Introducción

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Mi nombre es Cassandra Blake y tengo 16 años, mi único delito en esta vida es haber sido la hija bastarda con la que un político influyente tuvo que cargar.

Soy inocente y aunque lo he jurado mil veces nadie parece querer creerme. Siempre me esforcé por ser perfecta. Mejores calificaciones. No he fumado un cigarro en mi vida o dejado que un chico me viera desnuda.

Nada que me esforzara por hacer, pudo lograr que mi padre o mi madrastra, inclusive mi madre biológica me amaran. Pero aun así había sobrevivido satisfactoriamente hasta aquel día... aquel maldito día.

No imagino lo que es ser realmente amada y tener a alguien a quien recurrir cuando siento que me abandonan las fuerzas. Me crie sin amor y solitaria. Pero mi deseo más fuerte es que algún día alguien me adore lo suficiente para no abandonarme, casarme y formar una familia hermosa.

Solo tengo una amiga, ella se llama Mara. Quisiera ser como Mara, ella hace lo que siente y dice lo que piensa. Pero Mara tiene una familia que la ama y la cuida, y por sobre todo, la respalda y la defendería hasta la muerte.

Como hija del ex ministro de defensa soy ejemplo, pero estuve en el lugar equivocado, con la persona equivocada y fui injustamente acusada de robo.

Chase es... era mi ex novio. Junto a el creía que todo era color de rosa. Era dulce y considerado.

Hasta esa noche... esa noche donde me abandono en un auto a mi suerte a las afueras de un banco que acababa de intentar robar. Cuando la policía llego me esposaron y me llevaron a un juzgado de menores.

La noticia fue un escándalo nacional. Periódicos, revistas de chimentos, programas de opinión pública. Todos hablando de mí y de lo que había hecho.

Mi padre resolvió entonces que yo debía ser conejillo de indias en uno de sus más aberrantes proyectos para lidiar con el crimen en menores de edad. Mi sentencia es de 6 meses.

Yo pagaría la culpa de mis actos en el primer "internado correccional mixto" para jóvenes del país, una forma diplomática y políticamente correcta de llamarle a una cárcel para jóvenes de no más de 21 años autorizada. Esta institución, si es que así se le puede llamar, existe hace más de 5 años y tiene la reputación de ser uno de los peores rincones donde un delincuente juvenil puede ir a parar. Jóvenes hombres y mujeres extremadamente peligrosos y letales habitan allí, conviven y sobreviven en un entorno sin valores ni control. Tienen clases e incluso practican deportes. No hay reglas. El fuerte sobrevive y el débil perece. Es la demostración de lo cruel e inhumana que puede ser la justicia.

El correccional fue una respuesta desesperada ante la creciente violencia e inseguridad en el país, donde los robos, violaciones y asesinatos tenían cada vez más a niños y adolescentes como autores.

¿Cómo voy a sobrevivir yo en un lugar así? Jamás he matado ni siquiera a una mosca, no pertenezco ahí.

-vas a ser carne fresca allí- murmuro maliciosamente mi hermanastra mayor apoyada en el marco de la puerta de mi habitación, mientras yo inspeccionaba los cajones en busca de las prendas más decentes que pudiera encontrar- imagínate, la hija del responsable de la institución.

Apreté los parpados para contener las lágrimas que amenazaban con escapar sin control mientras empacaba apresuradamente las míseras pertenencias que se me permitía llevar.

-es temporal- murmure más para mí misma, pero no logre calmar mis ansias ni los mareos que amenazaban con derrumbarme.

Su cruel risa me devolvió a la realidad.

-¿has oído hablar del alli?- me estremecí notablemente, cosa que no pasó desapercibida para mi hermana y logro ensanchar su mueca macabra. ¿Quién en todo el país no había oído hablar de eso? Era una leyenda local con la que los padres asustaban a los niños. - los peores delincuentes jóvenes están recluidos en la correccional...y les gustan las rubias vírgenes con un trasero apetecible como el tuyo-

Pasé saliva nerviosamente y mis manos comenzaron a temblar incontrolablemente, no quería ni podía mostrarme valiente, ni aun por mi orgullo. La sola mención del nombre de ese lugar podía desmoralizar a cualquiera.

-pero no te preocupes hermanita... después de todo... es temporal-

Me llaman "El Diablo"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora