Capítulo 1.

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Todos dirán que es una historia que sólo pasa en las películas, pero a mí me pasó, el destino es así, soy Cassandra Miller y les contaré mi fabulosa, interesante, tal vez mi triste historia.

El día era bastante soleado, así que decidí salir a tomar un poco de aire ya que en mi casa el calor era insoportable, llamé a mi amiga Rose y nos quedamos de ver en una heladería de la plaza más cercana de nuestras casas, yo no esperé mucho para que Rose llegara. Nos sentamos y pedimos un helado, ambas lo pedimos de chocolate.

—Rose, tengo que decirte algo muy importante.- dije. 

—Dime.- Dijo Rose mientras estaba a punto de lamer su helado.

—Me iré a Nueva York a estudiar, mi madre piensa que soy algo rebelde, creo que me iré por un buen tiempo, al menos hasta que termine la universidad. 

—¿Pero qué dices?, eres mi mejor amiga, la única que tengo en esta maldita ciudad!.- Gritó Rose atrayendo la atención de todos los clientes.

—Lo siento Rose, así son las cosas, y sabes que no soy buena con las despedidas, creo que esta será la última vez que nos veremos en mucho tiempo, sabes que tú eres mi mejor amiga y siempre estarás en mi corazón, además esto es un hasta pronto, nos mantendrémos en contacto.- Dije mientras a Rose se le rodaba una lagrima en la mejilla. Ambas nos abrazamos con mucha fuerza, yo pagé la cuenta y ambas nos fuimos por nuestra parte a nuestras respectivas casas.

Llegué a mi casa y empaqué las cosas que le faltaban, ya que mi vuelo salía al otro día muy temprano. Mi mamá había ido de compras al supermercado y no tardaría mucho en regresar porque ya estaba obscureciendo. encendí la televisión y me quedé profundamente dormida.

—Cass, ya despierta, tu vuelo sale en 2 horas.- dijo mi mamá insistente.

—Ya voy mamá.- susurré. 

—Me avisas cuando estés lista por favor.

—Si Mamá, yo te aviso.- dije dándole el avión.

Me di una ducha caliente, ya que por las mañanas hacia frio. Amarré mi cabello con una coleta y me puse un pants cómodo de color rosa. Yo y mi mamá nos dirigimos al aeropuerto, ya que estabamos ahí me percaté que faltaba muy poco para tener que abordar el avión, iba rápidamente hacia la sala de espera mientras mi madre había ido por un café cuando inesperadamente choqué con alguien.

—Fíjate por donde caminas tarado.- Dije molesta ya que todo esto me había estresado bastante.

—Ah, lo siento, llevo algo de prisa y la verdad no me fijé ¿Me perdonas?.- Dijo el chico.

—Oh, lo siento, perdón por decirte así esque estoy un poco alterada, en verdad lo siento, mi nombre es Cassandra.

—No hay problema, mi nombre es Daniel, mucho gusto.- Dijo sonriente.

Never forget me, please.Where stories live. Discover now