loca de los gatos.

Abro la puerta y la mesera me recibe, regulando mi respiración, camino hacia la mesa donde mi hermana y yo siempre nos sentamos a comer cuando visitamos a nuestros padres. Entonces veo esa cabeza de jirafa. Digna de la familia Park.

Ella me miraba con un aura de felicidad que asustaba, definitivamente no me agradaba. Seguro terminó de preparar esa pócima que todas las brujas preparan para Halloween, que casualmente era hoy.

Me senté frente a ella y ella sonrió aún más.

-oye dumbo ¿se puede saber por qué pones esa cara de estreñido cuando me ves?- Yoora frunció el ceño.

Siempre tan delicada como un camionero.

-y tú bruja ¿por qué sonríes como chukie? Asustas a la gente, si sigues así llevarás al restaurante de mis padres a la quiebra-muevo mi cabeza en señal de desaprobación

-cállate mocoso, ten más respeto a tus mayores, además el único aquí que espanta gente eres tú ¿no conoces la ducha, apestosín?-hizo un gesto con su mano cerca de su nariz-deberían poner la basura en su lugar.

-¿já? Por favor mona, yo hago que las chicas babeen por mí, no como el espantapájaros de tu novio-aunque en realidad ese tipo es tan ardiente que las mujeres se le ofrecen sin descaro alguno-como sea come-mocos ¿para qué me llamaste? ¿por fin terminaste con ese baboso y saldrás con Kyuhyun?-sonrío a mi hermana, definitivamente me encanta molestarla.

-corrección taradito-me saca el dedo del medio y puedo ver en su doblado dedo anular el anillo dorado que usaba-ese espantapájaros que dices va a ser tu futuro cuñado, nos vamos a casar.

Mi sonrisa se borró por completo, lo sabía, tenían que ser pésimas noticias.

-y bien imbécil ¿no me vas a felicitar?-cruza sus brazos y hace un puchero, se ve tan adorable.

-creo que voy a contratar a un sicario para que lo hagan desaparecer...

-¡Chanyeol!-me da un golpe en la cabeza

-pero Yoora ¿por qué él?, se supone que la ceguera del amor solo dura 3 meses pero tú llevas ciega por 2 años, debemos ir al oculista, esto es urgente.

La boda de mi hermanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora